LA TRANSICIÓN ECOLÓGICA

Francia y otros países pro nucleares frenan la reforma del mercado eléctrico que propone Ribera

Francia y sus aliados frenan la reforma del mercado eléctrico de Ribera

La presidencia española de la UE empieza mal: Ribera no alcanza un acuerdo sobre el mercado eléctrico

Francia contra Ribera
Teresa Ribera

Francia y otros ocho estados de la Unión Europea, todos ellos con una notable presencia de la energía nuclear, quieren frenar los planes de reforma del mercado eléctrico que propone la ministra española de Transición Energética, Teresa Ribera. La socialista dirige los debates e impulsa las iniciativas -como representante de la Presidencia española de la UE durante este semestre- para llegar a un acuerdo antes de final de año. Todos ellos reclaman moderar la estrategia actual de acelerar el programa para la transición ecológica si ésta implica disminuir el peso y el desarrollo de la energía atómica.

Además de Francia, otros países como República Checa, Bulgaria, Croacia, Hungría, Polonia, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia, todos ellos miembros de la coalición autodemoninada Alianza Nuclear, han planteado una reforma del mercado eléctrico alternativa a la propuesta que distribuyó la presidencia española del Consejo el pasado 13 de septiembre y que complica el consenso que buscaba el texto español.

Unidos por la fuerte presencia de la energía nuclear en sus mix energéticos, estos nueve países han mantenido en su nuevo texto las concesiones que otorgaba la propuesta española para alargar la vida de las centrales nucleares, pero elimina los controles que ésta introducía a cambio para evitar una distorsión del mercado, algo que preocupa especialmente a Alemania.

La presidencia del Consejo buscaba así salvar las distancias entre Francia y Alemania, cuyo choque frustró el acuerdo de la reforma el pasado mes de junio. Ocurrió tras el rechazo de Berlín a abrir la financiación de contratos por diferencia -por los que el vendedor paga al comprador la diferencia en el precio de la energía desde el momento de la compra a la firma del contrato- a las plantas nucleares ya existentes por considerar que beneficiaba en exceso a París. El Gobierno de Macron, y del resto los países pro nucleares, quiere garantizarse poder intervenir el precio de la electricidad de origen nuclear para garantizar un precio inferior al de las energías renovables que están proliferando en toda Europa, y especialmente en España

Para acercar ambas posturas, el texto español permitía fijar un precio en caso de que se produzca una extensión de la vida útil de las centrales nucleares que se beneficien de estos incentivos, de modo que preserva la autonomía de los estados miembro para escoger su ‘mix’ energético, al tiempo que introduce controles para que eso no suponga una distorsión del mercado. Sin embargo, Francia y sus socios pro nucleares quieren eliminar estos controles.

La propuesta de estos nueve países descarta por completo que los contratos por diferencia estén diseñados para garantizar que no haya una compensación insuficiente o excesiva, y asegura los importes de la remuneración mediante un proceso de licitación transparente y no discriminatorio que evite las distorsiones de la competencia y del comercio en el mercado interior derivadas de la distribución de los ingresos a las empresas.

La ‘Alianza Nuclear’ -compuesta por un total de 16 países y patrocinada por Francia- surgió en febrero pasado en el Consejo de Energía de Estocolmo (Suecia) con el «compromiso de seguir reforzando la cooperación europea en el ámbito de la energía nuclear, como componente importante de la ambición energética y lucha contra el cambio climático en Europa».

Francia contra Ribera
El presidente francés, Emmanuel Macron.

En este escenario, la presidencia española del Consejo considera que todas las propuestas se han de adecuar a la necesidad de consenso que requiere encontrar una salida a esta situación, pero otras fuentes diplomáticas consideran que esta alternativa es una opción que «seguramente» no genera ese consenso entre los Veintisiete. La ministra francesa de Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher, ya aseguró el pasado mes de julio en el consejo de Valladolid que si la posición de la presidencia española es violentamente antinuclear, no se aprobará.

España busca consenso

La Presidencia española de la UE ha instado a los países miembros de la UE a que cedan en parte de sus pretensiones nacionales en la reforma del mercado eléctrico para conseguir un texto que sea «aceptable para todos». Y quiere lograrlo, a ser posible, antes de fin de año. «Obviamente, este objetivo requiere que cada cual renuncie un poco para poder encontrar fórmulas de consenso», ha apuntado Ribera.

En todo caso, la reforma del mercado eléctrico se ha convertido en uno de los asuntos más polémicos y controvertidos de los que se discute en la Unión. En gran parte, la complicación del debate deviene de la decisión que en su día adoptó la canciller alemana Merkel de acabar a plazo fijo con las centrales nucleares del país, que hasta entonces habían sido claves en la producción de energía, auspiciada por la influencia determinante que siempre ha tenido el partido de los Verdes en el Estado germano.

Tal decisión y la apuesta a fondo por las políticas ecológicas ha desvelado las contradicciones internas: ahora el Gobierno de Berlín ha vuelto a poner en marcha las centrales de carbón, una vez visto el alto coste en crecimiento que la transición ecológica está provocando en un país que en la actualidad está económicamente estancado, por esta razón entre otras causas. En consecuencia, la situación de Alemania será también un obstáculo para que las negociaciones sobre la reforma del mercado eléctrico lleguen a buen puerto antes de fin de año, que es la aspiración de la ministra Ribera.

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