Muere Alfredo Pérez Rubalcaba

Adiós a Rubalcaba: el ‘cerebro’ del PSOE que no pudo ser presidente

El ex secretario general del PSOE ha fallecido en el hospital Puerta del Hierro de Majadahonda, tras sufrir un ictus el pasado miércoles por la tarde en su domicilio

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Joan Guirado

Se le consideraba uno de los políticos más inteligentes de España. Alfredo Pérez Rubalcaba (Solares, Cantabria, 28 de julio de 1951 – Majadahonda, Madrid, 10 de mayo de 2019) ha sido uno de los políticos con una carrera más longeva tanto en cargos institucionales como orgánicos dentro el PSOE, formación que llegó a liderar ya al final de su carrera política, lejos de ser una joven promesa. Quería ser presidente y Mariano Rajoy no le permitió cumplir ese sueño, tras registrar en las elecciones de 2012 el peor resultado hasta entonces de su partido, con 110 escaños. Dos años más tarde, otro debacle electoral en Europa, le llevó a la dimisión.

Ex ministro de Educación y Ciencia y Presidencia con Felipe González y posteriormente titular de Interior y Portavoz del Gobierno con José Luis Rodríguez Zapatero, este cántabro que se mudó al exclusivo barrio de Salamanca de Madrid muy joven, logró su escaño por primera vez en el Congreso en 1993, revalidándolo en distintas legislaturas como candidato por Toledo, Madrid, Cantabria y Cádiz hasta 2014, cuando abandonó la política activa.

En 2012 se convirtió en secretario general del PSOE, superando por un margen de sólo 22 votos a la catalana Carme Chacón, desaparecida también muy joven y de forma repentina hace dos años. Es de lo poco que ganó dentro el partido, pese a ser un gran estratega político. En procesos de primarias, apoyó a José Blanco cuando perdió contra Zapatero y a Trinidad Jiménez cuando cayó frente a Tomás Gómez.

Químico y profesor

Doctor en Química Orgánica por la Universidad Complutense de Madrid, profesión a la que volvió tras dejar la política, se vistió la bata blanca durante parte de su carrera política para dirigir la cocina tanto de La Moncloa como del PSOE. Considerado un hombre oscuro, su fallecimiento se lleva con él una gran cantidad de secretos sin resolver de la historia democrática española, desde los GAL -qué negó reiteradamente- hasta el fin de ETA.

Casado con Pilar Goya y sin hijos, ha visto morir en un breve periodo de tiempo a cuatro de sus cuñados por enfermedad.

Realizó sus estudios primarios en el Colegio del Pilar de Madrid. Hijo de un piloto de Iberia con miedo a volar y nieto de un capitán del ejército republicano, decidió tocar de pies al suelo y dedicar su vida al servicio público, aunque con sombras y matices. Respetado por compañeros de partido y rivales políticos, su nombre siempre sonaba cuando se hablaba de algún escándalo político. Era un amante de los habanos de 300 euros, que fumaba en Moncloa hasta la entrada en vigor de la ley antitabaco con cada detención de ETA o con cada victoria de su queridísimo Real Madrid. De hecho, no se perdía ningún clásico entre el Madrid y el Barça, junto a su jefe Zapatero, uno madridista y el otro barcelonista.

Era un amante de los habanos de 300 euros, que fumaba en Moncloa -hasta la ley antitabaco- con cada detención de ETA o cada victoria del Real Madrid

Gran aficionado al deporte, en 1975 consiguió superar los cien metros de atletismo en 10,9 segundos, vistiendo la camisa del Celta de Vigo. Ya ostentando distintos cargos, intento compatibilizar su carrera profesional con su afición por el deporte. También le gustaba el mus y el pádel. En su tiempo libre aprovechaba además leer novela negra y el cine clásico, y tenía como ritual leer los diarios del menos afín al más afín. Cuando ocupó la vicepresidencia del Gobierno, hay quien asegura que dictaba palabra por palabra algunos textos de El País, del que más tarde formó parte del consejo editorial. Sus allegados aseguran que la calvicie fue una de sus grandes preocupaciones personales.

Consultados por OKDIARIO, varios compañeros de partido y adversarios, han valorado la figura del ex secretario general socialista. Según la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, Rubalcaba era «una persona muy, muy cariñosa. Algo que se dice poco». Jorge Fernández Díaz, que como él ocupó la cartera de Interior por el PP, dice de Rubalcaba que «la historia política de España no se escribe sin su figura». Hay que considera que el ex ministro es el último representante de lo que se conoce como ‘hombres de Estado’.

Durante su trayectoria ha sido condecorado con la Gran Cruz de la Orden de Carlos lll, en 1996, y la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio en 1998.

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