La OCU analiza la calidad de la crema Nivea que usaban tu abuela y tu madre y dicta sentencia
Nivea, creada en 1911, ha sido analizada por la OCU. Os desvelamos cuál ha sido el resultado
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Muchos crecimos viendo esa pequeña caja metálica con letras blancas sobre fondo azul. En verano, en invierno, para quemaduras, codos secos o rozaduras, desde hace muchas décadas, la crema Nivea ha parecido tener una respuesta para todo. No había casa sin una, y se usaba casi como una especie de remedio universal. Pero, en un mercado actual saturado de productos cosméticos de alto rendimiento, formulaciones con ingredientes activos de última generación y cremas que prometen maravillas, ¿sigue teniendo sentido apostar por esta fórmula centenaria? La OCU tiene la respuesta sobre la eficacia de Nivea.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) suele hacer todo tipo de análisis y estudios, sobre los principales productos en supermercados y tiendas, también en lo que respecta a cremas, como el que hizo dedicado a las mejores cremas hidratantes o el que desveló los mejores protectores solares, pero en esta ocasión, se ha centrado únicamente en la crema Nivea, con pruebas, voluntarios y análisis dermatológicos. Porque más allá del cariño que podamos tenerle a esta crema de toda la vida, lo que importa de verdad es si funciona. Y el veredicto, aunque positivo, no está exento de matices.
Nivea, la crema con más de un siglo de historia
Hablar de la crema Nivea es hablar de una fórmula que ha sobrevivido a más de cien años de modas, avances y tendencias. Su origen se remonta a 1911, cuando el químico Isaac Lifschütz desarrolló el emulsionante Eucerit, un ingrediente capaz de unir agua y aceite en una mezcla estable. Fue el nacimiento de una crema pensada inicialmente para proteger la piel del frío y que, con los años, se convirtió en un básico para todo tipo de cuidados.
El envase azul no llegó hasta 1925, pero desde entonces se ha convertido en parte del paisaje cotidiano. En baños, botiquines o neceseres, la lata de Nivea ha estado ahí generación tras generación. Además, la marca ha sabido ampliar su catálogo, desde productos solares hasta líneas específicas como la dedicada al hombre, pero ¿qué de cierto hay en su eficacia a la hora de cuidar e hidratar la piel?.
El estudio de la OCU sobre la crema Nivea
Para comprobar si la crema Nivea es tan buena como se dice, la OCU llevó a cabo un estudio práctico con voluntarios. Durante dos semanas, se pidió a los participantes que aplicaran la crema únicamente en un antebrazo, dos veces al día. Al comparar el estado de la piel tratada con la que no lo fue, los resultados no se hicieron esperar.
El efecto hidratante fue calificado como bueno por la organización. Todos los participantes coincidieron en que la crema mejora visiblemente el estado de la piel seca, dejando una sensación de nutrición duradera. De hecho, se llegó a señalar que la hidratación era perfecta en algunos casos, lo cual es un dato destacable teniendo en cuenta lo accesible y sencilla que es esta fórmula en comparación con otras mucho más caras.
Por otro lado, cabe mencionar también que el informe de la OCU señala la carga emocional que muchos de los voluntarios asociaron al producto. El aroma, por ejemplo, fue descrito como emblemático y con olor a infancia. Este vínculo afectivo con el producto no es menor, porque también influye en la experiencia de uso, algo que no sucede con otras cremas más impersonales o recientes.
Eso sí, no todo fueron elogios. Algunos usuarios consideraron que la textura es demasiado densa y cuesta extenderla, especialmente en grandes superficies del cuerpo. También hubo opiniones divididas sobre si deja o no una sensación grasa. Mientras algunos voluntarios lo señalaron como un inconveniente, otros no notaron esta pesadez en absoluto. Esto podría depender del tipo de piel o incluso del clima.
¿Sigue siendo una buena opción hoy en día?
A partir del estudio realizado se puede entender, que l respuesta corta es sí, pero con matices. La crema Nivea cumple con su función principal: hidratar. No tiene pretensiones antiedad, ni ingredientes innovadores, ni claims comerciales agresivos. Y tal vez ahí radique su encanto. Es una crema sencilla, económica, y eficaz para pieles que simplemente necesitan una dosis de hidratación básica y constante.
Por supuesto, no es la opción ideal si buscas combatir arrugas, manchas o flacidez. Tampoco es la más cómoda si prefieres texturas ligeras o de rápida absorción. Pero si lo que necesitas es una solución para la piel seca, sobre todo en zonas como codos, rodillas o manos, sigue siendo perfectamente válida. Y todo esto por un precio que ronda los dos euros.
Nivea ha sabido adaptarse a los tiempos sin perder su esencia. Ha ampliado su gama de productos, ha desarrollado líneas específicas para hombres y ha sido pionera en introducir ingredientes como la coenzima Q10. También ha mantenido una fuerte presencia en la protección solar, con cremas muy reconocidas en ese ámbito.
Pero es evidente que la lata azul sigue siendo el corazón de su identidad. No hay campaña de marketing que compita con la fuerza del recuerdo de nuestras madres y abuelas aplicándonos la crema en las mejillas enrojecidas durante el verano, o cómo veíamos esa lata siempre dispuesta en el estante del baño. Un producto que ha traspasado generaciones y que sigue vigente por el bien de todos, y en especial, de nuestra piel.