Críticos de Sánchez creen que recurrirá a C’s cuando «se vea con el agua al cuello»

El sector del PSOE crítico con Pedro Sánchez considera que la apuesta por gobernar en solitario tendrá una duración limitada, en torno a la mitad de la legislatura, y que, finalmente, Sánchez acabará ofreciendo un acuerdo a Ciudadanos. Un momento que coincidirá, pronostican, con un empeoramiento de la situación económica. 

Por el momento, el líder socialista ha rechazado formar alianzas estables para sostener la legislatura, mientras Albert Rivera insiste en que no pactará con Sánchez, en su estrategia de reivindicar el liderazgo de la oposición.

La vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, afirmó este lunes que la intención de Sánchez es tratar de gobernar por su cuenta en la próxima legislatura. No obstante, los 123 escaños logrados el pasado domingo hace imprescindible que el PSOE busque acuerdos, aunque sean coyunturales -la mayoría del Congreso está en 176 diputados- para sacar adelante su iniciativa legislativa.

Para empezar, Sánchez deberá urdir esos pactos para su propia investidura. Al socialista, de entrada, le bastaría con el apoyo de Podemos, Compromís, PNV y Coalición Canaria, para ser investido en una primera vuelta. Aunque Ana Oramas, líder de esta última formación, se ha mostrado reacia a apoyar un Ejecutivo con Pablo Iglesias y «los independentistas vascos y catalanes». No obstante, en una segunda vuelta -para la que se precisa de una mayoría simple, es decir, más ‘síes’ que ‘noes’-su abstención sería suficiente, considerando también, por ejemplo, que apoye el Partido Regionalista de Miguel Ángel Revilla, algo previsible.

Desde que se conocieron los resultados, Ciudadanos -con un ascenso imparable, 57 diputados-insiste en que la puerta está cerrada para el Gobierno socialista.

Lo dijo Rivera el mismo domingo, y en las últimas horas, también lo han corroborado distintos dirigentes de la formación naranja, como su portavoz.

“Ciudadanos no puede pactar con quien pacta con Torra, Bildu y Puigdemont. Nuestra decisión está avalada en las urnas por nuestra subida, todos sabían que nuestros votos eran para sacar a Sánchez de la Moncloa», aseveró Inés Arrimadas.

En el PSOE creen, en cambio, que intentar gobernar en solitario requiere de un esfuerzo que colocará al Gobierno en una situación de debilidad. Teniendo en cuenta, sobre todo, que las próximas fechas vendrán marcadas por la sentencia del ‘procés’ y sus reacciones, que obligarán a los partidos a tomar postura.

La «oposición dura» de Podemos

En este contexto, consideran además que Podemos ejercerá una «oposición dura» porque, al quedar fuera del Ejecutivo socialista, en contra de sus pretensiones, tratará de marcar un perfil propio, desmarcándose de Sánchez, pero compitiendo por el mismo espectro ideológico.

El partido de Pablo Iglesias, pese a la negativa de Sánchez, no se da por vencido. Insiste en que la única alternativa estable es la de un gobierno de coalición. Y busca un hueco institucional desde el que fortalecer su debilitado discurso (1,3 millones de votos menos). 

«Sólo nos planteamos un escenario: que haya un gobierno de coalición», dejó claro este martes la portavoz Irene Montero.

Según la formación podemita «un Gobierno en solitario no es lo que han pedido los votantes».

«Hemos dicho muy claro que queremos gobernar, porque sólo desde el gobierno se cambian las cosas, como bajar la factura de la luz o regular el mercado del alquiler», consideró Montero.

El temor del partido morado es que Sánchez se apropie de sus medidas estrella, llevando la iniciativa parlamentaria desde un gobierno monocolor.  «La autosuficiencia de los partidos, a pesar de no tener mayoría parlamentaria es un error, no es algo que la gente quiera», insistió.