La directora que retó a Mas el 9N: «El indulto de Sánchez es una traición a los votantes del PSOE»
Dolores Agenjo, ex responsable del Instituto Pedraforca de Hospitalet, estará en la manifestación de Colón
Critica que la "utilidad pública" que alega el Gobierno para indultar a los presos del 1-O es "utilidad sanchista"
Dolores Agenjo Recuero (Barcelona, 1955) representa la fuerza del constitucionalismo frente a los separatistas catalanes instalados en el poder. El 9 de noviembre de 2014, siendo directora del Instituto Pedraforca de Hospitalet de Llobregat, se negó a entregar las llaves del centro a la Generalitat para la celebración de la consulta ilegal impulsada por Artur Mas. A raíz de ello fue perseguida por el independentismo y se convirtió en icono de la defensa de la unidad de España.
Nunca ha militado en ningún partido, asegura, aunque fue como independiente en las listas de Ciudadanos. Incluso simpatizó con el trotskismo en su juventud dentro de la FUDE. Ya jubilada, no tiene relación con ninguna formación política ni plataforma cívica. Se define como una Llanera solitaria y estará este domingo en la Plaza de Colón de Madrid en la manifestación convocada por Unión 78 contra los indultazos que prepara el Gobierno de Pedro Sánchez a los golpistas. Esta profesora es figura destacada de esa sociedad civil que planta cara al chantaje secesionista.
PREGUNTA.- ¿Qué le parece que el Gobierno de Pedro Sánchez vaya a indultar a los presos del 1-O y apele a la «magnanimidad» de los ciudadanos?
RESPUESTA.- Me parece muy mal. Me parece una traición a todos los españoles. En primer lugar, a los propios votantes del PSOE, porque Pedro Sánchez prometió que no los indultaría. Además, es un acto de hipocresía y de cinismo, porque alega que se trata de una cuestión de magnanimidad, de generosidad, de utilidad pública, cuando en realidad es utilidad sanchista. Ésta es su utilidad para él, para poder continuar en el poder. Y además, los los indultos son algo que debería ser eliminado. Es un acto feudal, un privilegio. El privilegio del que da el indulto para favorecer a un privilegiado. Es decir, algo propio del Antiguo Régimen impensable en una sociedad democrática. Si acaso, los indultos deberían ser muy excepcionales. Y desde luego, no para políticos.
P.- ¿Por qué cree que es necesario manifestarse este domingo en Colón?
R.- Bueno, pues para empezar, el derecho de manifestación es un derecho amparado por la Constitución. Es nuestra libertad de expresión, de las personas que piensan como yo, que somos muchísimas, como avalan las encuestas. Más del 60 por ciento de los españoles no estamos de acuerdo con estos indultos. Nos parecen injustos y pensamos que es una afrenta a todos los españoles y especialmente a los catalanes que padecimos y que seguimos padeciendo el régimen dictatorial del nacionalismo catalán. Tenemos el derecho, todo el derecho del mundo, a manifestarnos y expresar nuestra opinión y a decir claramente que estamos en contra de esta medida porque es una injusticia. Debe quedar claro y quedará claro en Colón este domingo.
P.- La concentración ha sido convocada por Unión 78, una plataforma de la sociedad civil. Usted que representa en su máximo expresión a la sociedad civil, ¿cree que el constitucionalismo debería estar más unido en la calle?
R.- Por supuesto, todos los constitucionalistas, incluidos los los votantes del PSOE. Y si hay alguno en Podemos, que lo dudo, también. Pero si los hubiera, todos deberían estar en esa manifestación. Es una manifestación que no es ni de derechas ni de izquierdas. No es partidista. Es una manifestación en defensa de los derechos y de la igualdad de todos los españoles. Es una manifestación en contra de una injusticia, de unos privilegios. Y es una manifestación que dice ‘no’ a que se indulte a unas personas que han cometido el gravísimo delito de abolir la Constitución y de intentar imponer una dictadura en Cataluña. Es aberrante, y por tanto, cualquier constitucionalista debería estar interesado en ir a esta manifestación, sin duda alguna.
P.- ¿El socialismo está siendo cómplice del golpe institucional que prepara Sánchez? ¿Creen que habrá socialistas descontentos con Sánchez que simpatizarán con la concentración de este domingo?
R.- El socialismo, y especialmente el socialismo catalán, ha sido siempre cómplice del nacionalismo. El nacionalismo jamás hubiese podido alcanzar las cotas de poder que ha llegado a tener en Cataluña. No habría llegado nunca a dar un golpe de Estado separatista si no hubiese sido por la complicidad del PSOE. El socialismo avaló el discurso nacionalista desde un principio. El PSC fue el que impuso las multas lingüísticas por rotular en español, y ha defendido a sangre y fuego inmersión lingüística obligatoria en catalán. Es decir, el PSOE es responsable de que en Cataluña los niños catalanes hispano-hablantes no puedan educarse en su lengua materna. Es una injusticia espantosa, terrible, sin la cual jamás habrá paz social en Cataluña. O en todo caso, habrá sometimiento y apatía, pero no paz social.
En España tenemos el grave problema de que la gente vota a un partido político como quien es hincha de un equipo de fútbol. ‘Mi partido siempre, haga lo que haga, es el que hay que votar y este chip creo yo que hay que cambiarlo’. El caso de los indultos se merece que muchos de los votantes socialistas que no piensan como Pedro Sánchez le retiren su apoyo, su confianza, porque les ha traicionado. Está haciendo todo lo que dijo que no haría. Pero, insisto, un partido no debe tener nuestro voto de forma automática, tiene que ganárselo.
P.- ¿Qué le parece que la izquierda haya estigmatizado aquella manifestación, pese a su éxito, señalando a Vox?
R.- La izquierda en sí es maestra en la propaganda política y la derecha en España se siente muy acomplejada. Tiene miedo del cartelito que le puedan colgar. Anda siempre pensando en ‘qué dirá la izquierda si hago esto’. En mi modesta opinión, creo que uno tiene que defender lo que piensa cuando cree que es justo y cuando cree que tiene argumentos para defenderlos. Tiene que defenderlo sin importarle lo que piensen los demás, lo que digan o el cartelito que encuentren. Lo que tiene que hacer la derecha de este país es hacer también su propaganda, que no la hace, sino que va siempre a rebufo desde las consignas propagandísticas de la izquierda.
No es partidista. Es una manifestación en defensa de los derechos y de la igualdad de todos los españoles. No es ni de derechas ni de izquierdas
Cualquiera tiene derecho a participar en la manifestación que sea, si comparte sus principios, independientemente de quién vaya a esa manifestación. Porque luego a la izquierda no le importa cuando se manifiesta, se abraza y se da besitos con Otegi, con filoetarras, con separatistas. Qué autoridad moral tienen ellos para decirle ni al PP ni a Ciudadanos que se han hecho una foto al lado de Vox, un partido que, yo sepa, todavía no ha cometido ningún atentado, no ha matado a nadie, no ha cometido ningún acto de violencia y acata la Constitución. Entonces, ¿qué problema hay?
P.- El indulto que prepara el Gobierno para los golpistas del 1-O supone también rebajar la gravedad del precedente por el que fue condenado Artur Mas el 9-N. Usted que fue la única directora de colegio que negó las llaves a la Generalitat para aquella consulta ilegal, ¿se siente estafada y traicionada por este Ejecutivo?
R.- Bueno, ya me sentí estafada con el Ejecutivo del PP porque nos pidieron a los directores que no colaboráramos con una ilegalidad o que denunciáramos las presiones. Y ante eso, yo, por convicciones, porque creía que era lo correcto, porque creía que era mi obligación, pero también porque me sentía en cierto modo amparada por el Gobierno de España, tomé la decisión de oponerme a esa orden fraudulenta de la Generalitat. Cuál fue mi sorpresa cuando vi que el referéndum del 9-M se celebraba sin ninguna oposición de ningún tipo y que al día siguiente estos señores seguían tranquilamente en sus puestos.
Volví a sentirme traicionada cuando vi el pasteleo en que se convirtió el juicio contra Artur Mas, que acabó en nada, con una inhabilitación de unos añitos y una multa que luego resulta que es asumida por unas asociaciones separatistas subvencionadas. Y ahora, me siento traicionada como española porque se está permitiendo que unos golpistas que han atentado contra la Constitución, que han desobedecido la ley siendo los que estaban encargados de de hacer cumplir la ley y de proteger las leyes en Cataluña, vayan salir de la cárcel. Por qué ellos salen de la cárcel y otros presos no. Eso transmite el mensaje de que lo que han hecho carece de importancia. Es gravísimo. Es darles la señal de que pueden volver a hacerlo, como ya afirman que harán.
P.- ¿Cómo ve que desde el Gobierno y sus satélites mediáticos se venda que los separatistas han renunciado a la vía unilateral cuando no es así? El ‘power point’ de Vendrell lo confirma.
R.- Ellos no renuncian nunca a nada. Después del fracaso del 1-O, porque fue un fracaso, no tienen fuerzas para seguir y no ven salida. Entonces, necesitan una tregua para recomponerse. Y ahí entran en juego los pactos con el PSOE, los indultos como premio. Y dicen que les van a dar más competencias, pero ¿en qué? Lo tienen prácticamente todo. Y no sólo eso. En aquello en lo que no son competentes y el Tribunal Constitucional les dice que no pueden hacerlo como ellos quieren, hacen caso omiso. Claro que lo volverán a intentar. Y ahora con los indultos se van a reforzar. Van a hacer acopio de munición para volver a intentar un tercer golpe, porque el día del 9N lo considero un golpe también. Irán a por la tercera, a ver si es la vencida.
P. -He leído que usted coqueteó con el trotskismo en la izquierda antifranquista. ¿Le han llamado facha por ser emblema del constitucionalismo?
R.- Me han llamado facha y hasta nazi. Y le voy a confesar algo. Hubo un tiempo en que el miedo a que te llamaran estas cosas, te coartaba, porque como no lo eres, no quieres que te lo llamen. A nadie le gusta que le llamen lo que no es. Pero llega un momento en que ante esta especie de chantaje, te dices ‘no me voy a callar; me llamen lo que me llamen; voy a decir ahora ya siempre lo que pienso’. Para mí es como una rebelión: ‘No, ya no me someto’.
P.- ¿Cómo ve ahora a Ciudadanos? Usted fue en sus listas en la etapa de Albert Rivera.
R.- Ciudadanos era un partido que me entusiasmaba, sobre todo por sus principios, porque era el máximo defensor de los derechos lingüísticos de los catalanes. Era el único partido que hablaba claramente, pero empezó a defraudarme cuando comenzó a renunciar a ciertos principios por estrategias electorales, buscando conseguir más votos, como ocurrió, por ejemplo, con la ley de violencia de género.
Si tú tienes unos principios, lo que tienes que hacer es convencer a la sociedad de que esos principios que tú defiendes son buenos, son válidos, son los mejores, mejores que del otro partido. No cambiar de principios para que te vote más gente, sino hacer que tus principios sean vistos con simpatía y aceptados y compartidos por más gente. Ciudadanos tenía que haber continuado la lucha en Cataluña hasta derrotar al separatismo, convertirse en el partido hegemónico en Cataluña antes de intentar ser el primero en España.