Telefónica acelera el apagado de su red de cobre tras cerrar más de 1.000 centrales
Telefónica prevé acelerar el desmantelamiento de su red de cobre en España, previsto para 2025, a raíz de la nueva regulación en el mercado que le permitirá acortar de 5 a 2 años el plazo de preaviso para el cierre de estas centrales y tras haber clausurado un total de 1.015.
A finales de año, Telefónica tiene previsto haber cerrado más de 1.500 centrales de cobre del total de 8.500 de las que partía. Su idea es avanzar con estos cierres hasta quedarse con 3.000 centrales solo de fibra. El consejero delegado de la compañía de telecomunicaciones, Ángel Vilá, se ha referido a este asunto en una conferencia con analistas esta semana, con motivo de la presentación de resultados por parte del operador y ha apuntado, por otra parte, que estos cierres implicarán unas plusvalías inmobiliarias que repercutirán en la cuenta de resultados, aunque no las ha detallado.
Hasta ahora, el proceso de cierre de estas centrales de cobre requería por parte de Telefónica avisar al resto de operadores con un mínimo de 5 años de antelación, con el fin de que pudieran seguir usando la red durante este tiempo. Hace unos días, la Comisión Nacional del Mercado de Competencia (CNMC) ha rebajado en una resolución este plazo a 2 años, con el fin de facilitar la migración del cobre a la fibra.
Desde 2015 hasta septiembre de este año, Telefónica ha cerrado 1.015 centrales, ha apuntado Vilá. La compañía ya había acelerado este año el apagado de centrales de cobre, con el fin de avanzar hacia una red 100% fibra. De hecho, sólo este año cerrará tantas centrales como en los últimos seis. Entre 2015 y 2020 se clausuraron unas 760, el mismo número que las que se cerrarán este año.
Una central de fibra por cuatro de cobre
El apagado del cobre presenta ventajas en cuanto a ahorro de espacios, eficiencia y sostenibilidad. Para hacerse una idea, en entornos urbanos, una central de fibra da el mismo servicio que cuatro de cobre.
Hace unos días, la CNMC aprobó la regulación definitiva de los mercados mayoristas de acceso de banda ancha con el fin de buscar «un equilibrio entre garantizar la competencia y promover la inversión en redes de nueva generación (NGA)», aquellas que permiten conexiones a internet de muy alta velocidad, fundamentalmente de fibra óptica.
La nueva medida de la CNMC, que contempla un plazo transitorio para su aplicación de 6 meses, supone además otra variación que afecta a las zonas competitivas, en las que la cuota de Telefónica en el mercado minorista de banda ancha es inferior al 50%. En 2016, la CNMC había fijado que 66 municipios eran competitivos, un número que ha ampliado ahora a 696. El resto de los municipios (7.453 municipios) formarán parte de la zona no competitiva.
En la zona competitiva, la CNMC establece que Telefónica mantenga sus obligaciones de dar acceso a la infraestructura de obra civil al resto de operadores (conductos, canalizaciones y postes), así como las obligaciones de acceso a la red de cobre, pero no a la de fibra. La CNMC parte de la base que el número de conexiones de fibra hasta el hogar (FTTH) en España pasaron de 3,1 millones en 2015 a casi 12 millones en 2020.