Pérez (Faconauto): «Esperamos que el Gobierno recapacite y no suba el impuesto de matriculación en 2022»
Los efectos derivados de la pandemia en el consumidor y el impacto de la crisis de los semiconductores en las fábricas de coches han provocado que el sector de la automoción se enfrente a sus meses más duros. Tras el desplome de casi un 30% de las matriculaciones de turismos y todoterrenos en agosto por la falta de stock en los concesionarios, el sector prevé cerrar el año por debajo del millón de unidades -dato que mide la salud del mercado-. OKDIARIO entrevista a Gerardo Pérez, presidente de Faconauto para conocer a que retos se enfrenta el mundo del motor.
Pregunta: ¿Las matriculaciones de turismos y todoterrenos van a continuar en negativo en el mes de septiembre?
Respuesta: El sector espera en el mes de septiembre una situación complicada como la que hemos venido arrastrando y fundamentada en dos causas. La primera, las causas derivadas del impacto de la crisis del coronavirus que todavía están afectando al sector del automóvil. Pero luego, y de una manera muy importante, la falta de oferta de microprocesadores que está haciendo que las fábricas se ralenticen y que el producto no llegue a los clientes, con lo cual esperamos una caída importante.
P: ¿Qué porcentaje de caída habéis estimado? ¿Podría parecerse a la caída del 30% de agosto?
R: Sí, las matriculaciones podría parecerse al mes de agosto. Y es una triste pena porque estamos hablando de caídas sobre el año pasado, el año de la pandemia dura, es cierto que todavía no hemos superado los efectos del Covid-19, pero está claro que la situación es mejor que la del año pasado.
Hablar de caída sobre el año pasado es muy duro, es terrible para el sector y efectivamente, si no le damos la vuelta a la situación van a ser caídas muy importantes también.
P: Ante esta situación, ¿los efectos de la pandemia y la falta de microprocesadores en la producción de coches van a provocar una avalancha de trabajadores al ERTE? ¿Estos ERTE se podrían convertir en ERE?
R: Nosotros en el sector estamos trabajando denodadamente para mantener el empleo, es algo fundamental en nuestra actividad, porque nosotros somos un sector muy especial. Tenemos un empleo muy cualificado de formación indefinida y además con carácter de permanencia, con lo cual, en una crisis que en principio parecía que iba a ser temporal y que se ha convertido en algo estructural, hemos intentado mantener el empleo. Yo creo que lo hemos conseguido razonablemente.
Respecto a la crisis de los microprocesadores, nosotros lo que necesitamos es saber qué efectos va a tener en el tiempo, que tampoco lo conocemos claramente para luego tomar decisiones. En nuestro ADN está mantener el empleo, con lo cual en un momento dado plantearemos expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) por causas productivas y organizativas por este motivo, pero vamos a intentar que no llegue a expedientes de regulación de empleo (ERE), por supuesto.
P: Dejando a un lado el tema de las ventas y centrándonos más en la parte económica, ¿qué previsiones de rentabilidad tenéis los concesionarios para 2021?
R: Sí, efectivamente podría cambiar, cuando nosotros no tenemos producto que entregar al cliente, es muy fácil que la rentabilidad se resienta. En el último cuatrimestre, ya venimos arrastrando datos malos, es decir, el año no está siendo nada bueno por toda la incertidumbre de la que hemos hablado y unida a la incertidumbre económica que también se ha instalado en la mente del consumidor derivada de la crisis del coronavirus.
Es muy posible que la crisis de los microprocesadores afecte a la rentabilidad. Pero, según nuestros datos, en junio pasábamos a positivo y una empresa tan grande como la nuestra, con tanto personal y con tantos gastos derivados de la comercialización de un coche, el poder estar en positivo en esta situación tan complicada es un éxito.
P: Este año entró en vigor el alza del impuesto de matriculación y en julio el Senado frenó la subida hasta 2022, ¿qué impacto han tenido esos seis meses y que podría pasar a partir de diciembre?
R: El automóvil no admite más impuestos, es decir, no hay un sector más gravado que el sector de la automoción en todo su ámbito: impuesto de matriculación, el IVA, el impuesto de circulación, el impuesto sobre los combustibles. No admite más, ya que al final es el consumidor el que paga esos impuestos.
Para nosotros fue una gran sorpresa que no hubiera una moratoria con la caída que veníamos arrastrando por el impacto de la crisis del coronavirus. Es verdad que conseguimos cambiarlo.
En los primeros seis meses tuvo una influencia decisiva en la compra de un coche, afectando especialmente a los de gama más baja que es donde la renta media se acoge. Durante estos seis meses, con todas las incertidumbres que estamos teniendo, no hemos podido recoger el efecto positivo de ese cambio, de ese cambio impositivo. Pero esperamos que de aquí al 1 de enero el Gobierno recapacite, que se reconsidere la situación, y que en el año 2022 no se suba el impuesto de matriculación porque la situación del mercado no está para cargarlo con más impuestos.
P: Respecto a las ayudas, ¿qué esperáis del plan MOVES III para fomentar la compra de vehículos eléctricos y qué opináis de que se haya excluido al vehículo de combustión?
R: El Plan Moves III es un gran éxito de trabajo conjunto entre la administración y las distintas patronales, pero además es un plan apoyado por el resto de grupos políticos y yo creo que en la parte de la movilidad electrificada es un buen plan. Pero dejamos fuera al 98% del mercado del automóvil español, que es los motores de combustión. No nos cansamos de repetir que la solución medioambiental para nuestras ciudades, en tanto en cuanto la movilidad eléctrica llega a ser una realidad, es que los motores de combustión sean más modernos porque son mucho más eficiente y eso está demostrado.
Para nosotros debería haber dos planes. Uno de impulso decidido a la movilidad eléctrica y electrificada, los modelos híbridos y otro de impulso decidido a la renovación del parque, que en España es de más de 13 años. Hay un dato: todos los meses se venden los mismos coches nuevos que coches con más de 10 años. ¿Por qué el comprador español se está refugiando en un coche con más de 10 años? En primer lugar por un bajo poder adquisitivo y en segundo lugar por la incertidumbre que se está produciendo. Esos coches deberían ir al desguace con un potente plan de motores de combustión.
P: ¿Vais a luchar por un plan Renove en 2022?
R: Nosotros luchamos por un plan Renove continuamente porque pensamos que es la única solución para la mejora medioambiental en nuestras ciudades. Esos dos planes deberían de ser complementarios y estructurales con el objetivo de bajar la antigüedad del parque y hasta que no lo consigamos no puede dejar de haber incentivos.
P: ¿Qué papel van a jugar los concesionarios en el PERTE del vehículo eléctrico y conectado?
R: El PERTE que se ha puesto en marcha para el vehículo eléctrico está muy orientado a que España sea una gran potencia en fabricación de baterías de vehículo eléctrico. Como es lógico, sí estamos mirando a una movilidad que se fabrica en otro sitio y la globalización está fenomenal, pero nosotros tenemos que mirar por el empleo que se genera en nuestro país. Empleo de calidad, tanto en la fábrica como en el concesionario, con lo cual es muy pertinente que haya un PERTE, efectivamente, de vehículo eléctrico, para ver las capacidades productivas de España y cómo orientamos a unos trabajadores que han trabajado en motores de combustión a motor eléctrico.
Nosotros hemos presentado dos proyectos de digitalización y de transición ecológica, esperamos que el Gobierno lo tenga muy en cuenta, pero no sólo el nuestro, sino el de cualquier pyme española que quiera utilizar estos fondos para acometer todos los retos que va a tener en el futuro.
P: ¿Hacia dónde va el futuro de los concesionarios?
R: Debemos acogernos a esa nueva movilidad que poco a poco se va imponiendo. Debemos pasar de vender coches a vender productos, todos los productos relacionados con la movilidad. En el futuro, esperamos ser el contacto entre la fabricación y el cliente, que lo hemos sido siempre porque sus centros de proximidad son fundamentales. Luego, ya en cada marca, la marca decidirá qué quiere hacer con su red de concesionarios.
P: Tras las decisiones de algunos fabricantes de la automoción de cesar sus contratos con los concesionarios, ¿creéis que otras automovilísticas podrían tomar decisiones similares?
R: Estoy totalmente seguro de que no va a ser así, porque hay muchos fabricantes que apuestan por su red comercial, por la red comercial que tienen hoy, que son eficientes, preparadas y que además tienen un volumen importante de clientes. De todos modos, es una decisión que tiene el fabricante.
Hemos trabajado durante muchos años en un contrato desequilibrado, que significa que una parte está en una posición jerárquica superior a la otra y hemos cumplido con todos los requisitos que ese fabricante nos ha marcado durante un tiempo. Si usted de pronto considera que no nos necesita, tiene que hacer una serie de inversiones en amortización, en indemnización al concesionario, para que el empresario y sus trabajadores puedan salir dignamente, cosa que en algunos casos, desgraciadamente, en este país no ha ocurrido.