La Generalitat destina casi un millón de euros a ganarse el voto de los catalanes en el exterior

Generalitat Cataluña
Carles Puigdemont. (Foto: AFP)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La Generalitat concedió casi un millón de euros a las comunidades de catalanes en el exterior, según consta en el Diario Oficial del Gobierno catalán, en el que este miércoles se recogen las subvenciones concedidas en este ámbito durante 2016.

Se trata, en concreto, de 65 entidades beneficiarias de estas ayudas públicas, destinadas, según se indica, a la «promoción y difusión de Cataluña y su cultura y lengua», a «ayudas sociales a miembros de las comunidades catalanas», a la enseñanza de catalán y a sus actividades de funcionamiento ordinario. Son ‘casas de Cataluña’, ‘centros catalanes’ o distintas organizaciones que agrupan a los catalanes, sobre todo dispersos en todo el mundo. Aunque también se subvenciona a entidades en el territorio nacional, como el ‘Círculo catalán de Madrid’, que recibe una de las subvenciones más altas, 36.500 euros.

Entre las cuantías más elevadas destaca también la de la ‘Casa de Cataluña’ de Buenos Aires (47.500 euros) o el Orfeón Catalán de México (42.000 euros).

La Generalitat considera prioritarias estas subvenciones- que dependen del Departamento de Asuntos Exteriores que dirige Raül Romeva- en tanto pueden resultar determinantes para orientar el resultado de un eventual referéndum. No en vano, en la actualidad, 300.000 catalanes están emigrados en distintos países de todo el mundo.

Una cifra considerable y de ahí que uno de los esfuerzos del Gobierno catalán sea mantener una línea de financiación directa de estas comunidades. La Generalitat tiene registradas en torno a 130 asociaciones, de distinta índole, que prestan atención a los catalanes dispersos por el globo. La relación de estas con la Administración catalana se retrotrae a tiempos de Jordi Pujol.

En los últimos meses, la Generalitat ha intensificado su agenda internacional con el fin de dar visibilidad al procés. El balance es, sin embargo, de un rotundo fracaso. Y sirva como ejemplo, el frustrado viaje del presidente catalán, Carles Puigdemont, a Marruecos, anulado porque ninguna autoridad marroquí había manifestado intención de recibirle.

Igual camino han seguido otras de sus iniciativas exteriores, como el viaje de principios de año a Bruselas, donde Puigdemont recibió el ‘plantón’ de las autoridades comunitarias. Entonces, la Generalitat hubo de recurrir a catalanes invitados, e incluso a niños, para llenar la sala en la que el dirigente catalán ofreció una conferencia.

Aún así, la Generalitat considera que la actividad exterior es clave a fines de lograr adhesiones para su hipotético referéndum.

Hace unos días, y coincidiendo con el Día Internacional de la Cataluña Exterior-el pasado 23 de abril- Romeva instó a los ciudadanos emigrados a inscribirse en el  Registro de catalanes residentes en el exterior.

El consejero de Exteriores valoró «el trabajo y el excelente entusiasmo» de las comunidades catalanas de fuera de Cataluña y les animó a seguir con su labor para mantener y difundir “la identidad catalana y la realidad política y social» de Cataluña.

En ese esfuerzo de ‘captación’ del voto exterior, la Generalitat promovió recientemente una campaña por la que los catalanes que se inscriban en ese registro recibirán la tarjeta sanitaria. Se trata de una reivindicación histórica de ese colectivo, que cuando deja de estar empadronado en Cataluña dejan de tener acceso a la sanidad pública. El Gobierno catalán considera que esa facilidad será un gancho para mantener el «vínculo» con esas comunidades.

 

 

 

 

 

 

 

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