Congreso de los Diputados

Suárez Illana rompe la disciplina del PP y vota en contra de quitar las medallas a ‘Billy el Niño’

Adolfo Suárez Illana
Imagen de archivo de Teodoro García Egea, secretario general del PP, Pablo Casado, líder del PP, y Adolfo Suárez Illana, diputado del PP. (Foto: Europa Press)

Adolfo Suárez Illana, secretario cuarto del Congreso y diputado del PP, ha roto la disciplina de voto de su formación en la Cámara Baja para votar en contra de la proposición no de ley de retirar las medallas a Antonio González Pacheco, alias ‘Billy el Niño’, policía que falleció hace más de un mes por coronavirus. Esta propuesta, presentada por PSOE y Podemos, ha salido adelante con la abstención del resto de diputados del PP y los votos en contra de Vox.

El hijo del que fuera el primer presidente de la democracia española, Adolfo Suárez, ha optado por romper la disciplina de voto del PP «en conciencia», según ha afirmado a través de un comunicado. El parlamentario ‘popular’ ha votado en contra de esta iniciativa por considerarla «tramposa y engañosa, en la que tras el parapeto de hechos lamentables, manipulando los sentimientos de los españoles, se pretende hacer saltar la Constitución».

«Comprenderán que personalmente no puedo avalar un atropello semejante, una trampa de estas características y con una capacidad destructiva de la escasa concordia que lamentablemente nos queda ya en España», ha señalado a través de un comunicado.

En el mismo, Adolfo Suárez Illana insta a la dirección del PP de Pablo Casado a «tomar las decisiones que considere oportunas» por romper la disciplina de voto. El hijo del ex presidente Adolfo Suárez podría recibir algún tipo de sanción económica si así lo decidiera Génova.

«Hoy se pretendía iniciar un camino de destrucción de la convivencia entre españoles, imputando al conjunto del pueblo español responsabilidades por actos que ni conoce ni aprueba, no muy distintos de aquellos que varios firmantes de esta proposición se niegan a condenar, que sí conocen y que sí aprueban; y mezclándolos con otros cuya complejidad jurídica, política y moral ni se entiende ni se respeta en este texto», aduce Suárez Illana.

«Personalmente no puedo avalar un atropello semejante, una trampa de estas características y con una capacidad destructiva de la escasa concordia que lamentablemente nos queda ya en España»

Además, el diputado achaca a los promotores de la iniciativa «desconocimiento» sobre las «implicaciones prácticas que tuvo para la izquierda el sincero proceso de reconciliación, la amnistía y el reencuentro entre españoles que supuso la Transición. «Es indiscutible que cualquier país debe poder tener una conversación sobre su sistema constitucional, pero no sobre la base de la deslegitimación y la aniquilación cívica del contrario», añade.

En este contexto, recalca que una cosa es cambiar «la» Constitución -reconociendo su legitimidad- y otra muy distinta pretender cambiar «de» Constitución, lo que implica la «destrucción» de la Carta Magna. Suárez Illana alude, en concreto, a las, a su juicio, «inquietantes palabras» del ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, «hablando de una crisis constituyente».

«Ánimo de ruptura y de conflicto social es, precisamente, lo que respalda esta iniciativa. Y yo a eso digo no. Lo último que necesita España es que quienes han erigido a ETA en faro moral de la verdadera democracia, pretendan sembrar dudas sobre su compromiso con los valores y los principios que declara en su Norma Fundamental», incide el diputado del PP.

A su juicio, «para preservar la calidad de nuestra democracia», es «mucho más urgente» que el Congreso solicite al vicepresidente Pablo Iglesias que se retracte de «su idea de que ‘ETA y la izquierda vasca fueron los primeros en haberse dado cuenta de que la Constitución no instauró en España una auténtica democracia’».

«Sin eso, entre otras muchas cosas, no sólo es legítimo sino obligado pensar que esta iniciativa pretende cualquier cosa menos fortalecer la democracia en cuya defensa han muerto muchos españoles ante la indiferencia o incluso el insulto y el desprecio de muchos de los promotores de este texto», concluye el comunicado del secretario cuarto de la Mesa del Congreso.

«Lo último que necesita España es que quienes han erigido a ETA en faro moral de la verdadera democracia, pretendan sembrar dudas sobre su compromiso con los valores y los principios que declara en su Norma Fundamental»

El policía de la época franquista Antonio González Pacheco, conocido como 'Billy el Niño'.
El policía de la época franquista Antonio González Pacheco, conocido como ‘Billy el Niño’.

Cuatro medallas

‘Billy el Niño’ disfrutaba de cuatro medallas que aumentaban su pensión un 50%. Tres de ellas fueron concedidas tras la muerte de Franco.

La propuesta de retirarle las medallas ha salido adelante este jueves en el Congreso con el apoyo de todos los grupos parlamentarios salvo el voto en contra de Vox y de Adolfo Suárez Illana. Navarra Suma y Foro Asturias también han votado ‘no’, mientras que los 86 diputados del PP se han abstenido.

El subcomisario de la Policía Nacional Antonio González Pacheco (Cáceres, 1946), conocido como ‘Billy el Niño’, falleció en la Clínica San Francisco de Asís a consecuencia de un fallo multiorgánico provocado por el coronavirus. Tenía 73 años y estaba acusado de crímenes de lesa humanidad por supuestas torturas durante los últimos años del régimen franquista.

González Pacheco ingresó en la Policía Nacional durante la dictadura de Franco y llegó a ser la mano derecha del comisario Roberto Conesa en la Brigada Político-Social.

En 1974 un juzgado le condenó a una multa por las coacciones y malos tratos infligidos al periodista Paco Lobatón.

A partir de 1977, en pleno proceso de la Transición, pasó a ser inspector del Cuerpo Superior de Policía e integrado en la nueva Brigada Central de Información, tras la desaparición de la Brigada Político-Social.

En esa época consiguió importantes éxitos contra el terrorismo del FRAP y el GRAPO. Así, consiguió desarticular a los comandos que secuestraron a Antonio María de Oriol y al general Emilio Villaescusa.

En 1982 comenzó a a trabajar como jefe de seguridad en diversas empresas privadas.

La izquierda política española consideraba a González Pacheco como el icono superviviente del aparato represor franquista y le acusaba de la práctica continuada de torturas en los calabozos de la Dirección General de Seguridad de Madrid.

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