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Unicaja Banco: son los resultados, estúpido

Unicaja
Unicaja.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

«Es la economía, estúpido», es la frase que Bill Clinton espetó a George Bush en las elecciones norteamericanas de 1992 y que fue decisiva para que el demócrata ganara la presidencia. Algo parecido es lo que le han dicho desde hace meses los inversores y analistas a Unicaja Banco, son los resultados, estúpido. Y ahí es donde la entidad malagueña naufragó en 2023.

Los resultados anuales presentados esta semana por Unicaja son de lo más deprimente. No es que no gane dinero, tuvo un beneficio de 267 millones, pero éste se redujo un 4% cuando el resto de sus competidores han logrado en el mismo año y en el mismo país crecimientos estratosféricos hasta batir récords históricos. Por ejemplo, CaixaBank incrementó sus ganancias un 54% y Sabadell, un 55%. Además, su rentabilidad y su eficiencia son las peores del sector con diferencia.

Unicaja Banco, Isidro Rubiales
Isidro Rubiales, CEO de Unicaja Banco.

Unicaja se ha quedado tan lejos de la media por la cruenta guerra interna que vivió el año pasado y que se saldó con la victoria de la Fundación Unicaja (Manuel Azuaga) y la desaparición de cualquier rastro de Liberbank. Y como dice el chiste, si uno está a setas, no puede estar a Rolex. Si la prioridad es conquistar el poder, el negocio pasa a segundo plano.

Algo que se ha agravado con salidas tan sangrantes como la del director de negocio, Jonathan Velasco, del que dependían las áreas comercial y de gestión de activos. Era responsable de la maquinaria comercial de Liberbank y fue nombrado para ese cargo en la entidad fusionada porque las métricas de productividad por empleado -la dinámica comercial- eran mucho mejores en Liberbank que en Unicaja en solitario. Pero como tenía el pecado original de su procedencia, a la rúe.

Reacción de Unicaja

Con este panorama, el banco andaluz acumula una caída en Bolsa superior al 17% en el último año (pese a la subida de esta semana) y tenía que reaccionar. Ha empezado a hacerlo, aunque le queda mucho camino por recorrer. Primero, ha fichado a un banquero de campanillas, José Sevilla (ex del BBVA y ex consejero delegado de Bankia) como presidente no ejecutivo ante la necesaria salida de Manuel Azuaga del consejo para dar entrada a Tomás Olivo, como adelantó OKDIARIO.

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José Sevilla, nuevo presidente no ejecutivo de Unicaja.

En segundo lugar, a falta de unos resultados mejores que presentar al mercado, la Fundación Unicaja (el principal accionista) ha dado su brazo a torcer y ha aceptado una recompra de acciones como la que han acometido todos sus rivales. Hasta ahora, la Fundación se negaba porque no quiere sobrepasar el 30% del capital y, al recomprar acciones propias, ese porcentaje sube automáticamente. También ha elevado el dividendo a pesar de la caída del beneficio. Algo que fue muy bien recibido el martes con una subida bursátil del 6,8%.

«El mercado quiere más eficiencia, mejores resultados, crecimiento, buybacks [recompra de acciones] y dividendo», afirma una fuente del mercado. El anuncio de este martes es un primer paso para cumplir esas exigencias de los inversores.

El ERE de la discordia

Estos movimientos se completan con un lavado de su (mala) imagen: nuevo logotipo y quita el «Banco» del nombre para volver a ser Unicaja a secas. Y lo más importante: está intentando fichar al ex director de particulares de Santander España, Luis Colorado, para sustituir a Velasco. Obviamente, no es lo mismo Santander que Unicaja, pero viene de un gran banco con verdadera obsesión por la eficiencia.

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Nuevo logo de Unicaja.

La eficiencia mide cuántos euros debe gastar un banco para ingresar 100, por lo que, cuanto más baja sea esta ratio, mejor. Y la de Unicaja se deterioró en el último trimestre de 2024 hasta el 48,4% a pesar de las subidas de tipos de interés que pagan los créditos y las hipotecas.

Ahora bien, para mejorar esta métrica no basta con un aumento de los ingresos gracias a un cambio en la gestión comercial (manifiestamente mejorable), máxime cuando los tipos han tocado techo y van a empezar a bajar este año. La única vía para conseguirlo es la que han acometido también todos sus rivales en los últimos años: un ERE.

Pero ahí sí que pone pie en pared la Fundación, por el enorme impacto social que tendría en su territorio de origen y el consiguiente daño reputacional, como adelantó en su día este medio. Veremos si en esto consiguen doblarle la mano Sevilla y Colorado, si finalmente se incorpora.

Sevilla vs. Rubiales

Por cierto, lo de Sevilla también puede presagiar tormenta a la vista. Es cierto que es un gran fichaje, muy bien visto por el BCE. Pero en el sector nadie se cree que Sevilla vaya a ser un «presidente florero» al estilo de Pedro Guerrero en Bankinter. Y si efectivamente quiere tener voz en la gestión, puede chocar con Isidro Rubiales, el consejero delegado delfín de Azuaga y representante de la añeja «cultura de caja» de la entidad, opuesta totalmente a la filosofía de Sevilla; no hay más que ver el giro que le dio a Bankia tras la nacionalización.

Veremos cómo acaba la cosa. Y aquí se lo contaremos.

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