El des-Gobierno del coronavirus: el plan de vuelta al colegio no incluye ninguna garantía de que se cumpla

Ley Celaa
La ministra de Educación, Isabel Celaá.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Gobierno, a través de los Ministerios de Educación y Sanidad, ha propuesto finalmente este jueves sus medidas para afrontar el regreso a la actividad lectiva, cuyo inicio es inminente. El protocolo, sin embargo, no ha servido para aliviar a los padres, que desde hace semanas reclaman soluciones para que la vuelta a las aulas resulte segura. La incertidumbre sigue presente, señalan desde algunos colectivos. Apuntan, además, a la falta de propuestas para asegurar que las medidas se cumplen.

«Lo que echamos de menos, especialmente, es la creación de un ‘observatorio de vigilancia e implantación Covid’, que se tendría que dedicar a controlar y revisar si las medidas son viables y acordes a la normativa», señala Pedro Caballero, presidente de CONCAPA. Este ente ofrecería además a las familias la garantía de que el centro al que envían a sus hijos es seguro y respeta las medidas acordadas. Aunque desde la organización han solicitado que esa figura funcione a nivel provincial, consideran que debe ser un asunto nacional y que abarque a todos los centros, de titularidad pública, concertada y privada. Estaría formado por personal del ámbito educativo, además de representantes de las consejerías de Sanidad y Educación del Gobierno autonómico correspondiente.

Sin garantías

Lo cierto es que la guía presentada por Isabel Celaá y Salvador Illa no recoge ninguna garantía para hacer que el compendio de medidas se cumpla. Ni siquiera se ha pactado cómo se supervisarán los planes elaborados por cada centro. El Gobierno no cuenta, explícitamente, con ningún mecanismo para asegurar que el retorno a las aulas sea seguro y que las medidas propuestas estén completamente implantadas en el inicio de curso, ni que se apliquen y respeten a lo largo del periodo lectivo.

También presenta otras lagunas. Por ejemplo, no se ha establecido una ratio consensuada de alumnos por aula, ni si habrá que hacer PCR en los centros educativos. El Gobierno no sabe todavía cómo se podrá actuar contra los padres que decidan no llevar a sus hijos al colegio, como ya se ha advertido.

Lo único que recoge la guía es que se celebrará una reunión semanal del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud «para el adecuado seguimiento de la evolución de la pandemia y la posible adopción de medidas de forma coordinada». El Ministerio de Educación, por su parte, asegura que convocará las reuniones «que considere necesarias de la Comisión General de Educación, con objeto de analizar el impacto de la pandemia en los centros educativos».

Las medidas, destaca el protocolo, habrán de ajustarse a «la evolución de la situación epidemiológica, a las indicaciones de las autoridades sanitarias y a las guías, protocolos y procedimientos de actuación existentes o que se desarrollen en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud para cada escenario previsto de transmisión» del virus. Y «se garantizaran los recursos materiales y humamos necesarios para dar respuesta a lo establecido en las medidas consensuadas». Pero poco más acerca de cómo asegurar su cumplimiento efectivo.

Mascarillas, distancia…

El protocolo plantea cuestiones muy genéricas, como medidas de higiene y uso de las mascarillas, que será obligatorio a partir de los seis años.

Los alumnos tendrán que lavarse las manos al menos cinco veces al día y las aulas se ventilarán durante 10 o 15 minutos al inicio y final de la jornada escolar.

El curso escolar se desarrollará de manera presencial hasta 2º de la ESO y a partir de 3º de la ESO podrá tener un carácter semipresencial. Los centros educativos asegurarán los servicios de comedor y el apoyo lectivo a los menores vulnerables o con necesidades especiales. Los trabajadores de los centros educativos reducirán su presencia en él a lo mínimo imprescindible y se fomentará que puedan realizar actividades no lectivas por vía telemática.

Sólo se admitirá cerrar un centro si se detectan contagios «descontrolados y generalizados». El protocolo indica además que en caso de detectarse un sospechoso de coronavirus la actividad continuará hasta que se confirme o se descarte.

Asimismo, se establecerán grupos estables de convivencia, que permitirán que los alumnos puedan relacionarse sin mantener la distancia de 1,5 metros. No se aclara, en cambio, el número de alumnos que compondrá esa «burbuja». En el comedor se tendrá que garantizar también la distancia de seguridad, a excepción de entre los grupos de convivencia estable.

Dudas de los padres

Las asociaciones de padres han destacado la «incertidumbre» que se ha generado en la vuelta al colegio y consideran que algunas medidas son «complicadas» de llevar a cabo.

«Siguen sin quedar claras las medidas sanitarias que deberían hacer los centros educativos para que consiguieran lugares y espacios seguros para nuestros alumnos», ha señalado de CONCAPA.

Caballero pone la atención, por ejemplo, en la figura del coordinador Covid, que deberá tener cada centro porque, aunque es partidario, se presentan dudas sobre «cómo sería su formación». Esa persona deberá controlar los protocolos y mantener una interlocución con los servicios sanitarios.

Por su parte, desde la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), Leticia Cardenal ha señalado que las medidas anunciadas están «bien», aunque son «complicadas de llevar a cabo». Pone como ejemplo la necesidad de lavarse las manos cinco veces cada alumno y de acortar las horas lectivas.

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