Defensa pidió en febrero garantizar los ricos yacimientos canarios que Sánchez ni mencionó en Rabat
Pedro Sánchez no ha dedicado ni una palabra en su negociación con Rabat al blindaje de la explotación de los yacimientos canarios de telurio y cobalto. Y lo ha hecho pese a que un informe del Instituto Español de Estudios Estratégicos, del Ministerio de Defensa, alertaba de la importancia de las materias primas y, en concreto, del telurio y cobalto que albergan los montes subterráneos españoles en canarias.
El informe fue elaborado en febrero por el organismo estratégico dependiente de Defensa. Es decir, un mes antes de que Pedro Sánchez moviera ficha para pactar con Marruecos un nuevo partenariado. El estudio fue elaborado por expertos en minería y estrategia. Y subrayaba sin grandes rodeos que “los minerales, al igual que el agua, el petróleo o el gas, son recursos estratégicos muy preciados, origen de muchos conflictos y también de grandes desigualdades”. Subrayaba la importancia de la “dependencia del exterior de ciertas materias primas y de las cadenas de suministro”, toda “una preocupación creciente de las principales potencias debido al aumento de la demanda de determinados minerales como consecuencia del auge de las energías renovables y de los avances tecnológicos”. Y señalaba dentro de las áreas estratégicas en esta lucha por las materias primas, las aguas españolas en Canarias. Y es que son uno de los mayores yacimientos de cobalto y telurio del planeta.
Pese a la rotunda advertencia procedente de los analistas de su propio Gobierno, Pedro Sánchez ha vuelto de su encuentro con el Rey Mohamed sin una sola palabra centra en esos yacimientos. Y están reclamados ante Naciones Unidas tanto por España, como por Marruecos.
Subraya la jurisdicción nacional
El documento del Instituto Español de Estudios Estratégicos se presentó como Cuaderno de Estrategia bajo el nada disimulado título de “Minerales: una cuestión estratégica en el siglo XXI”.
El informe destacó la importancia de “los minerales” y el problema de la “excesiva concentración en determinados países, como China”, lo que puede provocar que sean utilizadas “como herramienta geopolítica con graves implicaciones desde el punto de vista de la seguridad internacional”. El informe añadía que “la explotación de ciertos minerales también está ligada a la financiación de grupos terroristas, lo que constituye un problema creciente, por ejemplo, en la zona del Sahel, con consecuencias sobre la estabilidad, el empobrecimiento de los países de la zona y las inversiones extranjeras”.
Destinaba un apartado específico a la “exploración de los fondos marinos en España”. Los detalles fueron rotundos: “En España se han estudiado y encontrado depósitos minerales en áreas de la jurisdicción nacional, así como en regiones que se encuentran dentro de la propuesta para la ampliación de los límites de la plataforma continental de España, registradas y presentadas ante la ONU27”. El Servicio de Cartografía Geológica Marina del IGME, de hecho, participa en acciones nacionales e internacionales para la investigación de minerales submarinos a través de varios proyectos. Porque “en España, las tres áreas de mayor interés son el golfo de Cádiz, el margen oeste de Galicia y los montes submarinos de las islas Canarias”, destaca el informe.
Especial importancia del yacimiento
En el golfo de Cádiz hay extensos campos de nódulos de ferromanganeso. Están acompañados de campos de chimeneas. Estos nódulos son ricos esencialmente en hierro y manganeso, mientras que, por el contrario, son pobres en elementos traza como níquel, cobre y cobalto. También en esta zona se encuentran costras de hierro-manganeso fosfatizadas, conformando un pavimento sobre el suelo marino del denominado Banco del Guadalquivir. En el margen oeste de Galicia también hay montes submarinos reactivados y elevados durante el proceso tectónico pirenaico en el Cenozoico y posteriormente influenciados por la convergencia entre las placas ibérica y euroasiática. En esta región se han formado, principalmente, enlosados de fosforitas, nódulos de manganeso enriquecidos en cobalto/hierro, nódulos ricos en hierro y costras de hierro-manganeso.
Pero la Provincia Volcánica de las Islas Canarias tiene una especial importancia: “Contiene un gran número de montes y colinas submarinas. […] En este conjunto se han encontrado varios depósitos de minerales submarinos. Destacan en extensión y tonelaje las costras de ferromanganeso ricas en cobalto, que cubren prácticamente todas las elevaciones submarinas de la zona. Estos depósitos son ricos en hierro, manganeso y elementos trazas como cobalto, níquel, vanadio, tierras raras y elementos del grupo del platino”. Además, “el telurio puede aparecer muy enriquecido con respecto a valores medios de la corteza terrestre. Otros depósitos importantes son los nódulos de manganeso y las fosforitas”. Todo un maná a efectos mineros. Y es que en la nueva era de las tecnologías verdes, el telurio y el cobalto son decisivos.
El informe de Defensa alertaba de que “está claro que la futura explotación de los fondos marinos es una realidad imparable”. “El suministro adecuado y seguro de las materias primas minerales resulta crucial para la industria actual y futura, con el fin de llevar a cabo con éxito la progresiva e intensa penetración de los vehículos eléctricos, que ya han comenzado a tomar posiciones, así como al creciente suministro energético con fuentes renovables”, añadía el documento. Y alertaba de los problemas “ligados a los recursos ahora inaccesibles, pero de enorme trascendencia geopolítica, tal que los recursos de fondos marinos o de situación geográfica periférica”.
Pese a esta alerta, la negociación entre Sánchez y el Rey Mohamed ha terminado sin un sólo blindaje para la explotación española de estas zonas mineras. Y ello, pese a la enorme cesión española en cuanto a la postura oficial frente al Sahara.