Reestructuración bancaria

Novo Banco no encuentra comprador en España y provoca un incendio en el Gobierno de Portugal

Necesita vender su filial en nuestro país para reducir en 200 millones las ayudas públicas que ha pedido

Pero la nula rentabilidad de la banca en este entorno y las características de la entidad hacen muy difícil la operación

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Sede de Novo Banco (Fuente: Novo Banco).
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La venta de la filial española del portugués Novo Banco (antiguo Espirito Santo) se ha atascado porque nadie ha mostrado hasta la fecha interés en adquirir toda la entidad. Sus características y la nula rentabilidad del sector por el entorno de tipos negativos y el Covid complican enormemente la operación. Pero la matriz necesita desprenderse de ella cuanto antes para apagar el incendio que ha provocado su nueva petición de ayudas públicas en Portugal.

Así lo aseguran fuentes cercanas al proceso, que está llevando a cabo Deutsche Bank como banco de inversión. «En este entorno, va a ser muy complicado que nadie presente una oferta», señala una de las fuentes. Desde una entidad española a la que se lo han ofrecido aseguran que «ni siquiera vamos a pedir el cuaderno, Novo Banco no nos aporta nada».

¿A qué se debe esta falta de interés por la unidad española? Pues al negocio de la entidad portuguesa, que se divide básicamente en tres bloques. El primero es el el de depósitos, donde tiene unos 2.300 millones. Pero estos productos pagan tipos por encima del mercado (están ‘extratipados’) para atraer el dinero desde entidades más conocidas por el público, lo que resulta ruinoso cuando el resto de la banca o da interés cero o incluso cobra a sus clientes por guardarles el dinero. Este negocio, por tanto no interesa.

El segundo bloque son créditos (1.900 millones) y avales (otros 700), sobre todo a empresas. Tampoco genera demasiado interés porque las otras entidades creen que pueden refinanciarlos ellos mismos con más garantías; de nuevo, para captar clientes Novo Banco daba mejores condiciones que el mercado: o tipos más bajos, o menores garantías (es decir, más riesgo).

Solo interesa la banca patrimonial

La tercera pata es la banca patrimonial, incluyendo la gestora de fondos que quería vender a Trea -finalmente no se cerró precisamente por la puesta en el mercado del banco entero-. Tiene unos activos gestionados de unos 1.600 millones y es la unidad que tiene más valor y que puede interesar a bancos privados (especializados en gestión de altos patrimonios). Pero Novo Banco ha descartado la venta de esta unidad en solitario, y varios bancos privados españoles han rechazado quedarse con las otras áreas.

La cosa se complica más todavía porque CNMV y Banco de España están investigando posibles irregularidades en Novo Banco en dos áreas: por un lado, la posible ‘gestión encubierta’ de fondos por parte de terceros cuando en teoría los gestiona la entidad; y por otro, presuntas irregularidades en la red de agentes, que estaría incumpliendo la normativa europea Mifid II.

La venta de España, ‘casus belli’ en Portugal

El problema es que Novo Banco tiene que vender imperiosamente la filial española si quiere acceder a un nuevo paquete de ayudas públicas del Gobierno portugués. Se trata de una cuestión muy delicada en el país vecino, ya que la aprobación de un nuevo paquete de 850 millones para la entidad le costó el cargo a Mário Centeno, anterior ministro de Finanzas y presidente el Eurogrupo (fue lo que abrió la sucesión en el cargo en el que Pedro Sánchez no logró colocar a Nadia Calviño). Espirito Santo fue rescatado en 2014 con 4.600 millones del Estado. En 2017, vendió el 75% al fondo Lone Star por cero euros, aunque con el compromiso de inyectar 1.000 millones en el banco.

Tras provocar incluso un enfrentamiento entre el presidente del Gobierno y el de la República, el Ejecutivo luso ha exigido a Novo Banco que venda la filial española para reducir las necesidades de más fondos estatales derivada de la crisis del covid. Según fuentes cercanas a la entidad, esta unidad consume unos 200 millones de capital; esto es, si la vende, rebajará la inyección necesaria en 200 millones.

Y eso lo conseguirá aunque el precio de venta solo sea un euro. Esa es la esperanza de los gestores de la entidad, encabezados por António Ramalho: que aunque nadie quiera todo el negocio, al no pagar nada por el banco, alguien lo compre y cierre las áreas que no le interesan.

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