Precio de la electricidad

Lo que faltaba: la UE quiere subir los derechos de CO2 que encarecerán aún más la luz

Lo que faltaba: la UE quiere subir los derechos de CO2 que encarecerán aún más la luz
Central de ciclo combinado a gas.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Por si no tuviéramos suficiente con el subidón del precio de la luz de este verano, en la Unión Europea se plantea una medida que puede encarecerla todavía más en los próximos años: una nueva subida de los derechos de emisión de CO2 (que deben pagar las centrales que funcionan con gas). Los países centrales están mucho más preocupados por el cambio climático que por el precio de la electricidad, y menos todavía por el de España.

Como es sabido, la escalada del recibo de la luz se debe a los elevados costes de producción de las centrales de ciclo combinado que queman gas para generar electricidad. Estos costes se han disparado por una conjunción de factores que algunos llaman «la tormenta perfecta»: una subida de la cotización del gas por problemas de suministro de Rusia y por la acumulación de stock en Occidente de cara al invierno, y una fuerte alza de los derechos de emisión CO2 que deben comprar estas plantas.

Estos derechos son emitidos por la UE, que este año ha reducido su número, lo cual ha hecho subir su precio, lógicamente. Lo que pretenden las autoridades comunitarias es que se emita menos CO2, de ahí la reducción del número y su encarecimiento. Además, ha ampliado su caducidad hasta 2030 (antes tenían una validez menor), lo que también explica esta subida desde 33 euros por tonelada hasta la zona de 55 en que se sitúan ahora.

Pero hay muchas voces en Europa que consideran que este precio no es suficiente y quieren llevarlo hasta 90 euros por tonelada, según fuentes del sector. En especial, desde los países centrales (Alemania, Holanda, Bélgica, Austria, etc.), donde la preocupación por las emisiones de carbono y el cambio climático es mucho mayor que aquí.

«Hay eurodiputados de estos países que proponen reducir todavía más la cantidad de derechos y subir su precio hasta 90 euros. Allí van un paso más de las energías renovables y ya están pidiendo la sustitución del petróleo por hidrógeno en el transporte y la industria pesada», explica una de las fuentes.

En el centro de Europa sólo importa el cambio climático

¿Y el precio de la luz, entonces? «Allí no es una gran preocupación. Está más barato que en España y, además, supone un porcentaje mucho más pequeño de los ingresos de las familias, porque los salarios son mucho más altos. Y aunque fuera más caro, les daría igual: su obsesión es el cambio climático», según otra de las fuentes.

En España el precio es más caro -este viernes el MWh costará 118,99 euros en España frente a 95,91 en Alemania y Austria- porque no tenemos apenas interconexiones con el resto de Europa (estos países sí están interconectados, lo que aumenta la competencia entre generadores) y tenemos mucha menos capacidad nuclear, por lo que dependemos en mayor medida del gas. Además de que aquí las distintas fuentes de generación tienen que soportar muchos más impuestos, que trasladan a los precios.

Esta previsible subida de los derechos de emisión se suma a que el precio del gas va a seguir alto al menos hasta finales del próximo año, según las previsiones, y a que en nuestro país la generación renovable no es suficiente aún para que no dependamos de esta materia prima.

Esta obsesión por el cambio climático es la que ha llevado a la UE a prohibir los coches con motor de combustión (incluidos los híbridos y los de gas) en 2035, una decisión que ha acelerado la transformación de algunos de los principales fabricantes: Daimler (Mercedes-Benz) y Jaguar solo fabricarán eléctricos en 2025, y Audi no lanzará nuevos modelos de combustión a partir de 2026.

«Es un movimiento imparable y tenemos que acostumbrarnos. Producimos electricidad con energía cara y contaminante, y la única vía es dejar de hacerlo en el futuro», concluye una fuente.

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