Quién es quién en la junta de accionistas de Ferrovial que hoy decide su marcha a los Países Bajos
Los grandes accionistas, salvo Leopoldo del Pino, hermano del presidente, apoyan la salida de España de la empresa
La constructora ha recabado el apoyo de asociaciones de inversores y asesores de voto para lograr el máximo apoyo
El fondo de Noruega cambia su voto: apoya el traslado de Ferrovial pese a la presión de Sánchez
La junta general de accionistas que Ferrovial celebra este jueves en Madrid se presenta como una asamblea histórica desde el punto de vista económico e, incluso, político. La oposición del Gobierno de Pedro Sánchez a la fusión inversa entre Ferrovial y su filial en Países Bajos, Ferrovial Internacional, que dará con la sede de una de las mayores constructoras españolas en otro país, ha removido los pilares del sector empresarial. Todos los estamentos políticos, empresariales, financieros y laborales se han posicionado, de un modo u otro, sobre la decisión del presidente de la compañía, Rafael del Pino y Calvo Sotelo, hijo del fundador. Solo su hermano Leopoldo, se opone a la misma. Las quejas por la enorme presión política y fiscal que el gobierno de coalición ejerce sobre grandes empresas y grandes patrimonios sirve de trasfondo a la asamblea anual ordinaria de accionistas que más expectativas ha levantado en los últimos años.
Nada parece indicar, por mucha presión política que se haya desplegado, que la junta de accionistas no aprobará el proyecto de Rafel del Pino, dirigido a convertir a Ferrovial en la primera empresa española que cotice directamente sus acciones en la Bolsa estadounidense.
Control accionarial
La dirección de la compañía se presenta mañana ante la junta general con el control en la toma de decisiones. De hecho, solo los grandes accionistas con participaciones declaradas ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) suman de forma conjunta el 48,345% del capital. Eso incluye los paquetes accionariales del presidente y primer accionistas individual de la empresa, Rafael del Pino y Calvo Sotelo (20,441%); los paquetes controlados por el inversor británico Chris Hohn, que posee de forma directa el 6,415% más otro 7,026% de forma indirecta, a través del fondo The Children Investment Fund (TCI) que dirige.; y la participación de la tercera accionista de Ferrovial e hija del fundador, María del Pino y Calvo Sotelo, titular del 8,205% de las acciones.
Tras ella, el gigante inversor neoyorquino BlackRock es titular del 3,176%, seguido por otra gestora de activos de origen estadounidense, aunque con domicilio fiscal en Bermudas, Lazard Asset Management, que controla el 3,082%.
Si a eso se le suma el 1,49% en poder del fondo soberano noruego Norges Bank que ayer anunció un cambio en su decisión inicial para votar hoy ‘sí’ al proyecto, Rafael del Pino entra en la sala de la asamblea con el 49,835% de los votos.
No hay que olvidar tampoco la intensa recogida de apoyos entre los inversores minoritarios que han desplegado la dirección y el consejo de Ferrovial para sacar adelante su proyecto. Entre los más importantes, los de los asesores de voto ISS y Glass Lewiss, que han recomendado la aprobación a los fondos de inversión. A ello se suma la adhesión de la Asociación Española de Accionistas minoritarios de Empresas Cotizadas (Aemec). La Aemec ha anunciado que cuenta con sendas cartas de apoyo remitidas por Better Finance (The European Federation of Investor and Financial Services Users) y la World Federation of Investors (WFI) a las que está asociada.
De hecho, solo el hermano del presidente, Leopoldo del Pino y Calvo Sotelo -cuarto accionista individual con el 4,154%- ha anunciado su intención de votar en contra de la fusión. Ser beneficiario de una moratoria fiscal hasta 2024, que perdería en el caso de que la empresa deje de ser española, es clave en esa toma de posición. La moratoria está prevista para grandes inversores en función de su porcentaje accionarial o del valor de su inversión.
Razones técnicas
Contra el viento y la marea políticas desatados con el anuncio de su marcha de España, Ferrovial se mantiene firme en su objetivo final: ofrecer más liquidez a los accionistas e inversores y tener acceso a una mejor financiación para los grandes proyectos de infraestructuras (intensivos en capital) en los que la empresa se ha especializado durante los últimos años.
La compañía que preside Rafael del Pino busca cotizar en Ámsterdam y, desde allí, hacerlo también en la Bolsa estadounidense. Ferrovial conservará su cotización en la Bolsa de Madrid y mantendrá el pago de impuestos en España por su actividad constructora (unos 280 millones anuales).
Para todo ello, domiciliar la compañía en Países Bajos es clave. La Bolsa de Ámsterdam está controlada por Euronext, el mayor operador de bolsas de Europa (controla siete) que gestiona también los mercados de valores de Bélgica, Francia, Irlanda, Portugal, Noruega e Italia. Euronext cuenta con excelentes relaciones (políticas y, sobre todo, tecnológicas) con el mercado estadounidense ya que estuvo fusionada con la Bolsa de Nueva York (NYSE) entre 2006 y 2014 en lo que resultó el primer mercado de valores transatlántico.
En cambio, los cuatro mercados que conforman la bolsa española, de los que es titular Bolsas y Mercados Españoles (BME), están controlados por la suiza Six que gestiona los dos mercados helvéticos de valores, el tradicional y el digital. Y esa diferencia de tecnología es la que apoya la idea de Del Pino de la necesidad de trasladar la sede de su empresa a Ámsterdam.
Hasta el momento, las empresas españolas que cotizan en Wall Street lo hacen mediante títulos representativos de acciones denominados comúnmente ADR (acrónimo de American Depositary Receipt). Es el caso de Banco Santander, BBVA, CaixaBank, Telefónica, Inditex, Naturgy, Bankinter, Siemens Gamesa o Grifols. Rafael del Pino no quiere hacerlo a través de ADR, sino que las acciones de Ferrovial coticen libremente en el mercado. El primer capítulo de la solución, hoy al mediodía.