Los cooperativistas de Cuatro Caminos «optimistas» tras la primera mesa de negociación sin políticos
Los cooperativistas de la operación Cuatro Caminos ven el desbloqueo de su proyecto más cerca. Este jueves han cumplido su petición, desoída insistentemente por Ahora Madrid, de celebrar una reunión de negociación cerrada a políticos, sólo con técnicos municipales. Fuentes de la cooperativa confiesan a este diario que están «relativamente satisfechos y optimistas».
Después de meses de paralización de su expediente, tal como señalan, por culpa del concejal de Urbanismo de Manuela Carmena, José Manuel Calvo, ven la luz. Todavía se mantienen prudentes porque pueden torcerse muchos aspectos de uno de los mayores culebrones de la política local madrileña.
Según puede afirmar este diario en primicia, ahora la pelota está en el tejado de los responsables de Metro Madrid. Los cooperativistas han cedido bastante en lo que se refiere a la altura de sus edificios y aceptan que el Ayuntamiento también. Ahora se encuentran los técnicos del suburbano en disposición de estudiar una nueva propuesta que rebajaría la cota de las cocheras y se harían una serie de ligeras actuaciones en las calles próximas. Un punto de acercamiento entre los técnicos del Consistorio de Carmena y los afectados.
El escenario que se plantean es el siguiente: esperan que Metro dé luz verde en los próximos días, en agosto –en días de vacaciones– trabajarán en el nuevo proyecto y en septiembre se llevará a la asamblea de cooperativistas para trasladarlo finalmente al Ayuntamiento. Señalan que han contratado a expertos en materia ferroviaria que han validado la nueva propuesta que está sobre la mesa.
Preguntados sobre qué escenario se plantearía si Metro no acepta, los cooperativistas lo tienen claro: una vez agotada la vía de negociaciones técnicas recurrirían a los tribunales para imponer demandas por doquier porque están convencidos de que tienen razón, pero lamentarían tener que esperar a que terminen los largos procesos judiciales.
En cuanto a los plazos, en el caso de que se confirme el escenario ideal, afirman que todo estaría dispuesto para la aprobación final antes de fin de año. Reflexionan apesadumbrados que todavía los políticos tendrán que decir la última palabra en el Pleno de la ciudad, en el que se podría dar una votación que tumbara su operación.