Arrimadas: «Me importan un pimiento las encuestas, me importan los españoles»
Inés Arrimadas tiene claro que el papel de Ciudadanos es ser útil a los españoles mientras otros partidos parece que actúan con la calculadora electoral: «Me importan un pimiento las encuestas, me importa cuánta gente va a estar viva las próximas elecciones o cuánta gente va a tener trabajo».
«Eso es lo que me importa y no cuánta gente me va a votar», subraya la presidenta de Cs en una entrevista con EFE, criticando que pueda haber partidos que en este momento, en que se están batiendo récords de fallecidos por covid, estén midiendo su estrategia en función del beneficio que puedan obtener.
Quien esté haciéndose esas cábalas «tiene un problema moral de primera magnitud», dice Arrimadas al responder a los ataques de algunos partidos, entre ellos Podemos y otras fuerzas soberanistas, por su apoyo a varias medidas del Gobierno, como las prórrogas del estado de alarma o ahora su disposición a negociar los Presupuestos.
No se siente en absoluto muleta del Ejecutivo, como le catalogan algunos, incluso hay entre ellos exdirigentes naranjas que han abandonado el partido por discrepancias con el giro de Arrimadas. Y no se siente así porque está convencida de que van consiguiendo medidas buenas para los españoles «con esta política seria de hormiguita».
Y en todo caso, ve totalmente compatible «ser implacable con las cacicadas» del Gobierno de Pedro Sánchez, como la enmienda que no contempla el castellano como lengua vehicular, y a la vez frenar la subida generalizada de impuestos a la clase media que pretendía Pablo Iglesias o que no suba el IVA para la educación concertada o la sanidad privada, según asegura Ciudadanos.
Eso ya ha quedado reflejado en el borrador de los Presupuestos, recalca la líder naranja. «Y creo que podemos conseguir más cosas», en la fase de tramitación, afirma.
Por tanto, no se aparta de ese objetivo de moderar las cuentas públicas y de que sean útiles, porque es «lo que quieren los ciudadanos» y no va a permitir que tampoco le aparte ERC u otras formaciones que no se sienten cómodas con que Cs entre en la negociación.
Lo han dejado ver estos últimos días otra vez, empezando por el portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, que ridiculizó a Arrimadas por querer apoyar los Presupuestos, y también el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha advertido de que no es posible acordar las cuentas con los naranjas.
Tampoco lo es para Arrimadas, que no se ve en este mismo barco con los independentistas catalanes porque considera que «el modelo económico y de país es incompatible» con el suyo.
Pero no le corresponde a ella elegir y tendrá que ser Sánchez -señala- quien lo haga, subrayando que aparte de consideraciones en términos secesionistas lo que exigen los republicanos catalanes «se queda corto» con el planteamiento que hace Podemos, por ejemplo en términos impositivos.
Insiste en que mientras otros se dedican a criticar y a gritar sin conseguir nada, Ciudadanos ya se ha apuntado varios tantos al recordar iniciativas como bloquear la derogación de la reforma laboral que el PSOE tenía ya firmada o extender los ERTE y la ayudas a los autónomos.
Seguirán así hasta el último momento de la tramitación de las cuentas y separando completamente la negociación presupuestaria de las piedras que vayan surgiendo en el camino. Las penúltimas, la Comisión Permanente de la Verdad contra la desinformación o la enmienda sobre el castellano, que denunciarán ante Europa.
De la situación de choque en el Gobierno de la Comunidad de Madrid entre la presidenta Isabel Díaz Ayuso y su vicepresidente, Ignacio Aguado, Arrimadas resta importancia a esta polémica relación y no cree que las diferencias entre ambos, sobre todo relacionadas con la gestión de la pandemia estén generando inquietud entre los madrileños porque, a su juicio, lo que la causa es que no haya un plan nacional de actuación sanitaria «con medidas claras».
Y añade que la incertidumbre se acrecenta cuando el presidente del Gobierno se va el día que se vota una prórroga del estado de alarma de seis meses: «si no hay un claro liderazgo del Gobierno de España y una clara asunción de responsabilidad por parte del presidente, la eficacia de las medidas es menor».
Fue una votación difícil para Cs, que dudó si abstenerse, porque Sánchez no quería comparecer en el Congreso para dar cuenta de la evolución de la pandemia, aunque finalmente aceptó hacerlo cada dos meses, y por eso apoyaron esta discutida prórroga.
«Ya que el Gobierno es irresponsable, lo que no podemos es sumar una irresponsabilidad de la oposición» y bloquear un estado de alarma, explica Arrimadas, para que los presidentes autonómicos puedan tomar las medidas que necesiten para luchar contra el covid.
Ciudadanos cogobierna con el PP en cuatro comunidades autónomas, cuya estabilidad en tres de ellas depende de Vox (Madrid, Andalucía y Murcia), una estabilidad que Arrimadas da por segura pese a la ruptura abrupta de Pablo Casado con el partido de Santiago Abascal en la moción de censura.
Se limita a afirmar que está muy orgullosa del trabajo «responsable» de Cs y que esas luchas partidistas cuando mueren 300 o 400 personas al día no aportan. «Las batallitas de partido no me interesan nada y creo que a los españoles le interesan menos todavía», asegura.