ENTREVISTA

Cristina Martín: «España se le está yendo de las manos al club Bilderberg, ya no pueden controlarla»

Cristina Martín
La escritora y periodista, Cristina Martín. (Foto: Pepo Herrera)

Cristina Martín es escritora y periodista de investigación. Este viernes presentará en la Feria del Libro de Madrid su última publicación sobre el Club Bilderberg ‘Los amos del mundo están al acecho’ (Temas de hoy).

Un libro que, misteriosamente, desapareció en España durante siete años porque, según Martín, «la verdad es muy peligrosa para quienes viven de la mentira». La escritora denuncia los planes ocultos de esta élite financiera llamada Club Bilderberg. Una llamada de atención en la pasividad de las fuerzas democráticas y un grito de advertencia sobre un peligro mucho más real de lo que aparenta.

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Portada del libro de Cristina Martín. (Temas de Hoy)

«Mi objetivo es que todo el mundo pueda entenderlo, sobre todo, los jóvenes porque ellos son uno de los objetivos de Bilderberg», señala Martín.

P.- ¿Por qué señala que el Club Bilderberg está en sus horas más bajas?

R.- El triunfo de Trump, el Brexit, la falta de líderes salidos de sus laboratorios, el colapso de su dominación global frenada por Rusia son pruebas irrefutables de que su ‘status quo’ está gravemente dañado.

«Ya no pueden controlar a España como antes»

P.- Esta frase aterra un poco: «Europa es hoy el laboratorio del posible Gobierno Mundial. Y este laboratorio se ha cebado con los países del Eurosur: Italia, Portugal, Grecia y España» ¿Qué planes tienen ahora? 

R.- El mismo de siempre: controlarla y tenerla bajo su dominio. El plan no cambia y si no funciona, modifican la estrategia. Sin embargo, España, hoy, se les está yendo de las manos. Ya no pueden controlarla como antes.

P.- Felipe González, Miguel Boyer, los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía, Patricia Botín… ¿cuáles son las características principales para ser elegido y acceder a estos encuentros?

R.- Tienes que tener una alta posición social y una extensa red de contactos globales. O puedes ser un joven político a quienes ellos les vean futuro. Estos últimos son sus jóvenes promesas pero, a veces, se les tuercen.

P.- En España muchos de los que, en teoría, pertenecen a este club han bajado a los infiernos como Rato o Jordi Pujol. ¿por qué les han dejado caer?

R.- En Bilderberg, los amigos y los enemigos se mueven en las mismas esferas del poder. Los que hoy se alían en una empresa o en un propósito común, mañana se destrozan para robarse el botín. De modo que si alguien cae, mejor para quienes permanecen de pie.

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La periodista de investigación, Cristina Martín. (Foto: Pepo Herrera)

«Trump atenta contra sus grandes logros»

P.- Esperanza Aguirre ha sido la única española en confirmarle su asistencia a estas reuniones. ¿Le ha contado algún otro político su asistencia?

R.- Me lo confirmó el jefe de prensa de Felipe González. Sus declaraciones sobre la reunión en La Toja de 1989, donde actuó de anfitrión junto a don Juan Carlos y doña Sofía, se incluyen en el libro.

Nadie quiere hablar de Bilderberg. Es una palabra maldita. He mantenido conversaciones en privado con miembros de partidos políticos y todos con los que he hablado han demostrado una prudencia extrema hacia esta institución. El Poder con mayúsculas les da miedo. Los que forman parte de su círculo no quieren hablar porque el club les exige un rígido secreto y los políticos con ambiciones no quieren problemas con Bilderberg.

P.- ¿Temen los Bilderberg a Donald Trump? 

R.- Efectivamente le temen porque no pueden controlarlo. Trump es el único presidente, además de Kennedy, que no proviene o no concuerda con el ‘establishment’ norteamericano. Trump es peligroso para ellos porque está atentando contra los grandes logros de Bilderberg: la UE, la OTAN, la teoría seudocientífica del calentamiento global provocado por el hombre, el TTIP y el TTP.

De ahí viene el armamento pesado de los grandes conglomerados mediáticos contra Trump y, por ello, uno de los temas que están debatiendo estos días en su reunión de Virginia es la guerra de la información. Ya advertí en mi libro Perdidos que esto iba a ocurrir.

P.- ¿Nos puedes explicar eso de «invitados inocentes» y otros que conocen las intenciones ocultas. También hay clases dentro del club?

R.- Hay jerarquías. El escalón más alto lo conforman los fundadores del club, de los que ya solo sigue vivo Henry Kissinger (David Rockefeller murió hace dos meses), y los grandes propietarios. Después están los generales, es decir, los presidentes, CEO, directivos de las grandes multinacionales de todos los sectores, ministros y presidentes de gobierno.

A continuación, los capitanes de tropa, como periodistas, intelectuales, gerentes, es decir, los niveles intermedios. Y luego, los que podemos llamar invitados «inocentes», a quienes les gusta codearse con la elite pero desconoce la planificación profunda, la ingeniería social que ocultan.

«El Brexit les supone un golpe inesperado»

P.- Cuenta que Bilderberg fabricó a Obama. ¿Su mandato fue un chasco para la organización? ¿Ingresará Macron en este club tan selecto?

R.- Obama ha sido la mayor catástrofe para nuestra humanidad y debería devolver el Nobel de la Paz que le dieron en 2009, recién llegado a la presidencia de EEUU, por provocar las primaveras árabes, así como las guerras de Siria y Ucrania. En su afán de conquistar esos países ha dejado un mundo en caos.

Por su parte, Macron ya forma parte de Bilderberg. Acudió en 2014 como ministro de Hollande, a quien luego traicionó para formar un nuevo partido político al servicio de Bilderberg. En 2016 invitaron a la reunión quienes hoy son el primer ministro de Francia, Édouard Phileppe, y la ministra del Ejército, Sylvie Goulard. Y ojo aquí porque hay un cambio de nomenclatura que hace desaparecer el concepto defensivo.

La retórica Bilderberg impone el nuevo ministerio del «Ejército» en un momento clave de la historia de Francia, precisamente ahora que, tras los atentados tan cruentos que ha sufrido, necesita defenderse más que nunca. Es para que vayamos familiarizándonos con el ejército global que tienen en mente.

P.- ¿Qué supone el Brexit para el Club Bilderberg?

R.- Es un golpe inesperado después de lo que habían avanzado con la crisis global. Mediante la Troika y las deudas no solo nos robaban el dinero para rescatar a sus bancos sino que mermaban el poder soberano de los países. Eso no ha ocurrido nunca en la historia de Europa.

Jamás un organismo como la Comisión tuvo el poder de controlar la voluntad de los estados, de las personas; el poder de manipular sus miedos y sus aspiraciones. Es otro de sus abusos a sumar en su historia del despropósito. Si pensaban que sus injusticias no tendrían consecuencias es que no son tan listos como creen. Les advertí de ello en mi libro Perdidos.

P.- En el libro también enumera otros clubs selectos ¿cuál le sorprendió más y son los nuevos lobbies de los gobiernos?

R.- Me llamó la atención en su día el Boheme, por el rito en el que queman una enorme lechuza blanca y se entregan a la diversión y a la representación teatral. Respecto a los lobbies, son muchísimos; necesitaría varios libros para investigarlos.

Pero hay uno que se ha expandido desde EEUU y ya tiene sucursales por toda Europa. Es el CFR, el Consejo de Relaciones Exteriores, que sería el Bilderberg exclusivamente estadounidense, el establishment norteamericano. Llegó con la crisis. En España, tiene la sede en Barcelona.

P.- La última reunión se celebró este jueves ¿Qué temas salieron a relucir? ¿Les preocupa el terrorismo?

R.- Es paradójico constatar que, sin haber sido invitado, Trump se ha convertido en la estrella de esta reunión Bilderberg. Hablarán de él a todas horas porque, entre otras cuestiones, ha provocado que se trate el tema de la guerra informativa, que ya adelanté en mi libro Perdidos.

Mientras ellos han estado controlado toda la información, actuaron como dioses: creando mundos y realidades artificiales a través de su palabra. Pero el triunfo de Trump los ha convertido en ángeles caídos. Estos días, los editores de los medios que se proclamaban adalides de la verdad están culpándose los unos a los otros porque la guerra propagandística ya no les funciona.

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