Telecomunicaciones

Telefónica, Orange y Vodafone quieren subir tarifas pero no dan el paso por miedo a perder clientes

Telefónica Orange Vodafone
Telefónica, Orange y Vodafone.

Las grandes operadoras de telecomunicaciones suspiran por encontrar una solución a la actual guerra de precios, que no hace otra cosa que mermar sus márgenes y añadir más incertidumbre al horizonte del 5G, que requerirá inversiones considerables para su despliegue. Tácitamente, infieren que la salvación pasa por subir tarifas en un mercado que en los últimos años se ha obstinado en mantenerlas bajas en la lucha interminable por arañar clientes a cualquier coste, convirtiéndose en el único sector deflacionario en España, donde la inflación se aceleró en mayo hasta el 8,7%, entre las tasas más altas de Europa.

En este contexto, los ingresos del sector de telecomunicaciones español se redujeron un 3,2% en 2021, según datos de la consultora IDC Research. Es el resultado de ofrecer más servicios por el mismo precio, en una espiral de destrucción de valor de la que las grandes telecos no quieren o no saben salir, pese a ver como su facturación se ha desplomado un 35% en la última década.

Sin embargo, mientras compañías que se mueven como pez en el agua en el segmento del low cost como Digi -en el primer trimestre disparó sus ingresos un 42% y captó 364.000 nuevos clientes- sigan ganando popularidad y cuota de mercado, los primeros espadas del sector seguirán abordando la subida de precios como un tema tabú por miedo a perder abonados. «La realidad es que nadie quiere dar el primer paso y todos se miran de reojo. En cuanto uno dé el paso, es posible que otros le sigan», señalan fuentes del sector.

Pero hasta entonces todo son vagas intenciones con las que no se resuelve el problema. En un alarde de valor, Diego Martínez, director general de la división de B2C de Orange España, hizo un tímido amago de poner el cascabel al gato en la rueda de prensa de los resultados de la operadora francesa a finales de abril, pero sin detallar una hoja de ruta para elevar las tarifas -mejor evitar sacrilegios innecesarios-. «Ahora mismo no tenemos planificada una subida de precios asociada a la inflación a corto plazo, pero si esto sigue así y se prolonga en el tiempo, no va a ser descartable en el mundo de las telecomunicaciones ni en ningún otro sector de la economía», lanzó al aire.

En otros mercados, la operadora ha sido más vocal, aunque las circunstancias no son las mismas. Orange Bélgica ya ha incrementado los precios a sus clientes a partir del 1 de junio por los mayores costes. «Teniendo en cuenta el actual contexto económico, marcado por unos niveles de inflación sin precedentes, con un rápido crecimiento de los precios de los equipos tecnológicos y también de los costes de los salarios, que está impactando en la estructura de costes de Orange Bélgica y sus proveedores y socios, el operador tiene que adaptar varios precios con el objetivo de mantener la calidad de los servicios y el nivel de inversión de Orange», indicó la compañía en un comunicado.

Si bien la tasa de inflación de Bélgica fue del 9% en mayo -similar a la de España-, eso no implica que se vaya a tomar una decisión del mismo signo en el mercado español, donde la agresividad comercial es máxima, lo que conlleva pérdidas de rentabilidad manifiestas, según apuntan fuentes del sector. En cualquier caso, de producirse un alza en las tarifas, solo afectaría a las marcas premium de Orange, agregaron las mismas fuentes.

Situación extrema

«La realidad es que estas subidas (del IPC) tienen un impacto en los operadores y proveedores, y todas las industrias y sectores lo están haciendo», comentan, en referencia al incremento de precios que se está aplicando a los productos en general. En la tesitura actual de apreturas de costes y pérdida de clientes, a las operadoras solo les queda o bajar precios para conseguir volumen o subirlos para engordar los ingresos, señalan. «El mercado está pivotando» en medio de la crisis económica, ya que las alzas de los precios hacen que los consumidores se planteen reducir gastos sin renunciar a la calidad, explican.

En esta situación, que ya comienza a ser insostenible -y en la que hay marcas que admiten que se sienten cómodas sin elevar las tarifas como Digi-, es «posible» que en los próximos meses alguna gran operadora se atreva finalmente a dar el paso de subir los precios, añaden las mismas fuentes.

Los portavoces de Telefónica, Orange, Vodafone y MásMóvil declinaron hacer comentarios sobre posibles aumentos en sus tarifas.

De momento, la realidad es que la política de todas ellas es mantener los precios bajos por mandato del mercado. Telefónica recientemente lanzó un nuevo modelo comercial, miMovistar, que permite a los clientes contratar los productos que quieran y, por lo tanto, en muchos casos abaratar su tarifa. Orange acaba de anunciar una nueva oferta de su marca low cost Simyo con tarifas convergentes desde 29 euros. Lowi, la marca de bajo coste de Vodafone, incrementó sus líneas en el pasado ejercicio fiscal en 310.000 líneas, hasta alcanzar 1,5 millones, gracias a sus atractivas promociones para el consumidor. Y ya el caso de Pepephone, de MásMóvil, ilustra la deriva deflacionista del sector hasta niveles superlativos: lleva desde noviembre de 2007 sin subir los precios.

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