Sánchez prometió una comisión fuerte para Ribera en la UE pero el PPE sólo ofrecerá Acción Climática
Pedro Sánchez invitó a su ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España, Teresa Ribera, una comisaría potente tras las elecciones europeas, y por eso Ribera aceptó ser la candidata del Psoe en esas elecciones. Parecía absolutamente descartado que obtuviera esa comisaría, en concreto la de energía, tras el resultado electoral, pero han reelegido a Úrsula Von der Leyen, y ahora todo se negocia otra vez.
Pese a todo, la jugada de los populares europeos -PPE- ha sido ir diciendo que sí a todo lo que fuera posible realizar para lograr los apoyos necesarios para esa reelección de Von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea, y han logrado el objetivo. Pero lo posible no siempre es lo deseado.
Es posible nombrar a Ribera comisaria de Energía, pero no es lo deseado. Los populares pretenden cumplir con el hecho de otorgarle un puesto a la todavía ministra del Gobierno de España, pero quieren que la concesión sea menor. «Mucho es», aseguran fuentes comunitarias, «que desde el seno de la familia popular se haya pasado del ‘no’ rotundo a un sí», por «pequeño que sea el cargo que se le quiera otorgar».
Comisaría de Acción Climática
El plan pasa por ofrecer un puesto que cuente con dos factores en contra: poco presupuesto y una fuerte dependencia de una vicepresidencia que, a su vez, cuente con un puesto relevante en la Comisión Europea.
Es decir, si Ribera quiere un puesto en Energía, poner a una persona afín en comisario de Energía, dotar al puesto con una vicepresidencia, y situar a la socialista en una de las ramas que dependen de ese comisario.
Acción Climática sería lo ideal, y pocos favores se deben a los liberales que colocaron hace menos de un año a Wopke Hoekstra al frente de esa cartera. «Si es necesario, se le busca otro puesto al neerlandés». De hecho, el propio Hoekstra ha sido más pertinaz de lo esperado en su lucha contra las emisiones en estos meses, presentando una reducción del 90% a los Estados miembro de aquí a 2040 para poder alcanzar, en 2050, el objetivo cero emisiones.
La idea es mover por completo ese tipo de políticas. Los resultados electorales han dejado claro a la Comisión Europea que ciertos objetivos energéticos deben alcanzarse de forma más sosegada, y que no deben dañar la competencia de las empresas europeas.
De hecho, ese es el gran caballo de batalla que tiene por delante la Comisión Europea, pasar de priorizar determinadas políticas de sostenibilidad frente a cualquier impacto empresarial, y lograr un punto de equilibrio. China y EE.UU. están pujando muy fuerte por sus industrias, y Europa corre durante los próximos años el riesgo de quedar fuera de la carrera por liderar cualquier sector casi en su propio continente. «Fuera juegan con otras reglas», nos aseguran, «y debemos adaptarnos rápido porque sino lo vamos a pagar muy caro, y no seremos dueños de nuestros propios movimientos».
En ese cambio de dirección, muchas de las esperanzas de ser comisaria de Energía de Teresa Ribera se apagaron, e incluso se habló de un descarte definitivo cuando logró, este mismo mes, un puesto en la Agencia Internacional de la Energía -AIE-.
Puesto en la AIE
En concreto, la política será presidenta de la Comisión Global sobre Transiciones de Energía Limpia Centradas en las Personas, y en ese cargo pretendían dejar cualquier tipo de concesión los populares europeos, que tras el nombramiento de Von der Leyen dibujan ahora el escenario relatado.
Las empresas energéticas españolas, incluidas las eléctricas, también se oponen a que Teresa Ribera sea la comisaria europea de Energía en la nueva Comisión, como pretende el PSOE. A su juicio, sería muy negativo porque radicalizaría aún más las políticas de transición ecológica que ha practicado en España en un momento en que la UE está en una encrucijada en política energética. Ribera, de hecho, asume el puesto en esa comisión de la AIE porque ha sido creado específicamente con el objetivo de promover políticas que «apoyen la equidad y la asequibilidad en las transiciones hacia energías limpias». En esa línea pretenden dejar a Ribera en Europa.
Nueva política en la Comisión Europea
El cambio está forzado por la dramática transformación del escenario geopolítico provocado por la guerra entre Rusia y Ucrania y la escalada del conflicto bélico en Oriente Medio, ambos sumidos en la incertidumbre y la eventual implicación de más actores en la disputa.
El aumento del gasto en Defensa pasará a ser un objetivo predominante después de la debilidad legendaria de los recursos destinados a este fin, que han ocupado un espacio marginal en los presupuestos de la Comisión. De hecho, ya existe una recomendación de las autoridades europeas para que los estados aumenten el peso de esta partida en sus cuentas públicas hasta llegar como mínimo hasta el 2% del PIB. El mismo presidente Sánchez ha aceptado este compromiso.
La nueva prioridad viene también exigida por el incierto resultado de las próximas elecciones en Estados Unidos, que se celebrarán en noviembre. Hasta ahora, las encuestas dan como favorito al ex presidente Donald Trump, que ya manifestó durante su anterior mandato su deseo de reducir drásticamente la contribución americana a la seguridad europea, ante el escaso compromiso monetario mostrado por los países miembros de la Unión; incluso esbozó su incomodidad con la presencia de EE.UU. en la OTAN, la institución en la que figura como el principal financiador.
Como contrapartida, la gran sacrificada en este cambio de planes será la llamada lucha contra el cambio climático.