Chivite rehén de sus alianzas: sus socios tendrán la última palabra en todas las medidas que impulse
La portavoz de Bildu que apoya a Chivite impulsó un encierro en el Parlamento por el asesino Bolinaga
Chivite ya es presidenta gracias a Bildu y liga el futuro de Navarra a los proetarras
El acuerdo de Gobierno entre el PSN, Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra crea una 'comisión de seguimiento' que vigilará que se cumple lo pactado. Chivite está en minoría.
El acuerdo de Gobierno entre el PSN, Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra para la investidura de María Chivite como presidenta de Navarra constata la debilidad que tendrá la socialista a lo largo del mandato que comienza.
Chivite estará atada en corto. Tanto por Bildu, determinante para las mayorías del Parlamento, como por sus socios en el Ejecutivo.
El documento del pacto, de 77 páginas y que contiene las medidas prioritarias para la legislatura, establece que una ‘comisión de seguimiento’ será la encargada de vigilar que se cumpla lo allí firmado.
«La Comisión tendrá por objeto revisar el grado de cumplimiento de este acuerdo; resolver las dudas interpretativas del mismo; recibir las explicaciones que se requieran del gobierno en cuanto al cumplimiento del acuerdo; valorar las adaptaciones necesarias del mismo por circunstancias sobrevenidas así como analizar y resolver los desacuerdos entre las organizaciones que forman parte del mismo», se explica.
Esas discrepancias que, sin duda alguna, serán inevitables en un Ejecutivo integrado por cuatro socios, habrán de dirimirse buscando el consenso, se destaca. En caso contrario, «se tendrá en cuenta la representatividad de cada formación política en el Pleno del Parlamento».
Según ese reparto parlamentario, el PSN quedaría en inferioridad ante sus tres socios: 11 diputados frente a 12. De esta forma, serán estos quienes acaben marcando la agenda del Gobierno. Dicho de otro modo, la iniciativa socialista está condicionada porque la acepten Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra.
El acuerdo apostilla, a continuación, que esas diferencias no condicionarán el sentido voto de la formación o formaciones discrepantes. Pero eso nada cambia porque la aritmética parlamentaria es desfavorable para los socialistas.
Bildu tiene la llave
Los socios del Ejecutivo suman 23 escaños, frente a los 19 de Navarra Suma (la coalición de PP, Ciudadanos y UPN) y que fue la candidatura más votada el 26-M. De esta forma, Bildu, con ocho diputados, es determinante, ya que si se opone a las propuestas del Gobierno, éstas no saldrán adelante.
La candidata socialista llega a la presidencia advertida por los de Otegi de que su apoyo, que se consumó este viernes por la vía de la abstención, no será gratis.
La portavoz parlamentaria de la formación, Bakartxo Ruiz, fue tajante en su intervención durante la primera sesión de la investidura, cuando se dirigió así a Chivite: «Recuerde que nosotros tenemos la llave que abre y cierra puertas, estará en nuestra mano». Y añadió: «Y no aceptaremos ni un paso atrás, nosotros vendremos con todo nuestro programa».
Bildu quiere desempeñar, aseveró Ruiz, un papel de oposición «dura y constructiva cuando corresponda». Por el momento, la coalición ya ha dejado pinceladas de sus prioridades, entre ellas, «renovar el estatus político»: «Es hora de hacerlo», avisó la portavoz.
Como era previsible, Chivite fue investida este viernes, gracias a la abstención de cinco diputados de Otegi (los otros dos han votado en contra en una clara fotografía de lo que será la incipiente legislatura).