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¿Los pensionistas deben ser los únicos ganadores de la crisis?

Este es el día que cobran los pensionistas la paga extra de Navidad
Pensionista en un cajero automático
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

A pesar de las manifestaciones pidiendo «pensiones dignas» organizadas desde la izquierda, la realidad es que España está pagando las pensiones más altas de la Historia y que el Gobierno se ha comprometido a revalorizarlas con el IPC, que actualmente está en el 8,3%. Aparte de agrandar el ya de por sí enorme boquete de las cuentas públicas, esto plantea una cuestión ética: ¿Deben ser los pensionistas los únicos que no pierdan poder adquisitivo, es decir, los únicos ganadores de la crisis?

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en un informe lleno de bofetadas al Gobierno («somos la economía que peor lo ha hecho en la zona euro», «la Ley de Vivienda subirá los precios y reducirá la oferta», «el alza de la energía aún no se ha trasladado a la cesta de la compra»), ha señalado esta semana el elefante en la habitación que nadie parece ver: «El hecho de que haya un grupo de agentes —el conjunto de los pensionistas— a quienes se excluye del ajuste conlleva necesariamente que otros agentes de la economía nacional (los perceptores de rentas del trabajo y del capital) tengan que asumir una parte mayor de esos costes».

inflación banco de españa
El gobernador del banco de España, Pablo Hernández de Cos.

Aunque deja fuera a las pensiones mínimas, para las que sí cree que esas consideraciones de equidad justifican que se garantice su poder adquisitivo, el informe anual del Banco de España pone el dedo en la llaga. ¿Por qué un asalariado, un autónomo, un funcionario o un pequeño empresario tiene que asumir una caída de su nivel de vida por la inflación y un pensionista no?

Aunque se ha publicado mil veces, el grueso de la población sigue sin ser consciente de que los pensionistas reciben mucho más de lo que han aportado a la Seguridad Social durante su vida laboral, gracias a que cada vez vivimos más años. Más o menos, te pules lo aportado 12 años después de jubilarte. Esto ya de por sí supone un problema, pero si sumamos a que cada vez hay menos trabajadores en activo y más pensionistas (vamos a llegar a tener un pensionista por trabajador en torno a 2050), el sistema es totalmente insostenible.

El Gobierno va directo al abismo

Por eso, De Cos sugiere «la conveniencia de reforzar el vínculo entre las contribuciones realizadas y las prestaciones recibidas (…), así como de iniciar un debate riguroso que aborde el nivel de prestaciones que el sistema debe proveer y la estrategia de captación de los ingresos necesarios para financiarlas».

Pero el Gobierno de Pedro Sánchez parece empeñado en ir en la dirección contraria, es decir, en acelerar la carrera para despeñarse por el abismo. Se ha empecinado en indexar las pensiones al IPC porque tiene pánico a la pérdida de votos que le puede suponer no hacerlo, aunque mantener ese sistema dispare la deuda al 140% del PIB en 2040, según el informe del supervisor bancario.

Mariano Rajoy
Mariano Rajoy.

También ha derogado la reforma de Rajoy, que incluía un índice de revalorización ligado al equilibrio del sistema y no a la inflación, y un factor de sostenibilidad que reducía la prestación inicial en función de la esperanza de vida. Elementos que, aunque insuficientes para garantizar la viabilidad de la Seguridad Social según los expertos, eran pasos en la buena dirección. Y por si fuera poco, se ha cargado los incentivos a los planes de pensiones y los pretende sustituir por los planes públicos de empleo de Escrivá cuyo éxito es más que dudoso… si es que alguna vez se ponen en marcha (ha retrasado su puesta en marcha a 2023).

Subir cotizaciones y endeudar a los jóvenes

Ah, sí también quiere poner en marcha un «mecanismo de equidad intergeneracional» que consiste básicamente en, exacto, subir aún más las cotizaciones sociales. Es decir, más impuestos al empleo en un país que, pese a la recuperación post covid, sigue teniendo el paro más alto de la UE.

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El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luís Escrivá.

Precisamente, lo que tenemos ahora es una solidaridad intergeneracional al revés. El Estado está financiando a la Seguridad Social, es decir, pagando pensiones con impuestos… en teoría, porque, con el déficit que tenemos, en realidad las está pagando con deuda. O sea, está emitiendo una deuda que pagarán los nietos de los pensionistas en el futuro para pagar las pensiones de hoy de sus abuelos. ¿Puede haber menos solidaridad con las nuevas generaciones?

Como era de esperar, decir que el rey está desnudo ha cabreado bastante al Gobierno: Escrivá ha dicho que el Banco de España hace un análisis «poco sofisticado», chúpate esa, el mejor servicio de estudios del país. Lo peor es que él no es un tuercebotas más de los que pueblan el Consejo de Ministros, sino un reputado experto procedente del sector privado. O sea, que sabe perfectamente que, sin medidas, el sistema de pensiones se va al garete. Lo que nadie sabe es por qué sigue él en este Gobierno.

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