EEUU y otros 20 países, entre los que no está España, piden a Cuba respetar «derechos y libertades»
EEUU lidera una coalición de 20 países, entre los que no está España, que ha pedido a Cuba respetar los «derechos y libertades» de las personas detenidas por las protestas que tuvieron lugar el 11 de julio en, al menos, 40 localidades de la isla. Varios países latinoamericanos se unieron el lunes al Gobierno de Estados Unidos para presionar e intentar conseguir su liberación.
No es extraño que el Gobierno español no haya participado en esta iniciativa porque, hasta el momento, no considera que el país esté gobernado por una dictadura, palabra que en las últimas semanas y a raíz de las protestas en el país caribeño en ningún momento ha sido utilizada por el Ejecutivo.
Es más, Pedro Sánchez continúa blanqueando de manera complaciente al régimen de Manuel Díaz-Canel. El presidente no concluye de manera tajante como muchos otros países del entorno que Cuba es una dictadura y se aleja de nuevo de las sanciones que EEUU ha impuesto a la isla. «Es evidente que Cuba no es una democracia, no lo es», llegó a reconocer el presidente Sánchez, en una entrevista, para tratar de salir ileso de la airada crítica social.
Así, diferentes ministros del Gobierno socialcomunista de Sánchez como la nueva portavoz Isabel Rodríguez o la vicepresidenta Nadia Calviño, fueron otras de las responsables del Ejecutivo que se negaron a señalar que Cuba era una dictadura.
El resultado de esta unión de diferentes países para pedir la liberación de las personas detenidas en las revueltas instaron «al gobierno cubano a que preste atención a las voces y a las demandas del pueblo cubano».
También en una declaración conjunta se señaló que: «La comunidad internacional no vacilará en su apoyo al pueblo cubano y a todos aquellos que defienden las libertades básicas que toda persona merece».
Otras naciones latinoamericanas que firmaron la declaración fueron Guatemala y Honduras, ambas estrechamente alineadas con la política exterior estadounidense.
El canciller cubano Bruno Rodríguez comentó en redes sociales que el llamamiento se basa en el apoyo «de un puñado de países que han sido presionados para acatar sus dictados».
Rodríguez señaló que Cuba cuenta con el respaldo de 184 naciones que piden a Estados Unidos eliminar el embargo contra la isla y emplazó a Washington a presentar pruebas que demuestren sus «calumniosas acusaciones».
México a EEUU: «Levanten el embargo»
Corea del Sur, aliada tradicional de Estados Unidos, fue la única nación asiática que se sumó, mientras que desde Europa también la apoyaron Austria, Polonia y Grecia.
La declaración, sin embargo, no está firmada por aliados cercanos de Estados Unidos, como Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Japón y España, a pesar del entusiasmo que han mostrado por trabajar estrechamente con el presidente demócrata Joe Biden tras las turbulencias de su predecesor, el republicano Donald Trump.
Biden pretende hacer un frente común con sus aliados para presionar a Cuba, pero Washington ha estado tradicionalmente aislado en este tema. De hecho, la Asamblea General de la ONU condenó, a finales de junio, por abrumadora mayoría y por 29ª vez el embargo impuesto contra la isla por Estados Unidos en 1962.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, propuso a Estados Unidos permitir nuevamente el envío de remesas a Cuba, como un primer paso para levantar el embargo. «Podrían hacerse muchas cosas, sólo sugiero una, con todo respeto, para las dos naciones: que se permita el que puedan recibir las familias de Cuba remesas de quienes viven y trabajan en Estados Unidos o en cualquier otro país», dijo el lunes a la prensa el mandatario izquierdista.
Según López Obrador, «Biden debe tomar una decisión al respecto. Es una petición respetuosa, desde ningún punto de vista injerencista, pero hay que separar lo político de lo humanitario».
El Gobierno de Biden impuso la semana pasada sanciones al ministro de Defensa de Cuba. Desde la Casa Blanca dicen estar buscando formas de restablecer el acceso a Internet y de permitir que los cubano-estadounidenses envíen dinero sin que el gobierno se quede una parte.