La España de Sánchez y la Argentina de Kirchner rivalizan por ser el peor país de la segunda ola
España va disparada hacia el primer puesto mundial de países con peores cifras en la segunda ola del coronavirus. En su camino hacia el primer puesto de países más afectados por la pandemia sólo se interpone a día de hoy la Argentina gobernada por la izquierda kirchnerista de Alberto González, con Cristina Fernandez de Kirchner como vicepresidenta. El gobierno argentino, acosado por las críticas a su gestión sanitaria, registra a día de hoy el mayor riesgo de contagio de todo el mundo: la incidencia acumulada media de todo el país está en 318 contagios por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. España está muy cerca de esa cifra.
España le pisa los talones a Argentina con una incidencia acumulada que en estos momentos se sitúa en 280 casos por cada 100.000 habitantes, según los últimos datos oficiales del Ministerio de Sanidad. La cifra es mayor según los registros de la Unión Europea: el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (ECDC) la sitúa para España en 310 contagios por cada 100.000 habitantes. Sólo 8 puntos de diferencia y acercándose cada vez más.
Para encontrar al tercer peor país según riesgo de contagio hay que ir hasta Perú, con una incidencia acumulada actual de 227 casos. Países como Brasil, Colombia, Ecuador o Estados Unidos, que hace semanas mostraban datos mucho peores que España, están hoy por debajo del umbral de los 200 casos por cada 100.000 habitantes.
Positividad disparada
De cada 10 personas que se han hecho un test PCR para detectar el coronavirus en España en la última semana, entre una y dos han dado positivo. Ese indicador refleja la tasa de positividad o tasa de positivos, uno de los criterios en los que se basa la Organización Mundial de la Salud (OMS) para determinar si una pandemia está bajo control: actualmente España alcanza un 13,1% y casi triplica el 5% que la OMS marca como umbral máximo aceptado.
Las cifras de la pandemia en España son concluyentes: la segunda ola del coronavirus está completamente descontrolada. Al menos si se tiene en cuenta los criterios que estableció la OMS el pasado 12 de mayo en una guía para determinar si la epidemia está o no bajo control.
En ese documento se especifica que un país puede considerar que tiene bajo control la pandemia si «menos del 5% de las muestras analizadas dan positivo para COVID-19 al menos durante las dos últimas semanas, siempre y cuando la vigilancia de casos sospechosos sea integral». Es decir, siempre que se realice test a todos aquellos casos sospechosos, tal y como está ocurriendo de forma generalizada en España.
El umbral del 5% de esta tasa de positividad, que es como denominan los epidemiólogos a este indicador, es preocupante si se tiene en cuenta que España ha alcanzado en la última semana una tasa de positivos del 13,1%, tal y como ha quedado reflejado en la última actualización de datos realizada por el Ministerio de Sanidad.
Traducido a números, una tasa de positivos del 12,6% indica que de las 631.238 pruebas PCR que se han realizado en España entre el 4 y el 10 de septiembre -la pasada semana-, un total de 79.535 pruebas han arrojado un resultado positivo. De cada 10 pruebas, algo más de una confirma un contagio. Más del doble de lo exigido por la OMS.
Por comunidades autónomas, Madrid es el territorio nacional con mayor tasa de positivos, un 23%. Le siguen Castilla-La Mancha con un 17,7%, Aragón con un 16,5%, y Murcia con un 14,6%. Las comunidades autónomas que mejor paradas salen según este criterio son Asturias, con apenas un 2,5%, La Rioja con un 6,8% y Galicia con un 7%. Sólo Asturias cumpliría el criterio de la OMS y podría considerar la pandemia bajo control.
La pandemia sigue sin dar tregua en España. El estado de alarma y el proceso de desescalada finalizó el pasado mes de junio. Un mes más tarde, a finales de julio, la situación volvía a descontrolarse y comenzaban los primeros confinamientos en Lérida y Lugo. Fue el inicio de la ‘segunda ola’, la más prematura de todo el mundo, y a día de hoy la más preocupante a nivel mundial.