Crisis del coronavirus

El Gobierno impide a los principales laboratorios científicos investigar en plena lucha contra el Covid-19

Al estar regulada la ciencia como parte de la fase 1, todos los centros de investigación se quedan en espera hasta las zonas donde se radican, principalmente Madrid y Barcelona, pasen al segundo nivel

Coronavirus: última hora del Covid-19 y la desescalada, en directo

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Una investigadora del Instituto Pasteur en el laboratorio.
Carlos Cuesta

El diseño de Pedro Sánchez de la fase 1 y sus restricciones han olvidado un factor decisivo: los principales laboratorios científicos se encuentran en Madrid y Barcelona, zonas que no han pasado a la mencionada fase 1 de la desescalada.

Algunos de sus investigadores -que intentan avanzar en la lucha contra el coronavirus- no podrán volver a sus laboratorios debido a que no se ha planificado este punto y se condena a la ciencia a no restablecer su actividad normal hasta entrar en la fase 1. Este punto, unido al bloqueo de las autopsias sobre las víctimas mortales por coronavirus, se está convirtiendo en un nuevo factor de retraso de la gestión y lucha de España contra la enfermedad.

La Orden del Ministerio de Sanidad de regulación de la fase 1 ha dejado claro este delicado punto. La ciencia no puede empezar a funcionar con normalidad hasta no entrar cada territorio en esa fase de la desescalada. Y lo ha hecho sin ninguna delicadeza.

Se trata de la Orden SND/399/2020, de 9 de mayo, «para la flexibilización de determinadas restricciones de ámbito nacional, establecidas tras la declaración del estado de alarma en aplicación de la fase 1 del plan para la transición hacia una nueva normalidad».

El Gobierno asegura en ese texto que «en el momento actual, España ha iniciado un proceso de reducción gradual de las medidas extraordinarias de restricción de la movilidad y del contacto social establecidas mediante el citado Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo. […] Este proceso articulado en cuatro fases, fase 0 a fase 3, ha de ser gradual y adaptable a los cambios de orientación necesarios en función de la evolución de los datos epidemiológicos y del impacto de las medidas adoptadas».

Lo curioso es que el Gobierno no ha considerado que entre esos avances necesarios se encuentre la investigación del propio coronavirus. Porque hubiese bastado exigir test y controles extraordinarios para los investigadores, de forma que hubiesen podido volver con normalidad a sus laboratorios.

«El objetivo fundamental del citado plan para la transición es conseguir que, preservando la salud pública, se recupere paulatinamente la vida cotidiana y la actividad económica, minimizando el riesgo que representa la epidemia para la salud de la población y evitando que las capacidades del Sistema Nacional de Salud se puedan desbordar», añade el Ministerio de Sanidad en su orden.

«Flexibilizar determinadas medidas»

Puntualiza que «por todo ello, y en atención a la actual situación epidemiológica de la crisis sanitaria, procede flexibilizar determinadas medidas para determinadas unidades territoriales». Entre esas «unidades territoriales no se encuentran ni Madrid ni Barcelona: sedes de algunos de los principales laboratorios de investigación. Con lo que, al quedar regulada la ciencia como parte de la fase 1, todos esos laboratorios se quedan en espera de la famosa fase 1.

El capítulo VII de la orden señala las «medidas de flexibilización en materia de ciencia e innovación» en la fase 1. Allí, el artículo 21,»Reapertura gradual de instalaciones científico-técnicas», destaca que «las entidades de naturaleza pública y privada que desarrollen o den soporte a actividades de investigación científica y técnica, desarrollo e innovación en todos los campos de la economía y de la sociedad, cuya actividad hubiera quedado afectada, total o parcialmente, por la declaración del estado de alarma y sus sucesivas prórrogas, podrán reiniciar la misma y la de sus instalaciones asociadas». Es decir, que lo podrán hacer al pasar a la fase 1. En caso contrario, no.

Es más, la orden añade que «a efectos del cumplimiento de lo establecido en el apartado anterior, se deberá garantizar la protección de toda persona que preste servicios en las mismas y el cumplimiento de las medidas generales de prevención e higiene frente al Covid-19 indicadas por las autoridades sanitarias y la normativa asociada a la seguridad y salud laboral, asegurando el desarrollo de la actividad laboral en condiciones de seguridad, autoprotección y distanciamiento social». Y no se les están haciendo test generalizados a los investigadores de los centros públicos.

«Asimismo, se llevará a cabo una limpieza y desinfección periódica de los locales e instalaciones donde se desarrollen tales actividades», y en «todo caso, se fomentará la continuidad del teletrabajo para aquellos empleados o personas que presten servicio en dichas entidades y que puedan realizar su actividad laboral a distancia, garantizándose que los trabajadores que resulten imprescindibles para el desarrollo de la actividad investigadora, científica y técnica puedan desempeñar su actividad en el propio centro de trabajo, de conformidad con la normativa que resulte de aplicación».

Pero, de nuevo, todo ello, en la fase 1.

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