La boda real de Harry y Meghan: una inyección económica de 560 millones para Reino Unido
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La Casa Real de Inglaterra siempre es rentable para Reino Unido y la boda del príncipe Harry con Meghan Markle no va a ser una excepción. Se espera que el enlace, que se celebra este sábado en el Castillo de Windsor, genere una riqueza de alrededor de 560 millones de euros par el país, tal como señala un informe de Brand Finance.
Para hacer este cálculo, la consultora se ha basado en las cifras generadas por la boda de los Duques de Cambridge en 2011. Una unión que disparó la llegada de los turistas a Londres, según la misma fuente, el turismo creció en más de 350.000 visitantes.
El mismo número de turistas se espera para la boda del nieto de la reina Isabell II de Inglaterra con la actriz californiana. No obstante, la cifra podría aumentar aún más contando con dos aspectos que no tenía la novia Kate Middleton: es ‘celebrity’ del ‘star system’ y estadounidense con fans en tierra norteamericana.
Se espera que esta boda de Harry y Meghan mueva 227 millones de euros en viajes, turismo, restaurantes y hoteles. A los que hay que sumar 170 millones de euros en fiestas y celebraciones, así como 56,7 millones de euros en ‘souvenirs’ conmemorativos como camisetas o tazas con las fotografías de la pareja.
Los comerciantes de este tipo de productos afirman que cada una de las celebraciones reales como el Jubileo de Zafiro de la Reina, así como la boda de Carlos de Inglaterra con Camila Parker Bowles, siempre han hecho aumentar las ventas al menos un 50%.
La monarquía aportó 2.245 millones a las arcas públicas
Según Brand Finance, la monarquía británica aportó a las arcas públicas inglesas alrededor de 2.245 millones de euros en 2017. También calculan que, entre bienes intangibles y tangibles, la Corona está valorada en más de 86.000 millones de euros.
Además, mientras en España se han olvidado de los sellos de “Proveedor Oficial de la Casa Real Española” -que han lucido, entre otras, Capas Seseña o las joyas de Ansorena-, en Reino Unido más de 800 marcas pertenecen a la asociación de Royal Warrants y mueven 217 millones de euros. Los paraguas Fulton, las botas Hunter, las prendas de Barbour o el licor Martini son algunas de las marcas que en su etiqueta lucen los escudos reales de la Reina, el Príncipe de Gales o el Duque de Edimburgo.
Harry y Meghan se casan en la Capilla de San Jorge -S. XV- en el Castillo de Windsor, una de las residencias reales favoritas de la longeva monarca ubicada a 30 kilómetros de Londres. En un comunicado, el Palacio de Kensington comunicaba que “S.M. la Reina ha otorgado permiso para que la boda tenga lugar en esta capilla. Además, la Familia Real pagará la boda”.
También confirmaba que la celebración contará con el sermón Michael Bruce Curry, obispo afroamericano de Chicago y conocido por ser defensor de los derechos de los inmigrantes y el matrimonio igualitario. Se espera que, además de los visitantes que van a llegar a Londres, Windsor acoja la llegada de alrededor de 100.000 personas. Un aspecto más para que la Familia Real sea más que bienvenida en el condado de Berkshire, eso sin contar que la popularidad de la monarca es imbatible.
Las bodas catapultan la popularidad ‘royal’
Según las encuestas, el 68% de los ingleses están convencidos de que la monarquía es “buena” para el país y el 80% de sus súbditos tiene buena opinión de ella. Mientras que la acogida de la opción republicana cae hasta el 17%. Eso sí, es de ley señalar que la popularidad de los ‘Royals’ no siempre ha estado por las nubes, sobre todo tras la muerte de Lady Diana. Pero ahora, con las nuevas generaciones y unas bodas más pegadas a la realidad del día a día han hecho que la Casa de Windsor tome un nuevo impulso.
“La boda de Meghan con Harry no hace más que añadir encanto a estas nuevas generaciones y los británicos están absolutamente fascinados”, ha comentado el famoso especialista en monarquías Stéphane Bern. Por su parte, la escritora Katie Nicholl cree que nada es azaroso: “La Casa Real británica posee una astuta práctica de marketing y controlan la popularidad de cada una de sus decisiones”.
Los expertos en los Windsor creen que, si sigue adoptando este branding tan inteligente, “si el pequeño Jorge vive tantos años como su bisabuela y nadie hace locuras, el futuro de la monarquía está asegurado hasta el S. XXII”, afirma la historiadora americana Kitty Kelley.
“No hay mucha diferencia entre una multinacional como Apple y la Familia Real. Las exigencias para construir y preservar la reputación de la marca son las mismas: símbolos, éxitos comerciales, líderes y una conexión de gran calidad con el mundo”, concluye el experto británico en branding y CEO de la agencia Reputation, John Mahony.