Las acusaciones ‘fake’ del comisario del ‘caso Pequeño Nicolás’ se vuelven un bumerán contra él
La declaración como testigo de Francisco Nicolás Gómez Iglesias, más conocido como El Pequeño Nicolás, en el juicio que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Madrid contra José Manuel Villarejo, acusando a la mano derecha del comisario Marcelino Martín Blas -encargado de dirigir la Operación Nicolay- de presionarle para inculpar a Villarejo vuelve a echar un tupido manto de sospecha sobre la figura del ex jefe de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional. Así, El Pequeño Nicolás ajustaba cuentas seis años después con el policía que cruzó todas las líneas rojas para cazarlo.
El comisario jubilado Villarejo está siendo juzgado estos días por presuntamente ordenar grabar y difundir una reunión entre agentes de la Policía Nacional y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) sobre la investigación relativa a El Pequeño Nicolás. Esa grabación da cuenta de una reunión celebrada el 20 de octubre de 2014 entre el entonces jefe de la Unidad de Asuntos Internos, Marcelino Martín Blas, y unos agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) a los que iba a informar sobre la investigación en curso sobre el joven que se hacía pasar por un emisario del Rey o un asesor de la Moncloa para engrasar sus negocios.
Encontrar al responsable de esa grabación -filtrada y difundida por los medios de comunicación- se convirtió en una obsesión para Martín Blas, hasta el punto de pedir en 2016 la imputación de tres mandos policiales y seis periodistas, entre los que se encontraban Eduardo Inda y Esteban Urreztieta. Todo ello a pesar de que los entonces periodistas de El Mundo no sólo no publicaron la grabación sino que se la entregaron al propio Martín Blas para que la investigara.
Además, Martín Blas exigió que el comisario Eugenio Pino, el inspector José Ángel Fuentes Gago y el comisario Enrique García Castaño también fueran investigados, al igual que el propio Gómez Iglesias. Todo por haber sacado a la luz una grabación presentada por la defensa de Gómez Iglesias y que cuestionaba la labor policial llevada a cabo en el caso Nicolay.
Tal como publicó OKDIARIO, el hecho más grave de la conversación se produce cuando Martín Blas afirma textualmente: «Vamos tan pronto como podamos. Para lavar lo que…». Los agentes del CNI le interrumpen: «Nosotros lo que se pueda». Martín Blas prosigue: «Es algo que yo entiendo que se puede hacer antes del lunes que viene». En palabras de Gómez Iglesias a OKDIARIO, lo que estos agentes querían era «esconder lo que hicieron, que era lavar pruebas y pinchar un teléfono sin orden judicial».
Tras difundirse en los medios de comunicación esta grabación, Martín Blas puso en marcha su ofensiva pidiendo la imputación de 14 personas entre periodistas y mandos policiales y la detención de 3 de ellas. Era una operación más propia de un caso de terroristas del Estado Islámico en Madrid que de ciudadanos honrados. El fiscal puso un poco de sensatez en este disparate rechazando todas estas diligencias a excepción de la imputación del periodista Carlos Mier, al que apuntaron como presunto autor de la grabación. El fiscal calificó el informe de Martín Blas de «prospectivo, desmesurado y desmedido».
Martín Blas también pretendió vincular a Villarejo con el joven Nicolás a partir de unas fotografías que sus agentes habían realizado a un anciano que nada tenía que ver con el comisario del caso Tándem. Tal y como quedó después acreditado, el supuesto Villarejo era en realidad un jubilado que paseaba en ese momento a sus perros junto a un amigo. Aquel ridículo episodio motivó la destitución inmediata de Martín Blas como comisario de Asuntos Internos y desembocó en una ofensiva ilegal contra los informadores por su parte.
Esta huida hacia adelante del ex jefe de la Unidad de Asuntos Internos obligó a su superior, el ex director de Apoyo Operativo (DAO) del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), el comisario Eugenio Pino, no sólo a destituirle sino incluso a presentar una denuncia contra él ante el juez Arturo Zamarriego, como publicó en exclusiva OKDIARIO. En la misma acusó a Martín Blas de reunirse con agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) a espaldas de sus superiores para tratar en privado las investigaciones sobre el Pequeño Nicolás, de incorporar en las diligencias previas del caso Nicolay un informe falso a sabiendas de que lo era, de destruir pruebas, de tener una conducta delictiva y mantener desde su inicio un interés directo en la causa. La denuncia fue archivada.