Así fue la reunión de Feijóo y Sánchez: 53 minutos sin que el socialista felicitara al ganador del 23J
Fue la descortesía por excelencia de esta cita, donde hubo otras y donde el líder del PSOE volvió al 'no es no'
El líder del PP pide a Sánchez que le deje gobernar 2 años con 6 pactos de Estado para esquivar al separatismo
Feijóo: "He ofrecido a Sánchez un acuerdo por la igualdad pero prefiere pactar con los independentistas"
Era la primera reunión que mantenían tras las elecciones generales del 23J. La primera después del intercambio de epístolas de finales de julio y del cruce de mensajes de WhatsApp esta misma semana para acordar el encuentro de este miércoles. Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez, cara a cara. El candidato con el encargo del Rey para ser presidente y el que pidió al monarca que lo propusiera a él pese a quedar segundo en las urnas y no tener apoyos suficientes. El ganador de los comicios y el perdedor. Sin embargo, según fuentes parlamentarias conocedoras del contenido de la reunión, no hubo ninguna felicitación de Sánchez a Feijóo. Y eso que tuvo tiempo de hacerlo en persona: los 53 minutos que duró la estancia a solas.
Fue la descortesía por excelencia de esta cita, donde hubo otras, como anticipar a los medios de comunicación a través de su equipo lo que iba a trasladar a Feijóo en privado, o remitir también a la prensa la convocatoria de una reunión de la Ejecutiva del PSOE para las 11 horas. Fue la manera sanchista de decir que el encuentro no requería demasiado tiempo, que no se iba a prolongar más de una hora (se inició a las 10:oo horas) y que formaba parte de una ronda de contactos para una «investidura fake» o un «paripé», como dijo el propio Gobierno en funciones en la víspera.
Feijóo, el aspirante a la investidura, hizo de anfitrión esperando a Sánchez en una sala neutral de la primera planta del Edificio Ampliación III del Congreso, en el número 36-38 de la Carrera de San Jerónimo. Pero el secretario general del PSOE no se encontraba en la Casa, ni llegó con suficiente antelación, como otras veces. Todo lo contrario. Hizo aparición sobre la bocina y no dudó en hacer ostentación de su condición de jefe del Gobierno, eso sí, en funciones: coche oficial, séquito de asesores y paseíllo sonriente ante las cámaras.
Feijóo, Sánchez y «las amnistías»
Tras subir las escaleras, en medio de un amplio dispositivo de seguridad, enfiló el pasillo hasta la sala de la reunión, donde Feijóo le recibió con un apretón de manos, un gesto que se alargó todo lo necesario para que lo inmortalizaran los fotógrafos. Porque no hubo más acercamiento, y mucho menos entendimiento. Sánchez volvió al ‘no es no’ y Feijóo constató que el líder del PSOE «prefiere pactar con los independentistas, negociar amnistías, referendos y grupos parlamentarios que no cumplen el Reglamento y desigualdades financieras entre territorios».
«He constatado el rechazo del secretario general del PSOE a la propuesta de igualdad de todos los españoles, su pretensión es buscar encaje a las exigencias particulares de los partidos minoritarios, que no respetan la Constitución y he constatado que el señor Sánchez quiere seguir al frente del Gobierno a pesar de haber perdido las elecciones», expresó el presidente del PP en rueda de prensa al término de la reunión.
Pactos de Estado en la reunión
En esa comparecencia, Feijóo explicó su propuesta de un Acuerdo por la Igualdad y Bienestar de todos los españoles, iniciativa que ya había avanzado su equipo a la prensa, una vez había acabado la reunión con Sánchez («se lo he entregado al secretario general antes que a nadie», dijo el candidato del PP). Un documento de siete páginas que incluyó una foto en portada de los Pactos de la Moncloa de 1977, una solución al bloqueo («Una legislatura de 24 meses ante el riesgo de repetir elecciones en cuatro») y seis grandes pactos de Estado: Regeneración Democrática, Estado del Bienestar, Saneamiento Económico, Agua, Familias y Ámbito Territorial.
El primero de ellos ya suponía desmontar la única cuestión que Sánchez llevó a la mesa, que fue de nuevo la renovación del Consejo General del Poder Judicial, eso sí manteniendo el mismo control político sobre la elección de los vocales. «Sea quien sea la persona elegida como presidente del Gobierno por el Congreso de los Diputados, PP y PSOE se comprometan formalmente a que, antes del 31 de diciembre de este año, se proceda a la renovación del CGPJ», fue la sola y envenenada oferta del socialista. Además de deshonesta, porque su interlocutor era y es el único candidato a la investidura designada por Felipe VI.
Ante ello, Feijóo planteó su pacto para mejor «la calidad» de la democracia, «preservando la división de poderes» así como «la independencia de los organismos de control», entre los que se incluye el CGPJ. Y aquí la clave, que sean los jueces los que elijan a los jueces, como reclama Bruselas.
De nada valió. Sin agotar la hora de reunión, Sánchez se fue raudo y veloz del Congreso camino de Ferraz a recibir allí el aplauso de los suyos. Y a mirarse en su espejo favorito. Dime espejito quién es el ganador.