Este miércoles se cumplen 82 años de la primera ‘saca’ de Paracuellos
Este miércoles, 7 de noviembre, se cumplen 82 años del inicio del horror de Paracuellos, la mayor matanza de la Guerra Civil española. Miles de presos considerados opuestos al bando republicano -unos 2.500, aunque los datos son aún imprecisos- fueron asesinados en dos localidades madrileñas: Paracuellos de Jarama y Soto de Aldovea, en Torrejón de Ardoz.
El término ‘saca’ hacía referencia a los grupos de presos que eran trasladados entre cárceles. Precisamente, ese fue el engaño que pusieron los asesinos a los prisioneros: que serían evacuados a otros penales, como el de Valencia. Sin embargo, su destino era otro. De las 33 sacas que se contabilizaron entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936, 23 acabaron en muerte.
Entre los presos había militares, religiosos, falangistas, militantes de derecha… Todos fueron apresados sin acusación. Por poner un ejemplo, la víctima más joven, Samuel Ruiz, apenas tenía 13 años, y nulas sospechas de delito.
Desangrados y enterrados vivos
Las instrucciones se inspiraban en las matanzas comunistas de la Rusia soviética de Stalin. Los presos eran trasladados en autobuses de dos pisos -para ocupar la máxima capacidad- desviados de su recorrido, y asesinados finalmente, atados de dos en dos y ametrallados, en la orilla del río Jarama y Henares. Muchos fueron enterrados aún vivos. Otros murieron desangrados.
La cronología fue la siguiente: el 6 de noviembre, el Gobierno republicano de Francisco Largo Caballero (PSOE) -integrado también por comunistas, miembros de Izquierda Republicana y Unión Republicana, PNV, ERC y sindicalistas de la CNT- partió hacia Valencia ordenando la organización de una Junta de Defensa en Madrid.
El objetivo de esa Junta era la «defensa de Madrid, que deberá ser llevada al límite», rezaba una carta dirigida por el mismo Largo Caballero al general Miaja. El órgano quedó integrado por miembros del PSOE, PCE, UGT o CNT, entre otros.
Un día después, el 7, comenzaron los asesinatos. Las víctimas serían los presos de la cárcel Modelo, evacuados y conducidos a Paracuellos de Jarama, donde sus fosas ya estaban cavadas. Se calcula que ese mismo día fueron asesinados un millar de personas. El terror se prolongó hasta el 4 de diciembre.
Quién dio la orden de ejecutar sigue siendo objeto de controversias, aunque la Consejería de Orden Público la dirigía, por entonces, Santiago Carrillo. Los presos eran sacados de las prisiones con listas elaboradas con órdenes por escrito en papel oficial de la Dirección General de Seguridad, muchas firmadas por Segundo Serrano Poncela, el delegado de Orden Público de la Consejería de Carrillo.