Choque de Mossos y Guardia Civil en el Supremo: ambos cuerpos remiten informes acusándose por el 1-O

Mossos
Un agente de la Guardia Civil junto a varios efectivos de los Mossos. (Foto: EFE)
Carlos Cuesta

El choque entre los Mossos d’Esquadra y las fuerzas policiales nacionales se acaba de evidenciar en el Tribunal Supremo. El coronel de la Guardia Civil que fue reclamado por la Fiscalía para coordinar el operativo policial de cara al 1-O, el coronel de la Guardia Civil Pérez de los Cobos, debe comparecer en el Alto Tribunal para aclarar lo sucedido en el referéndum ilegal. Y le esperan dos informes radicalmente contradictorios. Uno de los Mossos, culpando de todo lo ocurrido a la Guardia Civil y Policía Nacional. Otro, de los cuerpos nacionales, donde demuestran que los Mossos estaban organizados para eludir el deber de actuar contra los delitos de rebelión y sedición y donde demuestran que, lejos de ayudar a impedir el referéndum inconstitucional, los Mossos optaron por espiarles y boicotear sus actuaciones.

Los Mossos afirman en su documentación que, no sólo colaboraron en el intento de frenar el golpe del 1-O, sino que llegaron a pedir apoyo a la Guardia Civil y Policía Nacional para actuar y retirar las urnas del 1-O. Según ellos, lo consiguieron hacer en 446 centros de votación y que si no lo lograron en más puntos fue por la falta de eficacia de «los sistemas establecidos” de coordinación. La crítica, de hecho, apunta, de este modo, directamente al director de Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad y coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos.

Los policías autonómicos afirman que no tenían preparado un dispositivo mayor porque la previsión era de que la jornada del 1-O fuese a ser pacífica, por lo que el dispositivo no estaba preparado para estar presente inicialmente en los centros de votación. Y que, en caso de ser necesaria la reacción, fue el propio Pérez de los Cobos el que anunció que la reacción correspondía a la Policía Nacional y a la Guardia Civil a requerimiento de los Mossos. Según los Mossos, fueron éstos los responsables de actuar por iniciativa propia y sin coordinación, lo que desembocó, según ellos, en los fallos de actuación observados. Una afirmación que apunta, de nuevo y personalmente, a Pérez de los Cobos.

Los Mossos espiaron a Policía y Guardia Civil

Los informes de la Guardia Civil y Policía Nacional, por el contrario, apuntan a que los mossos, lejos de centrarse en atajar el delito del referéndum ilegal, se centraron en espiar e informar de los movimientos de los agentes nacionales.

Los datos recabados por la Policía Nacional demuestran que las consignas de los agentes autonómicos no eran estar atentos al referéndum ilegal pese a las exigencias del TSJC, sino que su obsesión era controlar al milímetro cada paso que daban los agentes enviados desde el resto de España para poder informar a su cúpula y evitar la eficacia del operativo nacional que pretendía paralizar el golpe separatista. En sus explicaciones se recoge, así, parte de la información recopilada en los informes que los agentes del cuerpo autonómico pretendieron destruir el 26 de octubre justo cuando fueron interceptados por una decena de efectivos de la Policía Nacional que impidieron a los Mossos d’Esquadra destruir las pruebas en una incineradora de Sant Adrià de Besòs (Barcelona).

La Policía Nacional concluye, de este modo, que “la prioridad de la Jefatura de Mossos, más que de intervenir o colaborar con el resto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para evitar que se conculcara la ley en centros de votación, era detectar y en algunos casos dificultar los movimientos y la intervención de éstas, llegando a producirse escenas de tensión y algunos enfrentamientos aislados”.

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