Génova lanzará un mensaje de unidad con Ayuso este fin de semana: «Nunca hemos buscado el enfrentamiento»
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El congreso del PP de Castilla-La Mancha, que se celebra este fin de semana, se ha convertido en involuntario protagonista de la crisis en el PP de Madrid. Un escenario que podría certificar la paz entre las dos partes en discordia, al menos, en público. Aunque desde Génova y la Puerta del Sol mantienen sus discrepancias sobre el próximo congreso regional, sí coinciden en varios puntos esenciales: que el ruido generado por las informaciones cruzadas de los últimos días perjudica al partido y que el objetivo común tiene que ser descabalgar a Pedro Sánchez de La Moncloa. En los últimos días, desde la dirección nacional y regional se ha impuesto el silencio para tratar de rebajar la tensión interna. Y los mensajes que se produzcan en los días venideros pueden contribuir aún más a ese propósito. Desde Génova se lanzará un mensaje de unidad. «Nunca hemos buscado el enfrentamiento», confirman desde la cúpula de Pablo Casado.
Al congreso del PP manchego, que se celebrará en Puertollano y certificará la reelección de Paco Núñez, asistirán, además del presidente popular-encargado de clausurar el cónclave-, el secretario general, Teodoro García Egea y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. No está previsto que coincidan, debido al horario programado para sus intervenciones. Egea abrirá el congreso, el sábado, y Ayuso participará en una mesa ese mismo día, pero por la tarde. Mientras, la clausura con Casado será el sábado.
La cita, no obstante, está envuelta en una indudable expectación porque se produce en pleno pulso por el control del partido en Madrid. Las posiciones siguen enfrentadas, pero ambas partes intentan hacer valer los puntos de consenso y los objetivos comunes. En definitiva, lanzar un mensaje de concordia.
Desde Génova, la postura sigue inamovible. El congreso regional, mantienen, se celebrará en los plazos aprobados en su día por la Junta Directiva Nacional, en el primer semestre del año que viene. Ayuso, por su parte, reclama adelantar esa fecha para, afirma, centrarse en preparar las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2023.
Tampoco hay aparente acuerdo, al menos de momento, sobre la candidatura a la presidencia del PP regional. En la dirección popular la apuesta inicial era una tercera vía para mantener alejado el poder orgánico e institucional del partido. Un modelo -por el que en su día apostó José María Aznar y que rompieron Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes- que, sostienen, ha funcionado. Tras la dimisión de Cifuentes, el partido se puso en manos de una gestora presidida por Pío García Escudero y con Ana Camins como secretaria general.
No obstante, en plena crisis interna, Génova no ha llegado a descartar una posible candidatura del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que se enfrentaría a Ayuso en un proceso de primarias. Una vía que muchos cargos en el partido rechazan al considerar que puede provocar una división arriesgada. Tampoco el regidor ha renunciado en público, asegurando que se hablará «cuando toque», es decir, cuando el congreso esté convocado.
Desde la dirección nacional del PP se busca, en cualquier caso, evitar el debate y en los últimos días se ha decretado el silencio para intentar rebajar la tensión. Barones y cargos del partido reclaman que la pugna cese y lamentan las consecuencias electorales para el partido en un momento, precisan, en que el Gobierno de coalición está debilitado por sus fracturas internas. Entre cuadros intermedios y dirigentes territoriales existe un clamor para que sea Pablo Casado el que, definitivamente, medie en la crisis.