El 23-F y la figura de Antonio Tejero, explicado para la generación Z: el origen del «¡Se sienten, coño!»
El fracaso del golpe de Estado se debió a la firme intervención del Rey Juan Carlos I


Antonio Tejero, que se encuentra en estado crítico, protagonizó uno de los momentos más importantes de la historia de España, el golpe de Estado fallido del 23 de febrero de 1981 (23-F). En pleno proceso de transición política tras la dictadura de Francisco Franco, el Congreso de los Diputados vivió un momento de tensión sin precedentes durante la votación para la investidura del nuevo presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo, cuando un grupo de militares, encabezado por Tejero, irrumpió violentamente en el hemiciclo, dejando una de las frases más icónicas de ese día: «¡Se sienten, coño!»
Armado y acompañado por múltiples guardias, Tejero irrumpió en el lugar con pistolas y gritó «¡Quieto todo el mundo!» y «¡Se sienten, coño!», provocando miedo y desconcierto entre los diputados, muchos de los cuales se vieron obligados a permanecer inmóviles durante horas mientras la situación se desarrollaba. El bigote, el tricornio y la pistola apuntando al techo del Congreso son las imágenes más icónicas de aquel día.
El fracaso del golpe de Estado se debió, en gran parte, a la firme intervención del Rey Juan Carlos I. En una aparición televisada histórica, el monarca dejó claro que apoyaba la Constitución y la democracia española, ordenando a los golpistas que depusieran su acción. Su mensaje tuvo un efecto decisivo: los militares que habían tomado el Congreso terminaron rindiéndose, y España pudo continuar con su proceso democrático sin que se consolidara la violencia militar.
¿Por qué ocurrió el golpe?
Tras 40 años de dictadura, varios sectores del Ejército rechazaban el modelo político adoptado tras la muerte de Franco y concebían la autoridad como un elemento clave a la hora de gobernar España. Por aquel entonces, en plena Transición, España estaba encauzando su modelo hacia una democracia moderna, por aquel entonces frágil.
La figura de Súarez, Mellado y Carrillo
Una vez que Tejero entró en el Congreso y disparó al techo, los diputados, escandalizados, se tiraron al suelo de inmediato, salvo el anterior presidente del Gobierno, Adolfo Suárez; el vicepresidente primero para Asuntos de la Defensa de España, Gutiérrez Mellado; y el secretario del Partido Comunista de España (PCE), Santiago Carrillo.
Mientras tanto, el teniente general Jaime Milans del Bosch ocupaba militarmente la ciudad de Valencia y mandaba desplegar 50 carros de combate y 2.000 hombres. Milans declaró el estado de excepción e intentó en vano sumar apoyos militares de otras regiones españolas. La Operación Turia, como se conocía al plan para tomar Valencia por la fuerza, fracasó, al igual que el golpe de Estado.
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