El audio del ‘faker’ Alvise amenazando a su eurodiputado: «¡Me voy a follar a Diego, voy a destrozarlo!»


Un audio exclusivo al que ha tenido acceso OKDIARIO revela el verdadero rostro del eurodiputado Luis Alvise Pérez, líder del partido Se Acabó La Fiesta (SALF), donde se le puede escuchar lanzando graves amenazas contra su compañero de formación Diego Solier. «¡Me voy a cargar a Diego y a toda su puta madre a un nivel que ni te imaginas!», vocifera en la grabación el autodenominado regenerador político, exhibiendo un comportamiento más propio de un matón de barrio que de un representante público europeo.
«Escúchame, soy muy suicida, si me tengo que follar a Diego y toda su puta madre, lo voy a destrozar de una manera que no te haces ni puta idea de cómo puedo destrozar yo a Diego Solier, a un nivel que ni te imaginas», afirma el faker a sueldo, recurriendo a los métodos más gangsteriles de intimidación.
Este audio fue el preludio de las amenazas que luego Alvise no tendría reparos en proferir ya en público: «Iremos a por ti», dijo en un podcast sacando a relucir una conducta violenta y mafiosa.
Una discrepancia sobre el rearme
El conflicto estalló por diferencias sobre el voto para el rearme de la Unión Europea. Con prepotencia desmedida, Pérez exigió la dimisión de Solier por votar a favor de esta iniciativa. Ante la negativa del eurodiputado, el líder de SALF desató una campaña de acoso a través de su canal de Telegram, escribiendo: «Vamos a usar a Diego Solier como ejemplo de qué le ocurre a la gente que sin ser votado por nadie se aprovecha de un acta para traicionar al votante».
«No somos el PSOE, el PP y Vox. Nosotros vamos a ir a por ti directamente», bramó Pérez, intentando disfrazar su comportamiento abusivo como una supuesta virtud diferenciadora frente a los partidos tradicionales. La ironía es evidente: quien critica las malas prácticas de la «casta» política emplea métodos aún más deplorables.
El eurodiputado, que acusa de «traición» a sus propios compañeros de partido, podría enfrentarse ahora a acciones legales por parte de estos tras la denuncia puesta en comisaría por el propio Diego Solier. Su comportamiento errático y violento está fracturando la formación que él mismo creó, confirmando que el supuesto regenerador no es más que otro ejemplo de la peor política.
Las promesas incumplidas del ‘faker’
La credibilidad de Alvise Pérez queda aún más en entredicho al analizar el incumplimiento sistemático de sus promesas electorales. Su compromiso estrella —sortear íntegramente su sueldo de eurodiputado de 10.377 euros brutos mensuales— se ha evaporado como humo. En diez meses de mandato, sólo ha realizado dos sorteos, en agosto y septiembre de 2024, según Newtral.
La página web donde anunciaba estos sorteos ha desaparecido convenientemente. En octubre alegó que suspendía el sorteo durante tres meses para donar su sueldo a las víctimas de la DANA valenciana. Han pasado siete meses y no ha vuelto a mencionar el tema, convirtiéndose en otro político más que vive del erario público mientras predica austeridad ajena.
Problemas con la justicia
Como si las amenazas mafiosas y el incumplimiento de promesas no fueran suficientes, Alvise Pérez acumula problemas judiciales. Un juzgado de Madrid ha solicitado al Tribunal Supremo que le impute por revelación de secretos y de actuaciones procesales por difundir a través de su canal de Telegram las conversaciones entre un periodista y el ex secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez. Estos chats fueron intervenidos en el marco de la Operación Kitchen.
Además, mantiene otras tres causas abiertas en el Alto Tribunal, el único competente para juzgarle debido a su condición de aforado. Concretamente, el TS ya le investiga por delitos de falsedad documental e injurias por la difusión en 2021 de una prueba de Covid falsa de Salvador Illa, actual presidente de Cataluña y ex ministro de Sanidad.
También por la presunta entrega de 100.000 euros por parte de un empresario para su formación política en las pasadas elecciones europeas. La tercera causa que tiene abierta en el alto tribunal es la relativa a los mensajes que dirigió en la red Telegram contra la fiscal de delitos de odio de Valencia, Susana Gisbert.
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