Teresa Ribera gana el pulso a Nadal y las empresas energéticas lo celebran

Teresa Ribera
El comisario europeo Miguel Arias Cañete y la ministra de Transición Energética Teresa Ribera (Foto. EFE)
María Villardón

Teresa Ribera, ministra de Transición Energética, ha elevado la voz en Bruselas apostando por las renovables abiertamente y se ha desmarcado de la posición de su predecesor, Álvaro Nadal. Éste siempre se ha mostrado tímido a la hora de postularse de forma clara por el desarrollo de las energías limpias, pero sí que se mostraba tozudo a la hora de dar carpetazo al carbón. Una posición que tenía al sector eléctrico levantado en armas y que le costó más de un encontronazo con las empresas del sector.

Ahora, con la nueva portavoz en Europa del Ejecutivo socialista, las grandes firmas energéticas tienen la esperanza de que la descarbonización de la economía sea un hecho y que la coherencia reine entre las decisiones europeas y las españolas.

Ribera, que ya fue secretaria de Estado de Estado de Medio Ambiente con el Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero, no era una desconocida para el sector energético cuando fue designada ministra por Pedro Sánchez. La mandataria siempre se ha mostrado a favor de la generación de energía verde y contraria a la nuclear y el carbón.

No muestra templanza a la hora de mostrar su posición. No es ningún secreto que Ribera ha llegado a Luxemburgo esta semana para negociar el llamado ‘paquete de invierno’ y ha abogado por elevar la cuota de las renovables hasta el mayor porcentaje posible.

Bien, en la madrugada del jueves en Bruselas se ha llegado a un acuerdo y se ha fijado una cuota del 32% de las renovables hasta 2030, una cifra que aún así se ha quedado dos puntos por debajo de la ambición de Ribera.

Un hecho que ha sido tildado por Iberdrola como “una buena noticia para la industria y la economía española y europea”. Además, ha señalado la cotizada de Ignacio Sánchez Galán, “decisiones como estas nos permiten actuar contra los efectos del cambio climático, apoyar una transición justa y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, mientras reducimos la dependencia energética del exterior”.

A tenor de los hechos, el final del carbón está cerca y las compañías del sector eléctricos lo celebran, aunque de momento sin grandes fiestas porque están expectantes con los nuevos movimientos de Ribera al frente de la cartera. No obstante, y a pesar de su discreción, según fuentes del sector consultadas por este periódico, las grandes empresas eléctricas y energéticas de España aprecian que “por fin” haya una “coherencia” entre lo que dice el Ministerio de Energía y lo que dice Bruselas.

Por su parte, el sector de las renovables representado por Fundación Renovables, señala que “ahora por lo menos tenemos una ministra que a su capacidad y conocimientos demostrados por su experiencia pasada incorpora, algo que hasta ahora era inédito: voluntad de dialogo”.

Otras fuentes del sector señalan que esta coherencia se ha alcanzado gracias a la unión en una misma voz de Energía y Medio Ambiente, dos carteras que hasta ahora estaban lideradas por dos perfiles distintos y dos ideas diferentes con respecto a la política energética. A la vista está, la Ley de Transición Energética en la que ambos ministerios no vio jamás la luz porque no llegaban a un consenso, aunque ambos lo negaban.

La relación entre Nadal y las eléctricas durante la última legislatura no ha sido fácil. El ministro de Mariano Rajoy negaba a compañías como Endesa, Gas Natural o Iberdrola el cierre de las centrales térmicas alegando una subida en el precio de la luz.  Y, además, dejando de lado la senda marcada por la Cumbre de París donde España se comprometía a reducir las emisiones de CO2 y descarbonizar la economía.

Iberdrola, que ha sido una de las compañías más ‘guerreras’ con el cierre de las centrales de carbón, pidió a Nadal la clausura de sus plantas en Lada -Asturias- y Velilla -Palencia-. La respuesta del exministro de Energía nos se hizo esperar: “La política energética la hace el Gobierno y no las empresas”.

Unas palabras acompañadas de un Real Decreto donde endurecía las normas para acabar con el carbón, ahora el documento está en ‘stand by’ y las empresas, al menos de momento, celebran que Ribera tenga una sola voz y se ponga en línea con el mandato de Europa.

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