Declaración de Pedralbes

El Gobierno mantiene en su web que negociará con los separatistas pese a decir en público lo contrario

El Gobierno de Pedro Sánchez aún mantiene en su página web la 'Declaración de Pedralbes', un documento en el que los socialistas plasman su intención de negociar con los separatistas pese a afirmar en público que había roto todo diálogo con ellos.

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez y Quim Torra en el Palacio de Pedralbes.
Carlos Cuesta

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, afirmó que el adelanto de las elecciones generales por parte del Ejecutivo para el próximo 28-A respondía a su negativa a ceder a las peticiones de los separatistas. Sin embargo, y pese a esta declaración de intenciones, lo cierto es que la web oficial de La Moncloa ha mantenido –y mantiene en el momento de la publicación de esta noticia– con plena validez el documento clave que refleja el compromiso expreso de seguir negociando con los partidos independentistas catalanes, pese a las palabras del jefe del Ejecutivo.

El citado escrito, enmarcado bajo el nombre deDeclaración de Pedralbes’ [Lea aquí el documento íntegro], es el mismo que se rubricó el jueves previo a la celebración del Consejo de Ministros del pasado 21 de diciembre en Barcelona y también el mismo en el que los socialistas se comprometían a crear una “mesa de partidos” en la que “cada uno de los participantes planteará sus propuestas de resolución y proyecto político, con total libertad, sobre el futuro de Cataluña”.

Se trata del documento más polémico de toda la legislatura de Sánchez. Tanto es así, que este informe fue el que acabó desembocando en la manifestación del 10 de febrero de la Plaza de Colón donde Ciudadanos, PP y VOX –los tres partidos de centro derecha– denunciaron la traición a España por parte de Sánchez. Este informe, a pesar de la controversia que suscita, no se ha retirado de la principal vía de comunicación y visibilidad oficial del Gobierno –su web– y sigue colgado en el apartado de ‘Documentos’ como hoja de ruta de futuras actuaciones del Ejecutivo.

Fragmento de la 'Declaración de Pedralbes'
Fragmento de la ‘Declaración de Pedralbes’ (Pinchar para ampliar)

El escrito señala de manera expresa que “la reunión de Pedralbes celebrada el 20 de diciembre finalizó con un comunicado conjunto que expuso la necesidad de iniciar un diálogo político efectivo». Dicho informe, además, añade una expresión conjunta que delata la verdadera realidad de aquella minicumbre entre Quim Torra y Sánchez en el Palacio de Pedralbes, así como las verdaderas intenciones de los socialistas: «Los gobiernos de España y Cataluña convinieron en afirmar». De alguna manera, aquel texto admitía una pretendida situación de igualdad que equiparaba al Gobierno central con el Ejecutivo regional.

Todos los puntos pactados y reflejados en la ‘Declaración de Pedralbes’ son cesiones al discurso separatista. Sánchez aceptaba como postulado inquebrantable “su apuesta por un diálogo efectivo que vehicule una propuesta política que cuente con un amplio apoyo en la sociedad catalana” y no por una que cuente con todo el sujeto soberano –es decir, toda España–. La propuesta, además, se ceñía al campo “político” y sin mencionar la existencia de un proceso judicial contra los máximos representantes de esos mismos partidos separatistas con los que se pretendía crear una mesa de negociación ajena al Parlamento catalán o nacional, al más puro estilo Estella.

Fragmento de la 'Declaración de Pedralbes'
Fragmento de la ‘Declaración de Pedralbes’ donde se refleja la figura del relator (Pinchar para ampliar)

Sánchez, además, se comprometía en la ‘Declaración de Pedralbes’ a “seguir potenciando los espacios de diálogo que permitan atender las necesidades de la sociedad y avanzar en una respuesta democrática a las demandas de la ciudadanía de Cataluña, en el marco de la seguridad jurídica”, a la “convocatoria de la Comisión Bilateral” y también a “la mesa de partidos” que permitieran “ampliar los espacios de diálogo ya existentes en el Congreso de los Diputados y en el Parlament”. También se comprometía el Gobierno en dicho informe a cerrar una “propuesta democrática que resulte del trabajo de los espacios de diálogo” y que “deberá articularse mediante las oportunas y posibles modificaciones legislativas”.

Todo el documento insiste en la ausencia de límites a las propuestas de los separatistas: «En la mesa de partidos cada uno de los participantes planteará sus propuestas de resolución y proyecto político, con total libertad”. Y todo ello, además, sabiendo que “formarán parte de la Mesa dos representantes, con capacidad de decisión en los dos ámbitos territoriales –estatal y catalán–, de cada uno de los grupos políticos con representación en Cataluña y, en su caso, de las formaciones vinculadas a los mismos”. Es decir, que la barra libre de propuestas incluía a todos los partidos golpistas, así como a sus formaciones vinculadas. Un caldo de cultivo que abría la mesa a la negociación de pactos a la canadiense -como ya anticipó el propio Sánchez– y a un referéndum pactado.

La ‘Declaración de Pedralbes’ era, de hecho, la que recogía la polémica figura del relator: “Al frente de esta mesa de partidos se propondrá de común acuerdo una persona que será quien facilite la coordinación de los trabajos, de las convocatorias y fije el orden del día. Asimismo, ayudará a crear las condiciones idóneas para el diálogo, dará fe de los acuerdos alcanzados y determinará el seguimiento de su aplicación”.

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