PSOE, Podemos y MÉS ponen en riesgo el turismo en Baleares: reniegan de la marca Mallorca
Esta semana, PSOE, Podemos y MÉS aprobaron en el Parlamento balear una modificación de la Ley de Capitalidad con la que se cambia la denominación de Palma de Mallorca, que pasa a llamarse Palma, cuatro años después de que se acordase la modificación contraria -pasó a ser Palma de Mallorca en el 2012-. La eliminación del ‘apellido’ podría traer consecuencias negativas para el turismo al renunciar a la marca ‘Mallorca’, conocida en todo el planeta.
El regidor del Partido Popular del Ayuntamiento de Palma Javier Bonet, ahora en la oposición, lamenta la decisión del tripartito: «No podemos renunciar de ninguna de las maneras a la marca Mallorca, que es por la que todo el mundo nos conoce. De hecho, para los alemanes y los británicos el aeropuerto es el de Mallorca, no el de Palma. Por tanto, a partir de aquí, a nivel turístico tenemos dudas de que a partir de ahora no pueda haber ciertos conflictos».
Tanto Podemos como PSOE y Més se han mantenido firmes en su negativa a dialogar sobre el nombre de la ciudad y ni siquiera han querido valorar la posibilidad de mantener Palma como topónimo oficial pero usar la referencia a la isla de cara a la promoción de la marca de la ciudad a nivel turístico, como proponían Ciudadanos y el PI y que el PP decidió apoyar para tratar de alcanzar un acuerdo.
«En el PP, incluso siendo firmes defensores de que el nombre de que la ciudad sea Palma de Mallorca, estábamos dispuestos a llegar a un consenso para no hacer el ridículo cada cuatro años, porque estamos haciendo perder el tiempo a los ciudadanos y perdiendo el tiempo los políticos discutiendo algo en lo que nunca nos vamos a poner de acuerdo», explica Bonet.
«¿Por qué hay que ponerle dos nombres a una ciudad que sólo tiene uno?», se pregunta diputado del PSOE de Mallorca Jaume Garau. El socialista considera que ‘Palma de Mallorca’ se está «arrinconando» en el mercado de marketing y cada vez se utiliza menos esa denominación: «Palma de Mallorca está quedando un término casi residual».
No obstante, los datos recogidos por el buscador Google ponen en entredicho las afirmaciones de Garau. Y es que en los últimos doce meses, ‘Mallorca’ supera a ‘Palma’ en búsquedas a nivel mundial. Lo mismo sucede en los dos principales mercados turísticos que tiene la isla: Alemania y Reino Unido.
Bonet reconoce que Palma, a secas, es el nombre que los lugareños utilizan en el día a día, pero apunta que no hay que confundir eso con el uso promocional de la marca: «Mayoritariamente, la gente es consciente de que los palmesanos le llamamos Palma, pero que todo el mundo nos conoce como Palma de Mallorca. Por tanto, lo ideal sería mantener esa nomenclatura sabiendo perfectamente que nosotros seguiremos llamándole Palma. Incluso aquí, los mallorquines le llamamos Ciutat, que es como se conoce en los pueblos. Utilizar la fuerza que tiene Mallorca sería importante sobre todo por el tema de promoción turística».
«El tema histórico es un aspecto sobre el que se puede debatir infinitamente y los habrá de un lado que tendrán razón y los habrá del otro que seguirán teniendo razón. Por eso nosotros queremos ir más al tema turístico, al tema empresarial puro y duro», señala el regidor del PP en el Consistorio palmesano».
En ese sentido, durante el debate parlamentario en el que se modificó la Ley de Capitalidad, el diputado del PI Josep Melià se mostró a favor del cambio de denominación al tiempo que pidió, «por motivos turísticos», se habilitase la posibilidad de utilizar ‘Palma de Mallorca’. Melià señaló que hubiese sido «muy positivo» que se alcanzase un acuerdo entre los grupos para incorporar la ley «lo que es de sentido común».
En esa misma línea se manifestó el portavoz parlamentario de Ciudadanos, Xavier Pericay, que considera que «es bueno que Palma «en determinadas circunstancias pueda denominarse ‘de Mallorca’». No obstante, esa opción que defienden tanto PP como C’s y el PI ha sido descartada por PSOE, Podemos y Més.