El acuerdo de todos los partidos deja los escaños de Podemos más cerca del ‘gallinero’
El rechazo de Unidos Podemos a que ERC ocupase los escaños de la antigua Convergencia, en la tercera bancada del hemiciclo, provocaron el bloqueo en las negociaciones para el reparto del hemiciclo y retrasaron, hasta este jueves, el diseño de la Cámara.
El diseño provisional sienta a los republicanos en los puestos más bajos y con mayor visibilidad, lo que irrita a los de Iglesias. Sus diputados, entre tanto, quedan situados en los puestos posteriores, y más próximos al ‘gallinero’.
Este diseño es el que tiene todas las cartas para salir adelante, en vista al acuerdo entre los partidos mayoritarios, PP, PSOE y Ciudadanos. El reparto quedó en suspenso a principios de agosto, y la presidenta del Congreso dio entonces un plazo a los grupos para ponerse de acuerdo.
La inminencia del debate de investidura, el próximo 30 de agosto, ha obligado a convocar de nuevo a la Mesa y la Junta de Portavoces, órganos que deben decidir sobre este reparto.
Ya en la pasada legislatura, el diseño no gustó a Podemos. Entonces, el reparto llevó a parte de los diputados a la parte más alta y escondida del hemiciclo, el espacio que todos los partidos quieren evitar. La Mesa acabó aceptando la propuesta de los de Iglesias para evitar esos asientos y desplazó a la mayoría de sus diputados a bancadas inferiores.
“Por todas las partes hay voluntad de llegar a un acuerdo y tenemos esperanza en que lo haya”, sostienen desde la formación de Pablo Iglesias.
La alternativa de este partido pasa porque sean los diputados de sus socios catalanes, En Comú Podem, los que ocupen los escaños que en la anterior legislatura ‘pertenecían’ a Convergencia. Esto daría una mayor visibilidad a su portavoz, Xavier Domènech, sobre los independentistas catalanes.
El conflicto por el reparto de escaños evidencia, en realidad, las malas relaciones parlamentarias. Unidos Podemos se resiste a ceder ante ERC después de que los republicanos les negasen el apoyo en la votación de Domènech como candidato a la presidencia del Congreso.
En Unidos Podemos no esperan tampoco que los socialistas les apoyen. Y menos a la vista de las crispadas relaciones en torno a la cuestión de la investidura.
Tras varias semanas fuera del foco público, PSOE y Podemos se enzarzaron el martes en un árido cruce de declaraciones.
“Los dirigentes de Podemos tienen poca credibilidad”, afirmó el socialista Rafael Simancas sobre un posible diálogo para buscar un pacto de gobierno de izquierdas.
«Deberían estar haciendo examen de conciencia al ver que su principal aliado para formar gobierno, que es el partido del Íbex 35, ahora está bailando con el partido de la corrupción», le respondió el diputado morado, Rafael Mayoral.
Mayoral matizó después que Podemos «siempre va a tener la puerta abierta» al PSOE; pero primero será necesario que haya «un mínimo de voluntad” por su parte y que cesen sus “respuestas malsonantes».