Los díscolos del ‘no’, castigados… y aislados del resto del PSOE en el Congreso

La solemne sesión de apertura de las Cortes ha servido para evidenciar las enormes distancias que en la bancada socialista separan a aquéllos que facilitaron con su abstención la investidura de Mariano Rajoy y quienes, en su lugar, optaron por desacatar el mandato del Comité Federal.

El grupo de los diputados díscolos, entre los que se encuentra la ex magistrada Margarita Robles, la diputada por Aragón Susana Sumelzo o la ex comandante Zaida Cantera, han hecho ‘piña’ este jueves, y han optado por comentar la jornada, al margen del resto de diputados.

Las relaciones en el grupo parlamentario socialista es de evidente tensión, en un momento en que se va concretando la sanción a los diputados, que pasa por la expulsión de los cargos institucionales, además de una multa de 600 euros.

La reunión de la gestora socialista, este jueves, ha culminado el proceso de penalización a los parlamentarios del ‘no’ y, tal y como se preveía, las dos integrantes de la dirección del grupo parlamentario socialista en el Congreso que votaron en contra de la investidura del candidato del PP, Meritxell Batet (PSC) y Sofía Hernanz (Baleares), han perdido su cargo. También Susana Sumelzo dejará de ostentar la portavocía de la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo. Sin embargo, otros tres portavoces se mantendrán en sus cargos, Manuel Cruz al frente de la portavocía de Educación; Joan Ruiz en Política Integral; y María Mercè Perez en la del Pacto de Toledo, los tres del PSC. También Margarita Robles permanece como presidenta de la Comisión de Justicia.

Zaida Cantera, la otra independiente por Madrid que no acató la resolución del comité federal de abstenerse, también ha sido relegada como portavoz adjunta de la comisión de Defensa. Los primeros en ser apartados de sus actuales funciones fueron, este miércoles, el diputado del PSC José Zaragoza, como presidente de la Comisión Mixta Congreso-Senado para las relaciones con la UE -le sustituye Soraya Rodríguez-, y el balear Pere Joan Pons como portavoz del Grupo Socialista en la misma, que será reemplazado por Eduardo Madina.

Según confirman desde el sector crítico y ‘oficialista’, las relaciones entre ambos lados están prácticamente congeladas. A ello se suma que los díscolos no tienen contacto alguno con el dimitido Pedro Sánchez desde hace semanas.

El ex secretario general parece haber dejado en impasse los planes que anunció el pasado 3o de octubre, día de su despedida como diputado, cuando aseguró que de inmediato cogería el coche para recorrer las distintas federaciones y “escuchar a los militantes y votantes de izquierda”.

En su lugar, ha aprovechado para viajar a EEUU, donde participó en un coloquio sobre las elecciones americanas, y, este mismo jueves, a otro destino en compañía de su mujer, Begoña.

Incluso entre los conocidos ‘pedristas’ no se oculta el malestar por el actual comportamiento de Sánchez, y, más en concreto, por la ‘deriva’ que tomó en su discurso cuando, apenas 24 horas después de renunciar al acta en el Congreso, concedió una entrevista al programa de Jordi Évole en la que aseguraba haberse equivocado al llamar “populista” a Podemos, o admitía que“Cataluña es una nación dentro de otra nación que es España”. En aquella conversación, Sánchez arremetió además duramente contra el poder económico y mediático.