Giro de 180º en los cajeros de toda la vida: el cambio que llega el 28 de junio
Una nueva normativa obliga a que los cajeros automáticos se adapten para ser más accesibles a todo el mundo
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Durante décadas, los cajeros automáticos han sido una herramienta básica en nuestro día a día. A través de ellos podemos sacar dinero, consultar el saldo o hacer transferencias sin necesidad de entrar a la sucursal. Sin embargo, para muchas personas, esta comodidad no siempre ha sido tal. Para quienes tienen movilidad reducida, problemas visuales o dificultades auditivas, enfrentarse a un cajero puede convertirse en una carrera de obstáculos más que en una ayuda. Algo que sin embargo, está a punto de cambiar.
La Unión Europea ha dado un paso firme para que este tipo de servicios sea realmente accesible para todos. El próximo 28 de junio de 2025 entrará en vigor una nueva normativa que afectará a todos los cajeros automáticos de nuestro país. Se trata de una transformación profunda, pensada para eliminar barreras y fomentar la inclusión en un ámbito tan cotidiano como el bancario. El cambio es importante y supondrá un antes y un después para miles de personas. Esta renovación no es aleatoria. Forma parte de una directiva europea que busca hacer más accesibles tanto productos como servicios, con la mirada puesta en la igualdad de condiciones. En otras palabras: nadie debería quedarse fuera del sistema por no poder utilizar una máquina. Y menos aún si hablamos de un servicio tan básico como el acceso a nuestro propio dinero.
El cambio que llega a los cajeros automáticos
El marco legal que ha motivado este cambio se corresponde con la Directiva (UE) 2019/882 cuyo objetivo es claro: hacer accesibles los productos y servicios digitales para todas las personas, especialmente aquellas con alguna discapacidad o limitación funcional.
Esta normativa afecta a un abanico amplio de sectores, desde los libros electrónicos hasta los terminales de autoservicio. Y por supuesto, incluye los cajeros automáticos. La idea es acabar con la discriminación invisible que durante tanto tiempo ha limitado el acceso de miles de personas a servicios básicos. Se trata, en esencia, de hacer que lo cotidiano sea también inclusivo.
Por eso, a partir del 28 de junio, los bancos de nuestro país deberán haber adaptado sus cajeros para cumplir con estas exigencias. La cuenta atrás ya ha comenzado de modo que en breve podremos encontrar que los cajeros han incorporado los cambios necesarios.
Principales cambios que llegarán a los cajeros
Para que los cajeros automáticos sean más accesibles y estén adaptados a todo tipo de usuarios, la normativa europea establece una serie de cambios muy concretos que deberán aplicarse como decimos, antes del 28 de junio de 2025. Estos son los más importantes:
- Teclados en Braille: Para facilitar la introducción de datos a las personas con discapacidad visual. Un cambio que sin embargo no será necesario en todos los cajeros ya que algunos bancos ya lo incorporan en sus cajeros desde hace años.
- Sistemas de guía por voz: Permitirán que el usuario reciba instrucciones claras mediante audio, lo que facilitará la navegación en el cajero sin necesidad de ver la pantalla.
- Botones más accesibles: Con un tamaño más adecuado, mejor sensibilidad al tacto y disposición más intuitiva.
- Altura adaptada: Los cajeros deberán colocarse a una altura que permita su uso cómodo por parte de personas en silla de ruedas o con movilidad reducida.
- Información en varios formatos sensoriales: Visual, auditiva y táctil, para que cada usuario pueda recibir la información de forma personalizada según sus capacidades.
Estas mejoras en los cajeros automáticos de los bancos, no sólo suponen una evolución tecnológica, sino también un acto de empatía colectiva. Adaptar los cajeros es, en definitiva, poner la tecnología al servicio de todas las personas, y no al revés.
El objetivo de estas mejoras no es otro que eliminar barreras, aquellas que muchas veces no vemos, pero que impiden a una parte de la población hacer gestiones básicas sin ayuda. Un simple gesto como sacar dinero del cajero no debería depender de las capacidades físicas de una persona. Y a partir del 28 de junio, dejará de ser así.
Personas mayores, con discapacidad o movilidad reducida: los grandes beneficiados
Aunque el foco de esta normativa son las personas con discapacidad, los beneficios del cambio se extienden mucho más allá. Las personas mayores, por ejemplo, también se verán favorecidas por cajeros más intuitivos, con botones más visibles y opciones de audio que les guíen durante el proceso. En un país con una población cada vez más envejecida, estas mejoras son tan prácticas como necesarias.
Tampoco podemos olvidar a quienes tienen movilidad reducida, ya sea de forma permanente o temporal. Acceder a un cajero sin tener que hacer equilibrios, sin agacharse demasiado o sin necesidad de pedir ayuda, puede marcar una gran diferencia en la experiencia de usuario. Al final, lo que se busca es un sistema bancario más humano, donde todos podamos actuar con independencia y dignidad.
Incluso quienes no tienen ninguna limitación funcional agradecerán una interfaz más clara, sencilla y eficaz.