Trump castigará fiscalmente los envíos de dinero de los inmigrantes a sus familias: 822.000 millones
Las medidas comerciales y de migración amenazan cortar el grifo a un salvavidas económico

La guerra comercial del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está poniendo en peligro a un rincón de la economía mundial que mueve casi un billón de dólares al año: aquellos que mandan dinero a casa. El sistema global de remesas (los envíos de dinero al exterior) movilizó 822.000 millones de dólares (728.000 millones en euros) a todos los rincones del mundo a cierre de 2023, según las estimaciones del Banco Mundial. El órgano es el único que ha podido aproximar la magnitud de este salvavidas económico.
Ahora, el diluvio de medidas (comerciales y migratorias) proteccionistas amenazan con cerrar el grifo. Esto se debe a los tipos de cambio desfavorables generados por la guerra comercial, la erosión de las relaciones internacionales con EEUU, además de mayores restricciones a los visados de trabajo, como la clase H-1B.
Estados Unidos es el mercado que más remesas envía a escala mundial, considerada un salvavidas para los inmigrantes que buscan apoyar a sus familias mientras trabajan en el exterior. Es una de las motivaciones que impulsó a los casi 3 millones de migrantes que aterrizaron en EEUU en 2024, según los datos de la Oficina del Censo del país. Es por esta demanda global que las oficinas de cambio como Western Union, Visa, MoneyGram o las plataformas digitales como Remitly se lucran.
Los flujos de remesas se ven distintos al otro lado del Atlántico. Latinoamérica es el principal destino para las remesas enviadas desde España. Entre los países que más dinero reciben de España están Bolivia y Brasil. Le siguen Bulgaria, China, Colombia, la República Dominicana y Ecuador, según los datos del Banco Mundial. La mayoría de estos flujos se destinan a países denominados de bajos y medianos ingresos, que cuentan con estos envíos de familiares como segunda fuente económica. Al cierre de 2024, se estima que se enviaron conjuntamente 685.000 millones de dólares a estos países.
Es más, la clase migrante de Estados Unidos ha empezado a frenar sus envíos, que en muchos casos dejan una huella digital o física por temor a represalias de la Casa Blanca.