Sánchez se enfrenta a su equipo económico y prorroga el descuento de la gasolina para ayudar a Espadas

Ha anunciado este miércoles, ante diputados y senadores del PSOE, que las medidas del plan económico contra la guerra estarán vigentes hasta el 30 de septiembre

La rebaja de los carburantes ya no será para todos: Garzón avanza que el Gobierno negocia hacerla selectiva

Sánchez empresarios
Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados.
Joan Guirado

Pedro Sánchez anunció este miércoles, a modo de insuflar energía al PSOE, una prórroga del descuento de la gasolina hasta el 30 de septiembre. Lo hizo pese a la opinión contraria de una parte importante de su propio gabinete. Ni la vicepresidenta primera y ministra de Economía Nadia Calviño -que quiere usar el excedente de ingresos vía impuestos para sufragar parte del déficit de las pensiones-; ni la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica Teresa Ribera; ni la ministra de Hacienda María Jesús Montero; ni el ministro de Consumo Alberto Garzón, lo veían claro, o sí pero en otros términos.

El presidente ha ejercido el liderazgo que ostenta para anunciar una decisión que persigue sobre todo ayudar a Juan Espadas de cara a las elecciones andaluzas. O, como mínimo, no ponerle en más aprietos y evitar protestas durante la campaña.

El descuento de 20 céntimos en el precio de la gasolina forma parte de un paquete de medidas, dentro del plan de respuesta económica a la crisis provocada por la guerra de Ucrania, que se aprobó a principios de año gracias a los votos de Bildu. Dicho decreto expira el 30 de junio. Con la decisión anunciada este miércoles por Pedro Sánchez, si logra la mayoría necesaria en el Congreso, se otorgará una vigencia de tres meses más al descuento de 20 céntimos a los carburantes, una ampliación de la cobertura y el descuento del bono social eléctrico o el ingreso mínimo vital o la prórroga de las rebajas fiscales aplicadas a la factura de la luz.

Con esta prórroga dichas medidas estarán en vigor hasta el próximo 30 de septiembre. El Ejecutivo quiere dar respuesta así a los más vulnerables, cuya situación ha empeorado tras la pandemia por los efectos de la invasión rusa y la subida de la inflación. Los socios minoritarios de Podemos, que exigen que la duración de estas medidas se prolonguen tres meses más -hasta finales de año- creará tensiones en el seno de la coalición de cara a la votación en las Cortes. Los morados, además, van un paso más allá y quieren subvencionar también el transporte público, ampliar el bono social y actualizar las pensiones en base al IPC este mismo mes de julio, algo que no se ha hecho nunca en la historia de España.

En su intervención ante los grupos parlamentarios socialistas en el Congreso y en el Senado, coincidiendo con el cuarto aniversario de la moción de censura que le llevó al Palacio de La Moncloa, el presidente ha pedido apoyo a todos los grupos parlamentarios para sacar adelante el decreto que en la primera ocasión salió gracias a los votos de Bildu. Precisamente la duración de la prórroga amenaza con ser el principal punto de fricción entre los dos socios de coalición y el resto de fuerzas políticas que les apoyan. El plazo de tres meses que ha anunciado Sánchez choca con el de seis meses que quiere Podemos y que los morados usarán como baza de negociación.

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