Oficinas bancarias

La reducción de oficinas bancarias

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Antes de la gran crisis financiera, era habitual encontrar una gran cantidad de oficinas bancarias en las calles de cualquier pueblo o ciudad. Los bancos convivían con cajas de ahorro con una fuerte implantación en un territorio específico. Ahora bien, la crisis provocó una gran oleada de fusiones que provocó la desaparición de un altísimo porcentaje de las cajas existentes y una rebaja muy considerable de la cantidad de bancos con capacidad por operar.

Con estas fusiones, también, se redujeron la cantidad de oficinas, que actualmente es de poco más de la mitad que antes de la crisis. Ello ha provocado, por ejemplo, que muchas localidades (especialmente las menos pobladas) se hayan quedado sin ninguna oficina a la que poder acudir. Ello les obliga a irse a otro pueblo o ciudad o a esperar una iniciativa que algunas entidades han empezado: una oficina móvil que se desplaza hasta estos lugares donde no hay ninguna oficina.

¿Por qué hay menos oficinas bancarias?

Los motivos que han empujado a la reducción de oficina presentes en la calle son los siguientes:

  • Cambio de hábitos de la población: cada vez son menos las personas que van a las oficinas a realizar las transacciones básicas. Gracias a la posibilidad de gestionar muchas operaciones online, no es necesario desplazarse.
  • Tipos de interés reducidos: lejos quedan los tiempos cuando los tipos llegaron a superar el 5%. Dado que ahora los diferenciales son inferiores, la banca busca mantener margen a través de la optimización de costes.
  • Coincidencia de oficinas entre entidades fusionadas o absorbidas: en el momento de juntarse varias entidades, algunas tenían oficinas en espacios muy próximos. Para evitar duplicidades, se prosiguió a cerrar algunas. Todo ello provocó múltiples prejubilaciones y traslados en los trabajadores del sector.
  • Aparición de la banca online: poco a poco, la banca online consigue hacerse un lugar en el mercado. Dado que soportan unos costes estructurales inferiores (por la no presencia física), pueden ofrecer unas condiciones en términos de comisiones o intereses más atractivas que las entidades tradicionales.
  • Cambio en la concepción de la oficina bancaria: algunas entidades están modernizando sus oficinas porque su finalidad sea más comercial que no operativa. Así, se busca atender a una menor cantidad de clientes pero ofreciendo un mayor valor añadido y personalización.                                                                                                                                                                                               ¿Cómo afecta la reducción de oficinas a las empresas?

En un principio, la existencia de menos entidades es negativa para las empresas en general. Si hay menos competencia, es más complicado conseguir condiciones favorables mediante la negociación, dado que hay menos opciones entre las cuales escoger. En términos operativos, las empresas que mueven importantes cantidades de efectivo pueden tener dificultades si las oficinas más próximas han cerrado. En caso de operar mediante otros instrumentos más complejos (crédito documentario, remesas…), la comunicación es de tipo telefónico y las reuniones se limitan a solucionar posibles problemas o renegociación de condiciones.

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