ERC vuelve al desafío: amenaza con la desobediencia si fracasa la mesa de diálogo

TSJC
Pere Aragonés.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

Diálogo y diálogo, pero sin renunciar a otras vías «alternativas», es la estrategia de ERC para solucionar el conflicto en Cataluña, según la hoja de ruta que el partido plantea para su Conferencia Nacional de marzo y en la que se contempla la «desobediencia» en caso de que la mesa de negociación fracase.

La formación republicana ha puesto en marcha este lunes su maquinaria interna que desembocará en una Conferencia Nacional los próximos 12 y 13 de marzo, con La Farga de L’Hospitalet (Barcelona) de nuevo como escenario, como ya ocurrió en dos cónclaves anteriores.

Una ponencia que reafirma y «actualiza» la hoja de ruta del partido, manteniendo su apuesta sin fisuras por la vía del diálogo. «La mejor confrontación democrática es la mesa de negociación», ha dejado claro en rueda de prensa el coordinador de la propuesta, el exconseller Raül Romeva, vicesecretario general de prospectiva y Agenda 2030 de ERC.

La fórmula de Esquerra pasa así por la mesa Generalitat-Moncloa, acompañada de una «revitalización» del movimiento independentista, el impulso de la movilización social y el reto de lograr un consenso estratégico independentista, una triple ecuación que los de Oriol Junqueras consideran clave para el «éxito» de la negociación.

El documento incide en la importancia de que «la existencia del conflicto político sea reconocida por primera vez por parte del Gobierno español», un hecho «sin precedentes» que ofrece la oportunidad de abrir una negociación «que ponga fin a toda forma de represión y ofrezca a la ciudadanía de Cataluña el derecho a decidir».

Pero la formación del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, matiza a continuación que «no es ingenua» y que debe estar preparada por si «la negociación no da los resultados esperados», por lo que aboga por construir «alternativas democráticas para afrontar el embate democrático».

¿Y eso qué significa? «No renunciamos ni renunciaremos a ningún instrumento democrático que nos permita decidir nuestro futuro colectivo para llegar a la ‘República Catalana’, de acciones de desobediencia política y social hasta de desbordamiento democrático para hacer posible el derecho a la autodeterminación», detalla ERC.

El propio Romeva, en su comparecencia, ha dejado claro en ese sentido que la opción prioritaria y la «bandera» que defiende el partido es la negociación; pero al mismo tiempo ha admitido que Esquerra «no renuncia a ninguna herramienta», consciente de «quién tiene delante, qué significa el Estado y quién mueve sus hilos».

Precisamente el sábado, en el Consell Nacional de JxCat, el secretario general de dicha formación, Jordi Sànchez, aseguró que es el momento de «evaluar» los acuerdos a los que llegaron con ERC en mayo de 2021 para empezar a trabajar en las «alternativas» a la mesa de diálogo, ya que considera que ésta ha «fracasado».

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