Opinión

Stablecoins, otra oportunidad perdida para Europa

Stablecoins

Las stablecoins son las criptomonedas protagonistas de una disrupción cotidiana de las finanzas descentralizadas que están dolarizando numerosas economías regionales. Las stablecoins fueron diseñadas para mantener un valor estable vinculado bien a una divisa, dólar, euro, yuan, bien a un activo externo como el oro.

Con un mercado de aproximadamente 250 mil millones de dólares, son fundamentales para el comercio, los pagos y la liquidación en el ecosistema cripto y de hecho ya están funcionando como un circuito monetario paralelo que aspira incluso a ser un referente en la custodia de activos digitales.

Ejemplos como los de Tether con 155 mil millones de dólares en tokens circulando y Circle con 61.000 millones de dólares, nos muestran su relevancia actual compitiendo diariamente en transacciones con Visa y MasterCard. Circle acaba de proponer incluso el establecimiento de un Banco Nacional de Moneda Digital.

En el último año las stablecoins han ganado mucha popularidad triplicando su volumen de actividad, por su creciente capacidad disruptiva para combinar la estabilidad de las monedas fiduciarias tradicionales con las ventajas de la tecnología blockchain en transacciones transfronterizas con una protección contra la inflación.

Esta gran estabilidad las hace atractivas tanto para inversores que buscan minimizar la volatilidad típica de criptomonedas como el Bitcoin, como para aquellos usuarios que desean realizar transacciones rápidas y seguras sin depender de los sistemas financieros tradicionales.

Su adopción ha crecido en sectores como las finanzas descentralizadas, los pagos transfronterizos y el comercio electrónico, donde la predictibilidad del valor es un factor crítico.

Su adopción creciente en finanzas descentralizadas se extiende como una mancha de aceite porque plataformas como Uniswap, Aave o Compound permiten a sus usuarios prestar, solicitar o intercambiar activos digitales utilizando stablecoins como USDT, USDC o DAI.

Estas criptomonedas proporcionan una unidad de cuenta confiable en entornos donde las criptomonedas volátiles pueden generar riesgos financieros significativos. Además, las stablecoins facilitan la liquidez en los mercados descentralizados, lo que ha llevado a un aumento en su volumen de transacciones, con miles de millones de dólares circulando diariamente en estas plataformas.

Este auge refleja la confianza de los usuarios en su estabilidad y su integración en aplicaciones financieras innovadoras que están además dolarizando la economía mundial en un entorno de un dólar débil.

Otro aspecto que está impulsando su popularidad es la facilidad para realizar transacciones internacionales. Las stablecoins permiten transferencias rápidas y de bajo coste en comparación con las transferencias bancarias, que suelen ser lentas y costosas debido a los intermediarios y a los tipos de cambio.

Por ejemplo, empresas e inversores en países con monedas inestables están adoptando stablecoins para recibir pagos en dólares digitales, evitando la penalización por devaluación de sus monedas locales.

Esta tendencia se aprecia en regiones como Latinoamérica, África y Asia, donde las stablecoins ofrecen una alternativa accesible al sistema financiero global, incluso para personas sin grandes conocimientos o cuentas bancarias promoviendo una mayor inclusión financiera de manera eficaz. Recordemos como el uso de stablecoins en Bolivia se disparó tras la reciente devaluación de más del 160% del boliviano.

La integración acelerada de las stablecoins en los sistemas de pago de grandes empresas, como PayPal o Visa, nos confirma que la aceptación va más allá del nicho cripto para llegar a ser cada vez opciones más populares.

Con un volumen de mercado que supera los 150 mil millones de dólares en lo que llevamos del año 2025, las stablecoins son ya una parte fundamental del ecosistema financiero digital actual, con un futuro prometedor sujeto a la evolución regulatoria y tecnológica.

En este sentido, los EEUU tras el reglamento europeo sobre MICA (Markets in Crypto-Assets) aprobado en 2023 que deberá estar plenamente vigente en diciembre de 2025, pretenden tomar la delantera a Europa, una vez más, poniendo en marcha la GENIUS Act (Guiding and Establishing National Innovation for U.S. Stablecoins Act de 2025) sabiendo que el mayor número de stablecoins actuales se referencian al dólar.

Se trata de una legislación aprobada por el Senado de los Estados Unidos en el mes de junio. Una votación bipartisana de 68 votos a favor del total de 98 emitidos de una norma que deberá ser analizada por el Congreso, mediante la STABLE Act.

La nueva ley propone un nuevo marco federal para impulsar las stablecoins que van a ser utilizadas como un medio de pago y que tiene como principales objetivos la protección de los consumidores, garantizando que las stablecoins sean seguras y confiables mediante la transparencia y la garantía de contar con reservas completas que respalden las criptomonedas emitidas.

Es también un impulso a la innovación financiera en un entorno regulado que fomente el desarrollo de stablecoins en los EEUU, manteniendo la competitividad del dólar en la economía digital y fortaleciendo su dominio como moneda de reserva global.

Finalmente, se pretenden mitigar los riesgos financieros y de seguridad, con la prevención del lavado de dinero, la financiación del terrorismo, así como la inestabilidad financiera que acompaña en ocasiones al mundo cripto.

Recientemente, hemos visto como la stablecoin A7A5 vinculada al rublo con unos tokens registrados en Kirguistán y con una circulación de 9.980 millones de euros y emitida por la empresa rusa del magnate y político Mironovich Shor huido tras una estafa en Moldavia, estaba siendo utilizada por Rusia para evadir las sanciones internacionales.

Este token durante años pudo convertirse en criptomonedas vinculadas al dólar como el USDT de Tether con el respaldo de un banco estatal ruso, Promsvyazbank, que prestaba servicios a la industria militar del país. Aunque fue sancionada por las autoridades estadounidenses en el año 2022, siguió operando hasta marzo pasado cuando una operación conjunta entre Tether y las autoridades europeas y norteamericanas bloquearon los monederos digitales.

La autoridad financiera rusa consciente del potencial de las stablecoins para mitigar el impacto de las sanciones promulgó en agosto de 2024 una normativa que legalizaba la minería de criptomonedas y el uso de estos activos en pagos internacionales, algo que había sido prohibido en 2022 por el Banco de Rusia.

Frente los retos como el blanqueo de capitales y la desprotección de los consumidores, la Ley GENIUS regula esta materia definiendo las stablecoins de pago como activos digitales diseñados para mantener un valor estable vinculados al dólar estadounidense.

No se consideran valores (securities), commodities ni productos de inversión bajo la ley federal, sino una categoría específica regulada por un nuevo marco especializado. Solo las entidades aprobadas pueden emitir stablecoins en los EEUU, incluyendo subsidiarias de instituciones de depósito aseguradas y emisores no bancarios calificados a nivel federal o estatal.

Los emisores deben mantener sus reservas al 100% en activos líquidos y seguros como dólares estadounidenses, bonos del Tesoro a corto plazo u otros activos aprobados en una proporción de 1:1 con las stablecoins emitidas. Las reservas deben estar segregadas de los fondos operativos y gestionadas para minimizar riesgos, como los relacionados con tasas de interés.

Esta es la pieza angular del nuevo sistema junto con la transparencia y las auditorías dado que los emisores deben divulgar mensualmente la composición de sus reservas. Los que tengan una capitalización de mercado superior a 50 mil millones de dólares deben además presentar los estados financieros auditados anualmente.

Estas medidas quieren evitar casos del pasado donde se dejaron a los inversores desprotegidos ante colapsos por fallos del algoritmo como el de TerraUSD y su token LUNA en el año 2022 con una pérdida de valor de capitalización de 45.000 millones de dólares en solo tres días. Sin embargo, para los críticos, persisten algunos riesgos como las garantías de la custodia y los posibles hackeos de las billeteras digitales.

Con respecto a las garantías para el consumidor, en caso de quiebra del emisor, los tenedores de stablecoins tienen prioridad sobre otros acreedores para recuperar sus fondos, con las reservas protegidas de reclamaciones externas.

Se prohíbe a los emisores pagar intereses a los tenedores de stablecoins, para evitar riesgos asociados con productos financieros de mayor complejidad y también está prohibido comercializar las stablecoins como moneda de curso legal o respaldadas por el gobierno de los EEUU, para evitar confusiones con el respaldo oficial del seguro de 250.000 dólares de la FDIC (fondo de garantía de depósitos en caso de quiebra).

Los emisores deben registrarse como instituciones financieras bajo la Bank Secrecy Act, con la obligación de implantar programas para prevenir el lavado de dinero y la financiación del terrorismo, incluyendo la notificación de transacciones financieras sospechosas.

La nueva ley fomenta la interoperabilidad y la coordinación con reguladores extranjeros para alinear estándares y garantizar que las stablecoins estadounidenses sean compatibles con los mercados internacionales. En el caso de las stablecoins extranjeras, estas deberán registrarse con las autoridades estadounidenses para operar en el país.

Finalmente, la Ley establece que las grandes empresas no financieras como Wal-Mart o Amazon, no podrán emitir stablecoins directamente a menos que se asocien con entidades financieras reguladas, para evitar los monopolios.

En resumen, GENIUS supone una mayor claridad regulatoria que va a atraer a los EEUU nuevos bancos, fintechs y minoristas emisores de stablecoins. Todo ello fomentando la innovación en los pagos digitales y aumentando la adopción de criptomonedas fundamentalmente en dólares que van a reforzar su papel como reserva de moneda.

Asimismo, se potencia la estabilidad minimizando las retiradas masivas y los riesgos sistémicos, aunque algunos críticos advierten que las protecciones podrían no ser suficientes y que la ley podría facilitar, una vez más, rescates con fondos públicos en caso de colapsos.

Termino compartiendo la preocupación hecha pública por el Banco Central Europeo hace solo unas semanas. Las normas europeas quieren minimizar riesgos, pero internet no entiende de fronteras. En la práctica, el usuario utilizará una stablecoin en dólares respaldada por deuda del Tesoro.

De momento la divisa favorita para las stablecoins sigue siendo el dólar por su facilidad de gestión, rapidez, garantías y fiabilidad a pesar de que en 2025 el dólar ha perdido un 15% respecto al euro.

De nuevo Europa llega tarde, perdiendo una vez más el tren tecnológico de unas stablecoins basadas en euros que podrían hacer de la divisa europea una moneda referente de muchas transacciones en naciones de América Latina y África donde sus monedas nacionales son inestables y volátiles.

America innovat et Europa regulat

José Luis Moreno, economista ha sido director de Economía en la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento de Madrid. Analista económico y empresarial.

Lo último en Economía

Últimas noticias