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Investigación OKDIARIO

‘Caso Koldo’: Víctor de Aldama movió tras las mordidas 8 millones a través de dos empresas en ruinas

Ábalos tenía relación con Víctor de Aldama: un hermano del empresario fue escolta del entonces ministro

Una sociedad que acumulaba pérdidas de casi 3 millones ingresó 5,58 millones por "aportaciones de socios"

Otra mercantil que no tenía actividad pasó a facturar con sólo un trabajador 2,58 millones en un año

  • Roberto Pérez
  • Periodista y licenciado en Ciencias Políticas. Especialista en sector público, economía política y presupuestaria, e instituciones político-administrativas. Trabajó para Agencia Efe y Cope, ejerció durante más de 20 años en ABC -etapa que incluyó el ejercicio temporal de la corresponsalía de Nueva York- y actualmente es subdirector de OKDIARIO.

Dos sociedades controladas por Víctor Gonzalo de Aldama, uno de los empresarios detenidos por el caso Koldo, movieron en menos de tres años más de 8 millones de euros en forma de extrañas entradas de capital que contrastan con el estado ruinoso en el que se encontraban esas sociedades. Todo eso tras las millonarias mordidas que se repartieron los partícipes de la trama montada para vender mascarillas al Gobierno de Sánchez y a varios ejecutivos regionales socialistas, contratos a precios desorbitados. Fueron contratos que generaron 15 millones de euros en mordidas, en comisiones ilegales, según los investigadores.

En la trama destacó el socialista Koldo García Izaguirre, ayudante de referencia y con ascendiente del entonces ministro José Luis Ábalos. A Koldo García Izaguirre se le acusa de hacer de mediador y de lucrarse con esos contratos. Y entre los empresarios que participaron figura Víctor Gonzalo de Aldama, que compagina sus negocios con la presidencia del Zamora CF, equipo del que es dueño. Víctor Gonzalo de Aldama y Ábalos tenían relación: un hermano del empresario fue escolta del entonces ministro socialista. Pero Ábalos niega haber tenido participación alguna en la trama corrupta.

La investigación policial dirigida por el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno apunta a una de las empresas de Aldama como instrumento clave en la distribución de –como poco– una buena parte de esas mordidas millonarias. Se trata de la firma Deluxe Fortune S.L., que pasó de no tener actividad alguna a facturar 2,58 millones de euros en 2020, el año que estalló la pandemia del Covid y empezaron a correr esos contratos públicos bajo investigación. Fue todo un milagro empresarial, más aún si se tiene en cuenta que, según la documentación mercantil que ha obtenido OKDIARIO, esa sociedad sólo tenía un trabajador en plantilla.

Hasta que empezaron a correr esos millones fraudulentos, Deluxe Fortune era una ruina societaria. En 2019 no había tenido ingreso alguno por su actividad mercantil, la prestación de «servicios técnicos e independientes», según el epígrafe en el que está dada de alta. Y, sin actividad, aquel año previo al del Covid generó unos números rojos de 177.125 euros. El año previo, el 2018, sí que había declarado ingresos, una cifra de negocios de 161.322 euros, pero su cuenta de resultados dejó unas pérdidas de 19.366 euros.

Deluxe Fortune S.L.

En 2020, sin embargo, Deluxe Fortune S.L. estalló en prosperidad. De golpe, 2.584.902 euros de cifra de negocios, con sólo 47.003 euros de gastos de personal. Y el beneficio neto que se anotó la sociedad aquel ejercicio fue de 2.043.257 euros.

Los dos años siguientes regresó a sus recurrentes números rojos. Eso sí, con ingresos que, aunque mucho menores que los de 2020, también son inusuales atendiendo a la trayectoria que arrastraba esa sociedad. Así, en 2021 declaró una cifra de negocios de 257.795 euros, y en 2022 de 104.000 euros –en número exacto–.

Bussinescity S.L.

La investigación judicial coloca a esta sociedad, Deluxe Fortune, del entramado de Víctor de Aldama, como clave en el manejo de las mordidas. Pero OKDIARIO ha localizado movimientos sorprendentes, que pueden ser indiciarios de sospecha, en otra sociedad vinculada a ese ovillo mercantil controlado por De Aldama. Se trata de la firma Bussinescity S.L., dedicada a la actividad de «restaurantes y puestos de comida». De ella es también administrador único Víctor Gonzalo de Aldama y, según consta en los datos societarios a los que ha accedido este periódico, vincula a esa firma con Future Factory S.L., de la que igualmente es administrador único Víctor de Aldama, al igual que lo es de Deluxe Fortune y de Businesscity.

Future Factory aparece como propietaria de Bussinescity, según consta en los archivos mercantiles de la firma que ha investigado este periódico. Y Bussinescity, y aquí está lo extraño, engordó su balance con 5,58 millones de euros de forma sorpresiva entre 2020 y 2022. Tras las mordidas del caso Koldo, Businesscity agrandó su patrimonio con «aportaciones de socios» por importe de 1,86 millones en 2020, otros 1,86 millones en 2021, y 1,86 millones más en 2022. En total, los citados 5,58 millones en tres años para una sociedad que –he aquí otro dato sorprendente– cuando recibió esas generosas «aportaciones de socios» acumulaba casi 3 millones de euros en pérdidas.

Datos sorprendentes

Atendiendo estrictamente a sus cuentas declaradas que ha obtenido y analizado este periódico, Businesscity era otro negocio ruinoso. Resulta extraño que, en tales condiciones, la propiedad aporte a su capital 5,58 millones de euros.

La ruina era notoria: 810.672 euros de pérdidas en 2018, 223.620 en 2019, otros 283.136 euros perdidos en 2020, un agujero de 291.620 en 2021, y otros 102.478 euros de pérdidas en 2022.

Otra más: Future Factory S.L.

Y más extraño es que ese flujo de millones llegara a Businesscity desde el entramado accionarial, porque sus negocios declarados no daban para eso. La vinculada a Businesscity, Future Factory –a su vez perteneciente a Deluxe Fortune– se dedicaba también a la hostelería y había «dejado de operar definitivamente» en julio de 202. Sus cuentas de resultados anuales son también una retahíla de números rojos. El administrador único de Future Factory S.L. es el mismo, Víctor Gonzalo de Aldama.

Menos actividad, más millones

Más datos curiosos. La beneficiada con esas inyecciones de capital de 5,58 millones, Businesscity, asistió a este aterrizaje estratosférico de capital a la par que reducía su actividad y sus ingresos de explotación de forma apresurada. En 2019, antes del Covid, declaró una cifra de negocios de 694.000 euros; sin embargo, a partir de entonces, coincidiendo con esa vorágine de inyecciones extraordinarias de capital, Businesscity redujo drásticamente su facturación: 152.001 euros en 2020, 20.172 en 2021 y sólo 9.275 en 2022.

Y no acaban ahí los hechos que resultan extraños. Hay más. A la par que reducía drásticamente su actividad esta empresa ruinosa en su cuenta de resultados, la compañía pasó de tener 17 empleados en 2019 a sólo 3 en 2022. Sin embargo, los millones le caían a lo grande por la fórmula de las «aportaciones de socios». Es decir, operaciones de capital societario controladas por De Aldama como administrador único y vinculadas al entramado mercantil que domina, con relaciones accionariales cruzadas entre diversas sociedades, entre ellas las citadas Deluxe Fortune, Businesscity y Future Factory.

En el lujoso barrio de los Jerónimos

Que las tres son parte de todo un enredado engranaje de cruces societarios es algo que queda demostrado no sólo por el hecho de que todas esas mercantiles estén controladas por Víctor Gonzalo de Aldama. También lo evidencia la sede social compartida por todas esas empresas. En lo más granado de Madrid, en el lujoso y aristocrático barrio de los Jerónimos, al lado del Parque del Retiro.

Deluxe Fortune, Businesscity y Future Factory tenían su sede mercantil en el número 32 de la madrileña calle Alfonso XII y luego se trasladaron a escasos metros, en la misma zona, el número 7 de la calle Antonio Maura.