Así viven la cuarentena los españoles que trabajan cara al público: «Hay que luchar a pesar de todo»
La mayoría de los españoles está viviendo la cuarentena desde sus casas. Sin embargo, el personal sanitario, los trabajadores de supermercados, estancos y otros comercios permanecen al pie del cañón. OKDIARIO ha hablado con ellos para conocer su estado de ánimo.
Las calles de Madrid, como las del resto de España, permanecen semi vacías por el coronavirus. Personas yendo a la compra o paseando a sus perros suponen el mayor tránsito. Además de ellos, que vuelven a sus domicilios lo antes posible, existen otras muchas personas con una mayor exposición al virus: son aquellas que continúan trabajando.
Un limpiador comenta a las cámaras de OKDIARIO que tiene «un poco de temor», pero debe «cumplir con el trabajo». Apenas unos metros más adelante, una pequeña tienda de alimentación permanece abierta. En su interior el dueño asegura que la solución es crear un clima de cooperación entre todos: «Hay que luchar, estamos en España y hay que luchar como todos», relata.
Los supermercados suponen uno de los puntos de mayor aglomeración. Desde la imposición de la cuarentena se controlan las entradas para que se mantenga una distancia de seguridad entre los clientes. A pesar de ello, el personal se queja de que «hay gente que no es consciente» de lo que está ocurriendo y, por ello, deben tomar mayores precauciones. La misma trabajadora asegura que, en muchas ocasiones, la gente no mantiene las distancias y pone en riesgo su seguridad.
Otro de los casos es el de la dueña de una óptica en Madrid. Ella ha decidido abrir únicamente por las mañanas para ofrecer un servicio especial a aquellos clientes que tengan emergencias. La entrevistada pone el caso de alguien que tiene problemas de vista y sus lentes se han roto: «No puedo dejar a alguien con cinco dioptrías sin gafas dos semanas. Eso sí, sólo abro para urgencias y no estoy aquí para vender gafas de sol ni nada de eso», afirma desde el interior de su local.
En un momento complicado se encuentran también muchos de los servicios que estos días «funcionan a medio gas» por falta de proveedores que les faciliten el material para trabajar. Un ejemplo de ello son los dos cristaleros entrevistados por OKDIARIO. Afirman que no cuentan todos los materiales debido al cierre de las empresas que se los suministran.
También los hay que no temen por su salud, pero sí por la de sus seres queridos. Un joven carnicero asegura que le da miedo contagiar el virus a su abuela «o a otra persona para la que sea más peligroso».
Muchos de los trabajadores que estos días no han podido cesar su desempeño están tomando medidas de precaución tales como colocar elementos de separación entre ellos y los clientes o el uso de mascarillas y guantes, además del lavado continuo de manos que se recomienda para evitar el contagio.