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Venezuela, un narco-estado acorralado

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Cuando le han preguntado al presidente Trump sobre un posible ataque a Venezuela tierra adentro en el continente, responde que desde Venezuela están mandando integrantes de bandas, narcotraficantes y drogas a los EEUU a través del Tren de Aragua y eso es inaceptable.

Declaraciones que se suman a la afirmación de que Maduro es un gobernante ilegítimo y fraudulento que no es reconocido por 50 países. Un tirano por el que la Fiscalía General del Estado americana ofrece una recompensa desde agosto, por delitos relacionados con el tráfico de narcóticos, de hasta 50 millones de dólares por cualquier tipo de información que conduzca a su arresto o condena.

El Secretario de Estado Marcos Rubio, acaba de afirmar públicamente “no vamos a permitir que un cartel se haga pasar por un gobierno en nuestro hemisferio”.

El conflicto entre Venezuela y los Estados Unidos por el Cartel de los Soles, una red de altos funcionarios militares venezolanos que visten uniformes con estrellas en forma de soles, implicado en el tráfico de cocaína en colaboración con el Tren de Aragua y el Cartel de Sinaloa, representa un claro ejemplo de cómo la geoeconomía transforma las disputas políticas en batallas tanto por el control de los flujos financieros ilícitos como por las rutas comerciales globales.

Este enfrentamiento no se limita a las acusaciones de narcotráfico, involucra además el uso de sanciones económicas como arma estratégica para desestabilizar la economía venezolana muy dependiente de sus recursos petroleros, un millón de barriles al día, y de alianzas con las potencias rivales como Irán, Rusia y China.

Fruto de estas alianzas, es la inversión de la empresa China Concord Resources, que acaba de poner en funcionamiento una plataforma flotante procedente del puerto chino de Zhoushan, para extraer crudo en la cuenca del Lago de Maracaibo, una de las zonas más ricas del país.

Un acuerdo con Petróleos de Venezuela, PDVSA, a 20 años que ha implicado una inversión de $1.000 millones, de las mayores realizadas desde las sanciones impuestas en 2019 por los estadounidenses. Esta inversión elevará la producción de 12.000 a 60.000 barriles por día para el año 2026 para lo que se han reactivado 100 pozos.  La mayor parte del crudo pesado se destinará a la exportación a China como retorno de la obra e inversión.

Catalogar el Cartel de los Soles como una organización terrorista global, permite congelar activos y bloquear las transacciones internacionales con el objetivo de aislar financieramente al régimen de Nicolás Maduro, interrumpiendo no solo el narcotráfico, sino también el lavado de dinero que supuestamente financia la estabilidad del gobierno chavista.

Adicionalmente se han desplegado barcos de guerra en las principales rutas, cinco buques de guerra de la US Navy, destructores y fragatas, que han llegado a las costas venezolanas a finales de agosto de 2025. Esta flota opera desde las aguas internacionales del Caribe, coordinando su actividad de vigilancia con aeronaves de patrulla marítima y helicópteros para hacer un seguimiento y, ya en tres casos concretos atacar con armamento a los barcos sospechosos de tráfico de drogas.

La US Navy actúa bajo la autoridad del Comando Sur que supervisa las misiones en el hemisferio occidental, integrando inteligencia de la Administración de Control de Drogas (DEA) para combatir el «narco-terrorismo».

Adicionalmente, se han movilizado, mediante una directiva secreta del Pentágono, hasta 4.500 marines, para apoyar las operaciones logísticas y de abordaje en el teatro caribeño. Estos marines, especializados en operaciones anfibias, se encuentran a bordo de buques o en las bases de Puerto Rico, desde donde se han desplegado además 10 aviones F-35 de la US Air Force para proporcionar la superioridad aérea y apoyar las tareas de vigilancia.

Este despliegue militar, el mayor desde la Operación Causa Justa que realizó la invasión de Panamá en 1989, no constituye un bloqueo naval tradicional como el de Cuba en 1962, sino que es na «operación de contención antinarcóticos».

Para ello combina el uso militar con sanciones económicas, afectando tanto el comercio de crudo y a las rutas ilícitas. Algunos expertos cuestionan su legalidad bajo el derecho internacional, argumentando que extiende el uso de la fuerza contra actores no estatales más allá de los límites de la Carta de la ONU.

Sin embargo, el enfoque en la US Navy destaca la dimensión geoestratégica de la operación diseñada para proteger el dominio marítimo estadounidense en el hemisferio y contrarrestando las alianzas de Venezuela con Rusia e Irán.

Se trata de un conflicto que refuerza la geoeconomía como un campo de batalla híbrido, donde las sanciones y los despliegues militares no solo combaten el crimen organizado y el tráfico de drogas, sino que reconfiguran el equilibrio de poder y el acceso a los recursos energéticos estratégicos.

El Cartel de los Soles emerge como un punto clave en las cadenas de suministro de drogas que conectan Latinoamérica con los mercados de consumidores tanto en Norteamérica como en Europa, donde Venezuela actúa como un punto de tránsito de la cocaína procedente de su principal productor mundial que es Colombia.

Para los Estados Unidos, combatir esta estructura implica proteger su hegemonía económica en el hemisferio occidental, ya que el flujo de narcóticos alimenta una crisis de salud pública y seguridad que cuesta cientos de miles de millones en gastos sociales y judiciales desde hace muchos años.

Desde el punto de vista de Venezuela, el conflicto geoeconómico se percibe como una agresión imperialista destinada a perpetuar la dependencia de América Latina de los mercados estadounidenses, utilizando el pretexto del Cartel de los Soles para justificar intervenciones militares que benefician a corporaciones energéticas rivales.

El gobierno de Maduro niega la existencia del cartel como una entidad organizada desde el gobierno, argumentando que las falsas acusaciones son para legitimar sanciones injustas, que han reducido el PIB venezolano en más del 70% desde el año 2013, forzando a una reorientación hacia alianzas de Venezuela con Rusia, Irán y China para eludir el sistema financiero SWIFT.

Medios estatales rusos como RT News y Sputnik han intensificado su cobertura informativa sobre el conflicto, presentando las sanciones del Departamento del Tesoro como un pretexto imperialista para despojar a Venezuela de sus reservas de crudo, una narrativa de desinformación que busca deslegitimar el sistema de sanciones unilaterales de Washington, que ha congelado activos venezolanos por valor de miles de millones de dólares y bloqueado las transacciones internacionales en el sistema SWIFT.

Para las citadas fuentes rusas, las acusaciones de «narco-estado» sirven para bloquear importantes exportaciones venezolanas de petróleo a Europa y Asia, obligando a Moscú a intermediar en trueques de crudo por tecnología militar y nuclear. Esta dinámica híbrida de desinformación y cooperación económica acelera la multipolaridad, con Rusia ganando influencia en el Foro de Sao Paulo y organizaciones como la OPEP+, donde Venezuela actúa como un puente para evadir sanciones.

Se fomenta un «eje de resistencia» que diversifica las vías de comercio, permitiendo a Venezuela exportar petróleo a cambio de oro y tecnología, en un contexto de aislamiento, fomentando una resistencia multilateral que desafía el unipolarismo financiero de Washington.

De momento, los dos incidentes con víctimas mortales ocurridos durante el mes de septiembre de 2025 ilustran cómo la escalada militar busca además elevar la presión económica. Una presión que encarece los costes logísticos y disuade a posibles inversores extranjeros en la región a la vez que se avisa a países vecinos como Brasil y Colombia. Precisamente, sus líderes, Gustavo Petro y Lula da Silva criticaron públicamente el uso de fuerza letal contra el primer barco de traficantes como un «asesinato».

Las implicaciones geoeconómicas de este conflicto trascienden las fronteras bilaterales, afectando a la estabilidad de las cadenas de valor globales en los sectores energético y de materias primas, donde Venezuela posee las mayores reservas de petróleo del mundo.

Al vincular al Cartel de los Soles con grupos como el Tren de Aragua y el Cártel de Sinaloa, Estados Unidos amplía su narrativa de «narco-terrorismo» para justificar una política de contención que debilita la influencia de China en América Latina. Pekín ha invertido miles de millones de dólares en infraestructura venezolana a cambio de crudo.

Esta confrontación, acelera la fragmentación del orden económico regional, con países como Colombia y Brasil atrapados en medio del conflicto por su dependencia del asfalto y los fertilizantes procedentes de Venezuela.

Unas naciones obligadas a equilibrar sus alianzas comerciales con Washington mientras afrontan los tremendos retos de los flujos migratorios y su posible conexión con el crimen organizado.

Además, nos encontramos con los aranceles secundarios. EEUU ha anunciado en abril, que aquellos países que importen petróleo venezolano se enfrentarán a nuevos aranceles del 25% sobre sus exportaciones a los EEUU. Este hecho ha paralizado las compras de China que recibía el 95% de las exportaciones actuales e India, mermando los ingresos fiscales en cantidades que superarán los 5.000 millones de dólares para el presente ejercicio de 2025.

Los conjuntos de las sanciones han causado ya pérdidas equivalentes al 213% del PIB venezolano en ingresos petroleros entre los años 2017 y 2024, unos 77 millones de dólares diarios. Durante 2025, la base monetaria podría crecer un 257%, impulsando la inflación por encima del 100% y producir una nueva devaluación del bolívar, lo que agravará la pobreza, la escasez de bienes y los movimientos migratorios de salida.

La administración Trump ha indicado que este golpe es el «inicio de una campaña» contra los carteles venezolanos.

En el turno de la Unión Europea, el Parlamento Europeo aprobó una resolución no vinculante que insta al Consejo y a la Alta Representante de Política Exterior a incluir al Clan de los Soles en la lista oficial de organizaciones terroristas, al proporcionar apoyo, logística y refugio a grupos armados terroristas colombianos.

En España en la Comisión Mixta para la UE salió adelante una PNL para promover el reconocimiento del Clan de los Soles como organización terrorista. La PNL incluye la retirada de visados, privilegios e inmunidades a políticos que bajo la falsa coartada de la mediación y el diálogo han blanqueado y sostenido al régimen de Maduro, así como tolerancia cero con el uso de España como santuario para chavistas y bolichicos.

Las medidas incluyen la congelación de activos, la prohibición de entrada en territorio europeo y la ampliación del listado de sancionados a testaferros, colaboradores y familiares incluyendo la identificación y bloqueo de sus bienes, inversiones y redes financieras.

El cerco a la narco dictadura venezolana se estrecha día a día, gracias a la eficacia de los instrumentos de la geoeconomía combinados con medidas propias del ejercicio del poder duro.

Legitimitas regiminis in dubio est

José Luis Moreno, economista ha sido director de Economía en la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento de Madrid. Analista económico y empresarial.

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