Mundial de Natación 2025

Iris Tió, histórica tricampeona del mundo: «Vi a mis rivales con miedo y saqué la garra española»

La nadadora más laureada de la natación española sincronizada atiende a OKDIARIO tras conseguir seis medallas en el Mundial

Tres de ellas fueron de oro y en tres categorías en las que España nunca antes lo había logrado

Tió ha redefinido la historia del deporte al destronar a Rusia y ganar también a China

Iris Tió
Iris Tió posa con su medalla de oro en el Mundial de Singapur 2025.

La natación artística española aterrizó, con Iris Tió (Barcelona, 2002) a los mandos, en lo desconocido durante el último Mundial. Su semana en Singapur fue un maratón acuático de doce pruebas y seis coreografías diferentes saldadas con su nombre escrito para la eternidad. Seis medallas, tres de bronce y tres de oro en tres categorías, solo libre, dúo libre y dúo libre mixto en las que España nunca antes había sido campeona del mundo.

Iris Tió entra en una dimensión que no descubrieron Gemma Mengual, su ídolo de la infancia, Andrea Fuentes, su actual entrenadora, ni Ona Carbonell. Trío de medallistas olímpicas, por cierto. Tió atiende a OKDIARIO días después de colgarse su última presea y ya en tierras españolas. Su voz todavía rezuma ilusión y cierta incredulidad por una actuación en Singapur que la consagró, a juicio de World Aquatics, como la mejor nadadora del mundo.

«Tengo un sentimiento de felicidad indescriptible. Todavía no lo he asimilado porque no he parado. La competición ha sido muy intensa y casi no tenía tenía tiempo para celebrar una medalla cuando tenía que volver a competir. Pero poco a poco lo iré asimilando. Cuando aterricé en el aeropuerto y vi tanta gente fue como ‘vale, creo que lo que ha pasado es muy fuerte’. Es muy bonito ver que la gente valora el esfuerzo», comenta durante su conversación con este medio.

Iris Tió es, a sus 22 años, historia de la natación artística española. Primera nadadora que consigue un oro mundial en solitario. Es la reina de una disciplina en la que un día fue peón. Con nueve años se inició en Kallípolis con Anna Tarrés, a los 15 debutó como solista en el Europeo de Glasgow y ahora ha derribado barreras al destronar a las rusas. Se impuso con un ejercicio con menor dificultad, pero máxima expresión. De madre violinista, padre clarinetista y abuela pionera en música electrónica. De ahí saca Iris Tió su sensibilidad musical para expresar y nadar sobre las notas.

Pregunta. Enhorabuena. ¿Es consciente ya de lo que ha logrado?

Respuesta. Es increíble. Tengo un sentimiento de felicidad indescriptible desde que gané el primer oro. Aunque es verdad que no lo he asimilado todavía porque no he parado. La competición ha sido muy intensa y casi no tenía tiempo de celebrar una medalla cuando ya teníamos que competir otra vez. Ahora poco a poco creo que lo voy a empezar a asimilar todo porque ya cuando llegué en el aeropuerto con mis padres, vinieron muchísimas personas a recibirnos y ahora también estoy teniendo bastantes entrevistas y no lo había tenido nunca tanto. Entonces es como, vale, creo que es fuerte lo que ha pasado. El teléfono echa humo, no paro de recibir felicitaciones y me hace mucha ilusión que la gente valore el esfuerzo y las coreografías.

P. ¿Cómo gestionó las emociones al ir ganando medallas, pero tener que seguir compitiendo?

R. Pongo el ejemplo del día que gané el oro en el solo libre y luego tenía por la tarde la final del equipo. Dos finales el mismo día. Celebré un poco con las entrenadoras y mis padres en lugar de ir rápido al hotel a comer y descansar como solíamos hacer. Fue una mini celebración y luego volvió al hotel. No pude dejar de sonreír en todo el día. Es muy fácil que cuando está emocionado se te vaya la cabeza, pero es algo que entrenamos mucho y quería seguir demostrando que por algo era campeona del mundo. Me centré en el momento y confié en el trabajo previo del día a día. El día del campeonato no es que hagamos magia de repente, es que hemos estado repitiéndolo cada día.

P. ¿No apareció el vértigo en ningún momento?

R. Creo que ahora, cuando me vaya dado cuenta de lo que ha pasado, es cuando me puede dar vértigo. Pero no ha sido mi máximo, en el sentido del oro sí, pero de técnica y ejecución puedo mejorar mucho más y eso es lo que más feliz me hace en realidad. Creo que no he llegado a mi límite. Al final con Andrea llevamos un año trabajando, imagínate cuando llevemos más. Eso me tranquiliza y me hace ver que todo va ir bien. Es una motivación y un empujón de confianza muy grande.

P. ¿Fue difícil romper la barrera mental para destronar al fin a Rusia?

R. Antes del Mundial había visto a las chinas en otro campeonato, pero no a las rusas y estaba pensando en qué nivel estarían y me generaba incertidumbre. Haberlas superado es como ‘vale, se las puede ganar’. Tanto a ellas como a las chinas como a todo el mundo. Simplemente hay que confiar en el trabajo. Sí, era una barrera mental y ya está rota. Ahora queda ir a por más.

P. Su ejercicio fue de menor dificultad, pero les ganó con la expresión. ¿Cómo se entrena algo que no es tan a base de repetición?

R. Hay que escoger la música que te guste, que puedas expresar y te favorezca en el agua. En eso Andre me ha ayudado mucho. Le dije, ‘el himno del amor me gusta mucho’ y ella no dudo en decirme ‘vale, hacemos esta’. Muchos países van con la dificultad muy arriba para ganar. Nosotras hemos ido con una dificultad que realmente pudiera asumir y que igualmente pudiera expresar. Muchas rivales lo que no hacían era brazos, que es lo que hacemos al respirar y donde podemos expresar. Se centraban más en la dificultad para sumar puntos y nosotras hemos querido encontrar un equilibrio entre dificultad y la artística.

P. Una dificultad tan alta aumenta las probabilidades de error. ¿También los nervios antes y durante la coreografía?

R. Pues antes de competir veía a mis rivales y notaba como que tenían miedo. Al final es muy duro físicamente el solo al añadir tanta dificultad. La bielorrusa sólo respiraba 20 segundos en todo el ejercicio que dura dos minutos y pico. Eso es muy exigente. Yo respiro mucho más que ella durante el ejercicio. Las veía con miedo y como se iban a morir. Yo me tiré al agua y saqué la garra española sin miedo. Lo di todo porque confiaba en mi ejercicio, en que tenía una dificultad suficiente como para luchar por las medallas y con la confianza de que lo voy a poder aguantar y defenderme bien. Esa fue la clave.

P. Sus canciones elegidas hablaban sobre el amor. ¿Cuánto de importante es vivir o haber vivido en la vida real lo que se quiere expresar en el agua? 

R. Ha sido un poco casualidad que las canciones fueran sobre amor. No lo planificamos, así surgió. La de Rosalía me la propuso Andrea y al probarlo sobre el agua me gustó porque conectaba con ella. Y el himno del amor la cantaron en la inauguración de los Juegos Olímpicos y me emocioné tanto que dije ‘algún día quiero hacer un solo con esta canción. Sí que es verdad que va bien pensar e imaginar porque cuando sale de dentro siempre es más natural y mejor. Tengo pareja y estoy enamorada, entonces eso me tal vez me haya ayudado a sentirlo más. El himno del amor me recuerda también al amor que tengo por este deporte y eso también ayuda.

P. ¿Cree que su mayor virtud es la expresividad?

R. Sí. La expresividad y las miradas, que es algo que he descubierto este año. Transmito mucho con la mirada. Andrea me dice que no hay nadie que se mueva como yo y eso me enorgullece mucho y me hace mucha ilusión porque ella es un ejemplo para mí.

P. ¿La manera de expresar española es única?

R. Totalmente. Es una de nuestras virtudes y lo más explotamos porque sabemos que nadie tiene esa manera de expresar y también creo que de entrenar. Eso lo ha conseguido un poco Andrea, que nos ha traído su manera de ser. A veces en deportes tan exigentes se entrena de manera muy militar, como si fuéramos máquinas y sin pensar en el lado humano. Y creo que Andrea es todo lo contrario. Ella busca resultados, pero que podamos ser felices y no sea como un una agonía. Obtenemos medallas sin haber sido infelices y sin que nos haya costado la vida y la salud mental. Esto es una cosa muy positiva. Buscamos el máximo resultado, pero con un buen ambiente.

P. ¿Cuál ha sido la rutina más difícil que ha hecho en este Mundial?

R. La figura que más me ha costado del solo técnico claramente es la primera. Son 45 segundos de apnea es muy largo y la verdad es que es muy exigente. Es la más dura física y técnicamente no. Y luego del solo libre diría la primera también porque también es la más larga. Tiene muchos unbalanced que es lo que hacemos en vertical, pero de lado. Hay que tener una técnica especial y trabajarlo mucho. No todo el mundo lo puede hacer.

P. ¿Cuáles son las claves para el salto de calidad que ha dado el equipo español?

R. Ha sido una mejora de muchos años. Llevamos tiempo creciendo y ahora con Andrea y su staff, que trabajan todos de manera muy inteligente, nos sentimos muy cómodos todos. Hay muy buena comunicación y muy buen rollo. Eso nos da confianza. Y no nos juzga en nada, a Andrea le puedes contar todo y siempre intenta entenderte y gracias a eso tenemos mucha libertad y podemos brillar. El sacrificio y el trabajo están presentes de una manera amable. Ahora toca disfrutar e ir a por más.

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