El SEPE va a por ti: las personas en paro deben pedir permiso para irse de vacaciones
Lo que debes comunicar, y cómo, al SEPE si estás en el paro y quieres irte de vacaciones
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Cuando una persona se queda sin trabajo, el primer paso suele ser acudir al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) para solicitar alguna de las prestaciones disponibles. Sin embargo, lo que muchas personas no saben, o no tienen del todo claro, es que esa ayuda no viene sin condiciones. Estar cobrando el paro no equivale a estar de vacaciones, ni mucho menos.
En pleno verano, cuando lo más normal del mundo es que nos vayamos de vacaciones con la familia, puede que aquellas personas que se encuentran en situación de desempleo se lo tengan que pensar dos veces. Y es que si estás inscrito como demandante de empleo y estás recibiendo una prestación, no puedes simplemente hacer la maleta y desaparecer unos días. Antes de viajar, hay que pedir permiso. Es decir, solicitar una autorización al SEPE si se quiere salir del lugar de residencia habitual.
El motivo por el que se debe hacer esto es claro por parte del SEPE: las personas desempleadas tienen ciertas obligaciones que cumplir si quieren seguir cobrando la prestación. Entre ellas, una especialmente desconocida: avisar de cualquier ausencia, incluso si sólo se trata de unas breves vacaciones dentro de España. De no hacerlo, las consecuencias pueden ser muy serias. Porque aunque parezca exagerado, el SEPE puede suspender e incluso extinguir tu prestación si no comunicas tus movimientos.
Las personas en paro deben pedir permiso al SEPE para irse de vacaciones
El error más habitual es pensar que estar en paro equivale a tener una especie de tiempo libre pagado, pero esa idea está lejos de la realidad. Las prestaciones por desempleo son una ayuda condicionada a la búsqueda activa de empleo. Por tanto, quien cobra el paro tiene que estar disponible para acudir a entrevistas, cursos de formación, programas de orientación laboral o incluso a una oferta que le proponga la oficina de empleo. Esto exige estar localizable y no desaparecer sin previo aviso.
Lo que exige el SEPE es muy concreto: si vas a salir de tu residencia habitual, debes comunicarlo y esperar autorización. Se permiten ausencias de hasta 30 días naturales al año dentro del territorio nacional, siempre que se notifiquen con antelación. Es decir, puedes hacer un viaje, pero bajo ciertas reglas. La prestación se mantiene siempre que se cumplan las obligaciones, y al regresar hay que presentarse en la oficina el primer día hábil. La omisión de este paso puede acarrear sanciones, que van desde la suspensión del pago hasta la pérdida total del derecho a seguir cobrándolo.
¿Y si viajas al extranjero? Aquí las normas son aún más estrictas
Salir de España durante el tiempo en el que se está cobrando el paro es algo que requiere todavía más cuidado. En este caso, el SEPE contempla varias situaciones: que te marches para buscar empleo, realizar una actividad de formación, participar en programas de cooperación internacional o simplemente por motivos personales. Pero, en todos los casos, es obligatorio notificar la salida y obtener una autorización previa.
Si la estancia en el extranjero dura menos de 15 días, se puede mantener el cobro, siempre y cuando se notifique correctamente. Si se supera ese periodo y no se justifica que el viaje es por razones laborales o formativas, el pago se suspende temporalmente. Pero si la ausencia dura más de doce meses, la prestación se extingue. Y ojo, porque marcharse al extranjero sin comunicarlo ni justificarlo no solo supone la pérdida del derecho a la ayuda: también puede abrir la puerta a un procedimiento sancionador.
Las sanciones por no notificar un viaje pueden salir caras
No comunicar un viaje (ya sea dentro o fuera del país) puede ser interpretado por el SEPE como una infracción grave. Y esto tiene consecuencias. La ley contempla la extinción del derecho a la prestación como sanción directa por no haber informado de la ausencia, algo que muchas personas descubren cuando ya es demasiado tarde. Este tipo de situaciones suelen darse más en verano, cuando la tentación de desconectar es mayor. Pero hay que tenerlo claro: cobrar el paro no otorga derecho a vacaciones como si se estuviera trabajando.
La lógica del sistema es sencilla: si estás recibiendo una prestación por desempleo, tu obligación principal es buscar trabajo. Por tanto, debes estar disponible para aceptar cualquier propuesta del SEPE. Si no estás, no cumples con esa disponibilidad, y eso justifica la sanción. Por eso es tan importante no dar por hecho que “no pasa nada por irse unos días”. Sí pasa, y las consecuencias pueden suponer perder una ayuda esencial.
Cómo pedir permiso para irte de vacaciones si estás en paro
El trámite es relativamente sencillo, pero no por ello menos obligatorio. Existen varias formas de notificar al SEPE una ausencia: a través de su sede electrónica, con certificado digital o Cl@ve, o bien solicitando una cita previa en la oficina de empleo correspondiente. En ambos casos, se debe indicar la fecha exacta de salida y regreso, así como el motivo del viaje. Una vez recibida la solicitud, el SEPE analizará si se ajusta a los requisitos legales y procederá a autorizar (o no) la salida.
Durante la ausencia, si esta supera los 15 días, se suspende el cobro de la prestación. Y, una vez de vuelta, es imprescindible volver a comunicar el regreso para que se reactive el pago. Esta gestión debe hacerse el primer día hábil posterior al regreso. Aunque pueda parecer burocrático y engorroso, es un trámite obligatorio si no se quiere perder el derecho a seguir cobrando.