Calvo, Calviño, Ábalos y Campo: el muro que impide a Iglesias convertir a España en Venezuela
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, está cada vez más solo en un Gobierno que prefiere actuar de forma más ortodoxa frente a su radicalismo
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La cohabitación de Pablo Iglesias y varios ministros socialistas en el Gabinete de Pedro Sánchez no está siendo fácil. El líder de Podemos tiene abiertos varios frentes que dificultan su convivencia junto a la vicepresidenta primera, Carmen Calvo; la vicepresidenta tercera y ministra de Economía, Nadia Calviño; el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, o el titular de Justicia, Juan Carlos Campo.
La experiencia en la gestión en distintas administraciones públicas de los tres representantes del PSOE, que han formado parte de otros gobiernos o de la Comisión Europea, choca con la inexperiencia y radicalismo de los postulados de Iglesias. De ahí los roces cuando Calvo, Calviño, Ábalos y Campo le paran los pies.
Con un presidente del Gobierno cada vez más debilitado y ajeno a las tensiones internas, debido a su voluntad de controlar todo lo relacionado con la crisis del coronavirus, Calviño es quién lidera la oposición a Iglesias en el Consejo de Ministros.
La responsable de las finanzas es la encargada de poner coto a las intenciones del líder de Podemos que, en distintas ocasiones, ha aprovechado el estado de alarma para proponer hacerse con el control de las empresas eléctricas con su nacionalización.
La toma de decisiones extraordinarias e inesperadas, obligadas por la expansión y la dureza de la pandemia en España, no ha hecho más que «acrecentar las muchas diferencias que hay» entre los dos socios de la coalición, apunta una fuente conocedora de la relación. Algunas de las tiranteces de los últimos días, añaden, «hace inviable la gestión del Gobierno a medio plazo».
Si Calviño es la responsable de poner el freno económico a las estrambóticas ideas comunistas de Pablo Iglesias, Carmen Calvo y Juan Carlos Campo le cierran el paso legal. Los dos ministros ya provocaron un primer encontronazo con sus compañeros de Podemos, a cuenta del retraso de la ley de libertades sexuales, que evidenció las primeras diferencias en el seno del Ejecutivo. Entonces el vicepresidente primero llegó a hablar de «machismo» entre algunos de sus compañeros.
Ahora, en plena crisis del coronavirus, Campo fue el responsable de paralizar la suspensión de los pagos del alquiler que defendía Iglesias como una de sus principales medidas estrellas. El titular de Justicia defendió en el Consejo de Ministros la «inconstitucionalidad» de la medida que logró paralizar.